Capitain Fracasse: todo como dicen en Internet. En agosto accedes vestido como quieras. El buque iba lleno, los camareros no daban abasto. La visión del "paisaje" desde las mesas en crujía no era demasiado buena pero merece la pena. Entre plato y plato, puedes verlo todo superbien desde la cubierta superior (intemperie). Naturalmente todo esto mola y hay que pagarlo. Si haces cuentas, no es demasiado caro comparándolo con una cena bien en París.