La Montaña Palentina: Rutas, arte románico, naturaleza ✈️ p44 ✈️

Recién llegada de la montaña palentina, zona a la que le tenía ganas. Por desgracia, tuvimos que dejar cosas en el tintero. 3 días no dan para mucho más de lo que vimos teniendo en cuenta que nos bajamos del tren en Burgos, no en Palencia. El motivo fue que el alquiler de coche en Burgos nos salía sensiblemente más económico que en Palencia.
Comenzamos en Covalagua, donde había reservado la visita a las cuevas ya en Enero. Nos hicieron el favor de adelantarla, y nos cambiaron de grupo al de las 11. Al salir caminamos hasta el menhir de Canto Hito. Desde el centro de visitantes de las cuevas ya se le ve asomar en la lejanía. Luego en coche hasta el mirador de Valcabado, que es espectacular, y a la cascada ya bajando la carretera. Queríamos hacer alguna otra ruta, pero el tiempo no acompañó. No llovía, pero sí corría un viento muy frío. Así que, directos a Aguilar de Campoó. Para los galleteros y dulceros, la tienda de Gullón en la avenida de Burgos es parada imprescindible: un supermercado de galletas. Tras visitar el castillo de Aguilar y la ermita de Santa Cecilia, tiramos a Olleros de Pisuerga, donde comimos el bocadillo delante del eremitorio rupestre. Y para Cervera de Pisuerga, donde estaba el alojamiento.
El domingo lo dedicamos a hacer la ruta de los pantanos en coche. ¡Espectacular! Y sencilla, dado que solo hay que seguir la misma carretera todo el rato hasta Velilla del Río Carrión. Es una ruta para hacer sin prisas, detenerse en pueblos, miradores…decidimos prolongarla hasta Riaño, ya en tierras leonesas. Subimos al mirador del columpio, desde donde se obtienen las mejores vistas del entorno. Aún nos dio tiempo a ver a la vuelta San Salvador de Cantamuda.
El lunes cruzamos a Cantabria para ver el nacimiento del río Ebro, y la pirámide de los italianos. Tenía el capricho de verla antes de que la derriben. No me dio tanto susto como esperaba, excepto el interior. Merecen la pena las vistas desde arriba. Volviendo a Burgos paramos en Orbaneja del Castillo y en el mirador del cañón del Ebro.
Para otra ocasión dejaremos la tejera de Tosande, el bosque fósil, y la senda del Roblón. Realmente no nos dio tiempo, pero a pesar de todo caminamos mucho.

Visitar el románico palentino siempre es un placer, además en verano por lo ponen muy fácil con la apertura de las iglesias a través del voluntariado.por un módico precio (entre 1 y 2 euros) se pueden visitar estas joyas también en su interior.
En esta ocasión hemos visitado
- Olleros de Pisuerga, con explicación incluida
- Santa María de Mave, incluye un pequeño audiovisual sobre el románico y la voluntaria amabilisima nos informé sobre horarios del resto de iglesias que pensabamos visitar
- Santa Eufemia de Cozollos. La entrada es mucho más cara, 4 euros por persona, pero disfrutar de su interior bien merece pagar la entrada
- San Andrés de Arroyo, con ese claustros espectacular, ya comentado
- La ermita de San Pelayo en Perazancas de Ojeda, una pequeña ermita que destaca por su sencillez y sus preciosas pinturas en el interior. Además en esta localidad la iglesia de la la Asunción nos regala un pórtico chulísimo
- San Juan Bautista en Moarves de Ojeda. Ampliamente comentado, en nuestro caso la curiosidad por conocerla motivó este viaje y no nos ha defraudado. Una maravilla

Completamos estas visitas con el ROM en Santa María la Real y las dosificamos en dos jornadas. Todas ellas están cerca la unas de las otras.

Está gracioso!

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