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Sabíamos, además, que serían unos días de descanso porque no era nuestro primer crucero. Así que mi hermana, mi madre y yo estábamos encantadas de por fin cerrar nuestras gigantes (quizá demasiado grandes) maletas.
Lo fundamental era llevar la documentación: papeles del crucero, etiquetas para las maletas y pasaporte.
En el aeropuerto, la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas tuvimos un rato para tomar algo y hacer algunas compras. No comimos mucho porque volábamos con Emirates y sabemos que en esta aerolínea te cuidan más que en la casa de tu abuela. O casi.
Y por fin embarcamos: un avión muy grande, con dos pisos. Uno para la plebe - el nuestro - y otro VIP con una entrada con escalinata y acabados de madera. Viendo lo maravillosos que eran los asientos de clase turista imagino que los de clase superior serían como de palacio.
Todas las películas y series que quieras, y ¡hasta Internet! Por no mencionar que la comida también estaba riquísima.
Unas 4 horas después aterrizamos en Dubai. Ya en el aeropuerto te empiezas a dar cuenta de dónde estás: grandeza, inmensidad, lujo… y una clara separación de clases entre emiratíes y expatriados de primera y de segunda. Trajes blancos, perfumados, olor a incienso, mujeres con abaya dejando entrever unos zapatos de tacón altísimo y de fiesta - nada discretos.
Ya era de noche y con el cambio de hora aún más tarde de lo que nos marcaban nuestros biorritmos. "Ya estamos aquí" pensamos, aunque no nos esperábamos que hasta llegar al barco nos esperaban interminables colas para registro (¡muy exhaustivo!) de documentación.
Tras 20 minutos de recorrer los eternos pasillos y salas y 45 minutos de espera para el control de pasaporte cogimos el equipaje facturado. Este es el momento en el que debes etiquetar debidamente las maletas - aunque nosotras ya lo habíamos hecho desde madrid. La naviera o agencia con quien hayas contratado te tienen que haber dado unos papeles o etiquetas (o archivo para imprimir) con tu nombre, identificación para el barco y número de camarote.
El avión iba lleno de gente que iba al crucero así que no era fácil perderse. Aún así en seguida vimos a personal de Costa Cruceros que nos indicó cómo ir al autobús que nos llevaría al puerto - tras enseñar el billete del crucero, claro.
Dejamos los bultos más grandes en el maletero del autobús y nos pudimos desentender de ese peso durante un buen rato.
El puerto de Dubai también es muy bonito pero a esas horas la verdad es que estábamos cansadas y con un poco de hambre. Antes de subir al barco hay una fase más en la que documentarse - sí, ya estás un poco harta al final. Control de pasaportes y documentación para embarcar y que te den la tarjeta del barco. Para que se hiciese un poco menos pesado y sabiendo que la gente llega hambrienta y agotada, nos calmaron con sandwiches, algunos dulces, café y agua.
Ya eran las 2:00 de la madrugada en Dubai y hay que hacerse al horario local así que nos fuimos a dormir lo antes posible: nos dejaron en el camarote algunas cositas para picar también (aunque esto creo que fue un detalle personal con nosotras porque conocíamos a alguien de la tripulación). Y aunque el camarote con mucha probabilidad el mejor de los 7 cruceros en los que he estado no nos fijamos en los detalles hasta el día siguiente.
Hay que descansar que empieza la aventura.
¡Continúa la historia en el siguiente post!
¿Has volado alguna vez con Emirates? ¿Conoces el aeropuerto de Dubai? ¿Cuál es tu experiencia embarcando en cruceros? ¡Deja tus comentarios o dudas!
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