LA BORGOÑA ✏️ Ruta-Francia

Interesante región francesa injustamente desconocida, ya que posee muchos y atractivos puntos de interés.

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Eclipsada por París y otras regiones cercanas mucho más turísticas y conocidas popularmente como la Alsacia, el Loira o los Alpes, la Borgoña pasa bastante desapercibida entre los turistas. Y es toda una sorpresa, ya que sin duda se merece una visita, y no solo por sus afamados vinos, sino para conocer pueblos atractivos, un románico de primer orden, varias catedrales, verdes paisajes, bonitos castillos y una interesante ciudad, Dijon, su capital, que conserva un patrimonio importante por su trayectoria histórica. La Borgoña fue un ducado independiente de Francia y muy poderoso e influyente durante varios siglos de la Edad Media y hasta el s. XV.


La primavera, y en concreto principios de Mayo es una época ideal para conocer esta zona. El paisaje, con partes llanas y numerosas colinas o montañas de escasa altura, lo que permite obtener diferentes perspectivas y planos, luce una espectacular y variada paleta de verdes en múltiples tonalidades con bosques frondosos de hayas, robles y otros caducifolios, amplios campos de hierba y de trigo en todo su esplendor; praderas de flores amarillas y rojas, numerosas plantaciones de vid y ríos de generoso caudal con frecuentes canales adyacentes para navegación.


Es muy sencillo llegar a esta región desde París o Lyon. Desde el aeropuerto parisino de Orly se tarda en coche aproximadamente una hora, son unos 100 km de autopista hasta Sens. Desde Lyon, más cerca aun, prácticamente nada, ya que la ciudad está en el límite de la Borgoña por el lado sur. Se puede hacer una ruta circular regresando por el mismo aeropuerto de llegada u organizarlo devolviendo el coche de alquiler en el punto opuesto pagando un suplemento de unos 80 €. Por una mucha mayor oferta de vuelos directos a España, es más probable conseguir mejores precios entrando y saliendo desde los aeropuertos de París.


En cuanto al alojamiento, además de los hoteles convencionales, existe una buena oferta de turismo rural, especialmente en la zona norte de la región, donde se da la mayor concentración de puntos de interés. Esta parte forma una especie de triángulo cuyos vértices serían Auxerre, Dijon y Autun. Su centro, alrededor de Montbard o Semur, podría servir de base para establecerse 3 o 4 días y desde ahí hacer las excursiones a los diferentes lugares, sin desplazarse demasiados kilómetros. Con un par de noches más en otros puntos más alejados, se completaría la ruta por la mayor parte de la Borgoña.

Entre los más destacados lugares de interés figuran:

Sens: ciudad pequeña con un agradable conjunto urbano y una discreta catedral gótica con algunos relieves en la portada.


Troyes: (no pertenece a la Borgoña, pero queda muy a mano) atractivo centro histórico con varias calles bonitas en las que destacan unas cuantas casas tradicionales con entramado de madera de la Edad Media, aunque se nota que es producto de una restauración. En esta zona se encuentra el centro neurálgico de la ciudad, con bares, restaurantes y terrazas con mucha animación. Interesante catedral gótica con un exterior sencillo, más valor tienen las magníficas vidrieras y el vistoso interior. Hay además otras dos iglesias interesantes, la de San Pantaleón y la de san Juan.



Tonnerre: conserva un hospital de la Edad Media cuya gran sala destaca por su enorme tamaño, muy poco frecuente en la época. Entrada libre
Tanlay: a escasos km de lo anterior, es un precioso castillo-palacio del siglo XVI, muy de estilo francés, emergiendo del agua; aún sin entrar en el edificio (10€), vale mucho la pena contemplarlo desde el exterior; acceso libre a los jardines y a dos de las vistosas fachadas del castillo con el foso repleto de agua y nenúfares flotando.


Ancy le Franc: es un palacio, no un castillo; de estilo italiano, poco interesante por su exterior, con una sencilla planta cuadrada y sin apenas decoración, carece del encanto de otros castillos más fantasiosos; el acceso es libre hasta el patio, aunque no reviste especial atractivo. Se puede visitar el interior, 10€
También la población de Montbard exhibe un castillo en lo más alto del conjunto urbano y en el que destaca una magnífica torre del homenaje


Monasterio de Fontenay: cisterciense del siglo XII, es Patrimonio Mundial de la Unesco. Muy recomendable la visita a este lugar, que, aunque restaurado en su mayor parte, conserva mucho encanto por el entorno, su trascendencia histórica y económica y la pureza de su sobria pero bella arquitectura despojada de adornos. Llegó a albergar a varios cientos de monjes durante la Edad Media. Entrada, 10 €. Se visitan diferentes dependencias, como la gran iglesia, el claustro románico (aunque sin capiteles historiados, unas simples hojas muy sencillas siguiendo la regla del Císter), sala capitular, dormitorio de los monjes, cocina, enfermería, palomar, jardines, fuentes etc. Mención especial para la gran fragua donde se forjaba el hierro, abundante en la zona, y que llegó a tener categoría industrial, estando considerada una de las primeras industrias creadas en Europa.


Noyers: pueblo de trazado medieval bastante bien conservado, aunque solo una pequeña parte presenta la típica arquitectura con entramado de madera; tiene también un par de puertas de acceso con torres defensivas



Pontigny: del que fuera otro gran monasterio cisterciense del siglo XII, queda fundamentalmente su magnífico templo, también de líneas armoniosas y totalmente desprovistas de decoración, que debe visitarse si se pasa por la zona. También de gran importancia histórica, es uno de los puntos de partida para los peregrinos del Camino de Santiago. Entrada libre al interior y a los jardines, que se merecen un paseo para contemplar también el exterior del edificio. Situado en el pueblo del mismo nombre, tiene un aparcamiento gratuito frente a la entrada del monasterio.



Auxerre: interesante población con varias iglesias góticas atractivas que se yerguen altivas sobre el conjunto urbano. Buena panorámica desde los puentes sobre el ancho río Yonne con los templos como protagonistas. Imprescindible la visita a Saint Germain, monasterio medieval cuya inmensa iglesia se ha visto reducida a la mitad, perdiendo gran parte de la nave central y quedando la torre románica exenta y lejos del cuerpo del edificio, lo que nos da idea de las grandiosas dimensiones originales. La entrada es libre incluido el museo. También posee una cripta del s. IX con algunos frescos, los más antiguos de Francia (esta parte tiene entrada de pago). No lejos, se encuentra la catedral, que quedó inacabada, solo posee una torre, pero presenta una buena escultura en las portadas, una cripta del siglo XI e interesantes vidrieras. Los interiores de ambas basílicas son grandiosos por su gran altura, como corresponde al estilo gótico. El conjunto urbano conserva algunos bonitos rincones.


Avallon: el casco antiguo es agradable aunque bastante discreto, y la iglesia principal de Saint Lazare tuvo una buena escultura en su portada, pero, desgraciadamente, se encuentra bastante deteriorada. Aun se aprecian los restos de un gran artista escultórico en las arquivoltas con los símbolos del zodíaco, las decoraciones vegetales y unas bellas columnas torneadas.




Vezeley: muy interesante iglesia románica con magnífica escultura en portada y sobre todo en los muchos capiteles del interior; gran pórtico con exterior neorrománico; el conjunto urbano no está a la altura de la iglesia. Entrada libre. Aparcamiento, 2 € la hora en todo el pueblo
S. Pierre, a un par de km de la anterior se merece una breve visita para ver su curiosa iglesia gótica



Semur en Axois: población con sello medieval cuya mejor estampa se puede contemplar viniendo por la carretera de Saulieu: en lo alto la iglesia de Notre Dame y a sus pies el potente castillo rodeado de un mar de tejados. El centro histórico, junto a la iglesia principal, del siglo XIII, se merece un paseo que se puede prolongar hasta las murallas sobre el hundido cauce del río y de paso se ven las torres del un tanto extraño castillo, cuyas mejores vistas son desde el Pont Joly, algo más abajo.


Flavigny: vendido como un pueblo medieval y de los más bonitos de Francia, se queda lejos de conseguirlo. En realidad nada hay que destacar en él, solo su tranquilidad y su trazado antiguo, pero no presenta una arquitectura tradicional atractiva. Bonita estampa de su enclave inmerso en el verde desde la carretera de Semur. Recomendable si sobra tiempo.


Hay un par de castillos en la carretera a Dijon. El primero, cerca de Vitteaux, está medio abandonado y tiene mucho encanto por su autenticidad y por su situación junto a un arroyo. Más que castillo es una vivienda señorial. El de Possanges, en la misma carretera, es una buena fortaleza rodeada por un foso.




Dijon: la capital de la Borgoña es una interesante ciudad que se merece buena parte de un día para contemplar las varias iglesias: dos del siglo XIII: la catedral de Saint Benigne y Notre Dame con su original fachada repleta de varios pisos de gárgolas; la extraña de san Michel, también gótica pero con una escenográfica y un tanto recargada fachada renacentista...las calles y plazas adyacentes a ellas, como la de la Liberation o la de François Rude; el museo de Bellas Artes, de entrada gratuita, alojado en el palacio ducal, todo en la misma zona. A un par de kilómetros del centro, hacia el oeste, hay otro punto de interés, la cartuja de Champmol, de origen medieval, siglo XIV, y en ruinas. Conserva la iglesia, actualmente cubierta de andamios, y el "Pozo de Moisés" con una buena muestra de la escultura del genial Klaus Sluter


La carretera general a Beaune está completamente rodeada de extensos viñedos, es esta la zona por excelencia del famoso vino de la Borgoña. Hay varios palacios y casas señoriales con bodegas que se pueden visitar y en las que se venden los vinos que producen.


Beaune: vale mucho la pena conocer esta ciudad por su interesante hospital para pobres del s. XIV, con una atractiva arquitectura, varias salas curiosas y unas cuantas obras de arte destacadas. Entrada de pago, 7,50 con audioguia. La plaza en la que se encuentra y la zona contigua tiene bastante encanto con varias calles atractivas; también hay que visitar la iglesia de Notre Dame con sus buenos tapices.



Cerca de Autun, en un desvío de 4 km hacia el norte, vale la pena entrar al recinto del palacio de Sully (4,40€ los jardines; el palacio por dentro, 9€), más por los exteriores del bonito edificio que por los jardines en sí, poco llamativos, ya que apenas tiene zonas ajardinadas, aunque sí mucho terreno con campos y bosques, una iglesia etc. Pero las diferentes perspectivas de la construcción, con su decoración y el foso hacen que el lugar sea especial, sobre todo si no hay gente y el tiempo acompaña. Pertenece a la duquesa de Magenta.



Autún: importante enclave de arte en general y románico en particular. Aunque la catedral de San Lázaro tiene andamios en su interior que impiden verla, la portada principal posee una magnífica escultura, que se completa con los pocos pero soberbios capiteles de la sala capitular (entrada de pago, 2€). Obra de uno de los mejores escultores de la Edad Media. Muy interesante también el museo Rolin (6€) que contiene una muy variada muestra artística, desde la prehistoria hasta el siglo XX, destacando las obras romanas, románicas y góticas principalmente.

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Última Actualización: 04/06/2018 - 21:08