Después de unos 45 minutos más o menos llegamos al aeropuerto de Sukhothai. Pese a lo minúsculo del aeropuerto, allí también hay un servicio para tomar un pequeño temtempié. El vuelo transcurrió sin el más mínimo incidente y a la llegada nos volvieron a llevar a la sala vip de Bangkok Airways, donde esta vez aproveché para zampar bien. A la hora pertinente nos fuimos a la sala de embarque, pero el vuelo a Phuket se retrasó bastante y fácilmente salimos media hora más tarde. A diferencia de otras partes de Tailandia donde el turismo que se veía era fundamentalmente asiático, para ir a Phuket era occidental y pocos asiáticos se veían. Por otra parte, desde hacía días me venía temiendo que la previsión del tiempo no fuera demasiado buena y que incluso algún día pudiera ser tormentoso, un chasco teniendo en cuenta que se supone que en diciembre el tiempo en la zona de Andamán sería bueno
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Los traslados entre el aeropuerto y el hotel los contratamos con una agencia que había visto mencionada en el foro: Phuket Pickup. Los precios van por zonas y por ejemplo para ir a Kamala Beach eran 600 baths (desde marzo de 2013 los precios han subido 100 baths). La reserva se puede hacer por Internet y te envían un correo electrónico con la confirmación y con unos datos de contacto en el caso de que surgiera algún problema. A la llegada me temía que no hubiera nadie esperando al llegar el avión con más de media hora de retraso, pero por suerte no fue el caso. Para la vuelta sí que se retrasaron unos minutos, supongo que por el tráfico, pero en cualquier caso sin problema para llegar al aeropuerto con tiempo de sobra. La duración del trayecto aproximadamente de una media hora. En cuanto al vehículo, a la llegada fuimos en un coche alto tipo todo terreno y a la vuelta en un coche más normal, pero en cualquier caso bastante cómodo, así que recomiendo esta empresa.
A la entrada del hotel Kamala Beach Resort hay una calle con unos tenderetes de ropa. Se encuentra junto a otro hotel de la misma cadena que se llama Sunwing Beach Resort y en el que a diferencia del Kamala, sí que admiten niños (el corte de edad está en 15 años). La recepción del hotel a primera vista no nos dio demasiada buena impresión, con un aspecto demasiado impersonal, aunque este tipo de hoteles junto a la playa normalmente no me suelen hacer demasiada gracia
. A la entrada te dan un brebaje rojo de bienvenida, que vaya usted a saber que es lo que es. También te dan un mapa del complejo hotelero para situarse uno un poco y una hoja de actividades. La habitación que teníamos era con vista a la piscina. Toda esta zona se ve bien cuidada y tiene buen aspecto, pero no podría decir lo mismo de los edificios de habitaciones por dentro. Ascensor no hay por ninguna parte, así que tuvo gracia que nos tocara en la 3ª planta. Los pasillos y escaleras totalmente blancos del edificio no tienen ninguna gracia y parece que estás en unos apartamentos de playa. La habitación era bastante grande, sobre unos 40 m, de decoración funcional y aspecto de estar un poco usada, aunque contaba con una terraza grande como digo con vista al jardín y la piscina. Lo que menos gracia me hizo fue que el cuarto de baño oliera a humedad y que la ropa de baño también se notara bastante desgastada. Además pudimos observar durante nuestra estancia, que cada vez que te bañabas se salía el agua por alguna grieta y terminaba encharcado parte del suelo.

Los traslados entre el aeropuerto y el hotel los contratamos con una agencia que había visto mencionada en el foro: Phuket Pickup. Los precios van por zonas y por ejemplo para ir a Kamala Beach eran 600 baths (desde marzo de 2013 los precios han subido 100 baths). La reserva se puede hacer por Internet y te envían un correo electrónico con la confirmación y con unos datos de contacto en el caso de que surgiera algún problema. A la llegada me temía que no hubiera nadie esperando al llegar el avión con más de media hora de retraso, pero por suerte no fue el caso. Para la vuelta sí que se retrasaron unos minutos, supongo que por el tráfico, pero en cualquier caso sin problema para llegar al aeropuerto con tiempo de sobra. La duración del trayecto aproximadamente de una media hora. En cuanto al vehículo, a la llegada fuimos en un coche alto tipo todo terreno y a la vuelta en un coche más normal, pero en cualquier caso bastante cómodo, así que recomiendo esta empresa.
A la entrada del hotel Kamala Beach Resort hay una calle con unos tenderetes de ropa. Se encuentra junto a otro hotel de la misma cadena que se llama Sunwing Beach Resort y en el que a diferencia del Kamala, sí que admiten niños (el corte de edad está en 15 años). La recepción del hotel a primera vista no nos dio demasiada buena impresión, con un aspecto demasiado impersonal, aunque este tipo de hoteles junto a la playa normalmente no me suelen hacer demasiada gracia



En cuanto al resto del hotel, el supermercado se encuentra pasando a lo largo de un pasillo que hay en la parte exterior del hotel antes de entrar en recepción. No es que esté muy surtido pero hizo apaño algún día para comprar algo de picar y un cacharro eléctrico antimosquitos. También por la recepción hay un club de gimmasia.
Con respecto a los restaurantes, en el hotel hay dos: uno de tipo buffet en la piscina, que coincidió encontrarse justo en la planta baja del edificio en el que nos alojamos; el otro, a la carta. situado junto a la playa. Llegar a este último era un poco lioso al principio, porque desde donde está el restaurante buffett hay que rodear el edificio por la derecha y meterse por el pasillo de otro edificio hasta llegar a otra recepción (no sé si sería del hotel Sunwing, una parte para grupos o qué. No me llegué a enterar bien) y ahí al lado estaba el restaurante a la carta, dos piscinas más y la playa. Entre el hotel y la playa hay un caminillo como de un metro o poco más que va recorriendo parte de la costa y ahí es donde te encuentras los restaurantes, agencias y puestos de masajes. Con la playa nos llevamos un chasco, porque aunque suponía que habría gente por ser temporada alta, tampoco me esperaba que estuviera todo cubierto por sombrillas y tumbonas (tamaño colchón gigante). Entre esto y los puestos es que ni se veía la playa como tal. Nuestros primeros comentarios fueron "¿y para esto hemos hecho tantos km? Hay muchas playas en España que merecen más la pena". La playa no es que fuera fea, y el agua estaba limpia, pero ya digo que más gente de lo que esperaba
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Con respecto a los restaurantes, en el hotel hay dos: uno de tipo buffet en la piscina, que coincidió encontrarse justo en la planta baja del edificio en el que nos alojamos; el otro, a la carta. situado junto a la playa. Llegar a este último era un poco lioso al principio, porque desde donde está el restaurante buffett hay que rodear el edificio por la derecha y meterse por el pasillo de otro edificio hasta llegar a otra recepción (no sé si sería del hotel Sunwing, una parte para grupos o qué. No me llegué a enterar bien) y ahí al lado estaba el restaurante a la carta, dos piscinas más y la playa. Entre el hotel y la playa hay un caminillo como de un metro o poco más que va recorriendo parte de la costa y ahí es donde te encuentras los restaurantes, agencias y puestos de masajes. Con la playa nos llevamos un chasco, porque aunque suponía que habría gente por ser temporada alta, tampoco me esperaba que estuviera todo cubierto por sombrillas y tumbonas (tamaño colchón gigante). Entre esto y los puestos es que ni se veía la playa como tal. Nuestros primeros comentarios fueron "¿y para esto hemos hecho tantos km? Hay muchas playas en España que merecen más la pena". La playa no es que fuera fea, y el agua estaba limpia, pero ya digo que más gente de lo que esperaba




Otro de los servicios, wifi, es gratuito en la recepción y en los restaurantes, pero en las habitaciones es de pago. En recepción hay algún ordenador, pero el precio de conexión a Internet me pareció un disparate.
Entrando en el tema de la comida, junto a la playa hay varios chiringuitos donde comer, pero como yo soy especialmente escrupuloso no me fiaba y no comí en ninguno de ellos, sólo en los del hotel, con diferente suerte. El restaurante buffet costaba 600 baths por persona y tenía por lo visto cada noche platos temáticos específicos de un país o zona, pero sólo estuvimos la primera noche. El buffet me pareció realmente escaso y la calidad tirando para mala. Nos salió caro porque comimos poquísimo. Encima la bebida aparte. Había también alguna actuación musical, pero vamos, en consonancia a la calidad del buffet. En este mismo restaurante es donde se tomaba el desayuno y tenía la misma calidad que la cena. Menos mal que lo teníamos incluido, pero poco provecho le sacamos
. La hora del desayuno era todos los días a partir de las 6:30. En el restaurante de la playa estuvimos en 3 ocasiones porque la comida era de un precio bastante razonable y la calidad no tenía nada que ver con la del restaurante buffet. La carta incluía algún plato de comida occidental, más de comida rápida que de otra cosa, y otra parte de comida tailandesa, que fue lo que pedimos siempre: brochetas de pollo, platos de fideos, curry con gambas, batido de plátano y agua para beber.
Mención aparte dentro del tema de comida es la cena de nochebuena del hotel, que fue el gasto más inútil de todos los que tuvimos durante el viaje, y fueron unos cuantos. La cena en cuestión la hacían en torno al restaurante a la carta y la piscina situada al lado. Nosotros hicimos la reserva el mismo día de la cena y en principio parecía que no quedaban demasiadas libres y sólamente las que estaban dentro del restaurante, así que muy cerca de donde iban a hacer el espectáculo no iba a quedar. La cena era en plan buffet y por un lado no me convencía, teniendo en cuenta la calidad del restaurante buffet, pero por otro lado lo que estaba incluido parecía bastante apetecible. El caso es que cuando llegamos a la cena, que empezaba sobre las 7 de la noche, la mitad de las mesas por lo menos estaban vacías (la mayoría en la zona del restaurante donde estábamos). Luego, la comida estaba distribuida en varias mesas en torno a la piscina y la cola que había que hacer era larga, porque al ser buffet había que servírsela uno mismo. De hecho la primera vez creo que nos debimos tirar más de media hora hasta regresar a la mesa con el plato lleno. Menos mal que sólo cayeron unas gotas de agua en algún momento, porque si no hubiera sido un auténtico desastre. Con respecto a la comida en sí, pues variada sí que era, con mezcla de comida tailandesa y occidental, pero no recuerdo que fuera de calidad tal y como me temía y desde luego no hubo nada que me gustara especialmente. Los postres, los típicos que ponen en muchos buffets que están empalagosos y tienen sabor "artificial". Con respecto al espectáculo, pues hubo unas actuaciones musicales y otras de "danza tailandesa moderna". A mí me pareció todo un auténtico aburrimiento y la danza igual de "divertida" que si yo me pongo a bailar. Luego hicieron también alguna especie de sorteo para regalar algo, pero no me enteré demasiado. El caso es que como ya estábamos hartos nos largamos lo antes que pudimos. Personalmente si tengo que aguantar las 4 horas que duraba "eso" me da un soponcio. Resumiendo, sobre 3600 baths por persona + bebidas aparte (porque sólo incluían una botella de vino, ¡vaya tela!. La factura final en el hotel por comida y alguna cosilla más como lavandería fue de 10000 baths
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Tema excursiones. Como digo la previsión del tiempo que iba a hacer en Phuket no pintaba demasiado bien y de hecho los primeros días estuvo nublado, hizo viento y al menos un par de noches diluvió a base de bien, por lo que hacer excursiones marítimas no nos parecía lo más idóneo, sobre todo en lancha rápida o barcas de popa larga y nos quedamos chafados en el hotel algunos días. Al final, viendo que nos íbamos a quedar 5 días en el hotel sin hacer nada, nos animamos a apuntarnos a alguna excursión por el mar, aunque de tanto pensárnoslo ya sólo podíamos hacer o la de Phang Nga o la de Phi Phi por falta de tiempo. La idea era haber preguntado desde el primer día en las agencias que había por la playa, pero con la desgana que nos entró por el tiempo y las prisas finales decidí coger las que ofrecía el hotel. Para variar terminé haciendo lo contrario de lo que tenía pensado. Reservamos dos por los pelos:
- Bahía de Phanga en barco de juncos
- Phuket highlights
En total las dos por unos 9500 baths (para 2 personas). La del barco de juncos era bastante cara.
La de la bahía de Phang Nga la hicimos el 4º día de estancia en Phuket y nos pasaban a recoger sobre las 7:30 de la mañana. Durante el desayuno nos informan de que ya nos estaban esperando en recepción. A mí me pareció extraño, porque eran las 7 de la mañana, pero allá que fuimos. Cuando salimos del hotel en la furgoneta me piden el recibo y les entrego el de la excursión a Phang Nga obviamente, pero la guía me dice que no, que le dé el otro, el de Phuket. A mí casi me da algo y menos mal que conseguí que la tía se enterara de que se había confundido y que la excursión con ella era al día siguiente, así que nos devolvió al hotel
. Yo pensaba que lo mismo había habido alguna confusión con la reserva de la excursión, pero me aclararon en el hotel que no, que había sido error de la agencia. ¡Menos mal!. Esta vez sí, a las 7:30 pasaron a buscarnos de la excursión correcta con rumbo a un puerto deportivo situado al norte de la isla de Phuket, creo que el Yacht Haven. Por el camino pasamos por la zona de Surin-Bang Tao para recoger a otras personas. Menos mal que decidí no alojarme por ahí, porque me pareció horrible. Sobre las 8:30 llegamos al puerto, nos pusieron unas pegatinas identificativas y antes de las 9 ya estábamos embarcando en el precioso barco de juncos June Bahtra. Estábamos en torno a 20 personas. Para sentarte lo podías hacer o bien en un par de bancos en la proa (o tumbarse para tomar el sol) o bien sobre unas colchonetas a cubierto del sol. El guía nos enseñó un mapa de la bahía con el recorrido y paradas que íbamos a hacer. Durante la navegación nos iban ofreciendo bebidas, fruta (plátano y piña) y unos canapés. En cuanto al recorrido, la primera parte fue saliendo del estrecho situado entre Phuket y la parte continental de Tailandia, en un paisaje con montañas cubiertas totalmente de vegetación. Pasado un rato ya se alcanza la bahía de Phang Nga y se empiezan a divisar las formaciones rocosas tan características de esta zona. Es como si estuvieras navegando entre multitud de islitas rocosas. Cada vez iban apareciendo más barcos de excursiones y me hacía gracia ver cómo en torno a alguna isla se concentraban todos los que estaban haciendo el paseo en piragua. ¡Menuda multitud! A mí moverse no me parecía que lo hicieran mucho, parecía simplemente más la gracia de estar en piragua en aquel paisaje tan espectacular
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Entrando en el tema de la comida, junto a la playa hay varios chiringuitos donde comer, pero como yo soy especialmente escrupuloso no me fiaba y no comí en ninguno de ellos, sólo en los del hotel, con diferente suerte. El restaurante buffet costaba 600 baths por persona y tenía por lo visto cada noche platos temáticos específicos de un país o zona, pero sólo estuvimos la primera noche. El buffet me pareció realmente escaso y la calidad tirando para mala. Nos salió caro porque comimos poquísimo. Encima la bebida aparte. Había también alguna actuación musical, pero vamos, en consonancia a la calidad del buffet. En este mismo restaurante es donde se tomaba el desayuno y tenía la misma calidad que la cena. Menos mal que lo teníamos incluido, pero poco provecho le sacamos

Mención aparte dentro del tema de comida es la cena de nochebuena del hotel, que fue el gasto más inútil de todos los que tuvimos durante el viaje, y fueron unos cuantos. La cena en cuestión la hacían en torno al restaurante a la carta y la piscina situada al lado. Nosotros hicimos la reserva el mismo día de la cena y en principio parecía que no quedaban demasiadas libres y sólamente las que estaban dentro del restaurante, así que muy cerca de donde iban a hacer el espectáculo no iba a quedar. La cena era en plan buffet y por un lado no me convencía, teniendo en cuenta la calidad del restaurante buffet, pero por otro lado lo que estaba incluido parecía bastante apetecible. El caso es que cuando llegamos a la cena, que empezaba sobre las 7 de la noche, la mitad de las mesas por lo menos estaban vacías (la mayoría en la zona del restaurante donde estábamos). Luego, la comida estaba distribuida en varias mesas en torno a la piscina y la cola que había que hacer era larga, porque al ser buffet había que servírsela uno mismo. De hecho la primera vez creo que nos debimos tirar más de media hora hasta regresar a la mesa con el plato lleno. Menos mal que sólo cayeron unas gotas de agua en algún momento, porque si no hubiera sido un auténtico desastre. Con respecto a la comida en sí, pues variada sí que era, con mezcla de comida tailandesa y occidental, pero no recuerdo que fuera de calidad tal y como me temía y desde luego no hubo nada que me gustara especialmente. Los postres, los típicos que ponen en muchos buffets que están empalagosos y tienen sabor "artificial". Con respecto al espectáculo, pues hubo unas actuaciones musicales y otras de "danza tailandesa moderna". A mí me pareció todo un auténtico aburrimiento y la danza igual de "divertida" que si yo me pongo a bailar. Luego hicieron también alguna especie de sorteo para regalar algo, pero no me enteré demasiado. El caso es que como ya estábamos hartos nos largamos lo antes que pudimos. Personalmente si tengo que aguantar las 4 horas que duraba "eso" me da un soponcio. Resumiendo, sobre 3600 baths por persona + bebidas aparte (porque sólo incluían una botella de vino, ¡vaya tela!. La factura final en el hotel por comida y alguna cosilla más como lavandería fue de 10000 baths

Tema excursiones. Como digo la previsión del tiempo que iba a hacer en Phuket no pintaba demasiado bien y de hecho los primeros días estuvo nublado, hizo viento y al menos un par de noches diluvió a base de bien, por lo que hacer excursiones marítimas no nos parecía lo más idóneo, sobre todo en lancha rápida o barcas de popa larga y nos quedamos chafados en el hotel algunos días. Al final, viendo que nos íbamos a quedar 5 días en el hotel sin hacer nada, nos animamos a apuntarnos a alguna excursión por el mar, aunque de tanto pensárnoslo ya sólo podíamos hacer o la de Phang Nga o la de Phi Phi por falta de tiempo. La idea era haber preguntado desde el primer día en las agencias que había por la playa, pero con la desgana que nos entró por el tiempo y las prisas finales decidí coger las que ofrecía el hotel. Para variar terminé haciendo lo contrario de lo que tenía pensado. Reservamos dos por los pelos:
- Bahía de Phanga en barco de juncos
- Phuket highlights
En total las dos por unos 9500 baths (para 2 personas). La del barco de juncos era bastante cara.
La de la bahía de Phang Nga la hicimos el 4º día de estancia en Phuket y nos pasaban a recoger sobre las 7:30 de la mañana. Durante el desayuno nos informan de que ya nos estaban esperando en recepción. A mí me pareció extraño, porque eran las 7 de la mañana, pero allá que fuimos. Cuando salimos del hotel en la furgoneta me piden el recibo y les entrego el de la excursión a Phang Nga obviamente, pero la guía me dice que no, que le dé el otro, el de Phuket. A mí casi me da algo y menos mal que conseguí que la tía se enterara de que se había confundido y que la excursión con ella era al día siguiente, así que nos devolvió al hotel









A cierta hora llegó el momento de bajar del barco a la barca rápida de popa larga para ir haciendo el recorrido por la bahía. A mí hacer estos cambios no me hacen mucha gracia aunque lleve chaleco salvavidas, porque soy un poco torpe, pero afortunadamente no terminé en el agua.
(En la imagen, el barco de juncos en el que íbamos. El grande, claro
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(En la imagen, el barco de juncos en el que íbamos. El grande, claro


Nos tocó sentarnos hacia la parte central de la barca y eso implica que con lo bajas que son estas barcas y la velocidad que cogen, pues te está salpicando agua continuamente (todavía me acordaba de la experiencia días atrás del paseo por los klongs de Bangkok). Menos mal que por los laterales la barca llevaba unos plásticos para tapar, pero aún así salpicaba mucha agua por los agujeros que tenía. La primera parada que hicimos fue en el pueblo musulmán, con las típicas casitas construidas como palafitos bajo una roca enorme. No me extraña que estuvieran sobre el agua, porque en "tierra" no había apenas espacio. Recorrimos la "calle principal", pasamos por la escuela y poco más. La panorámica del pueblo junto a la montaña era muy bonita, pero menudas condiciones de vida que podía haber ahí. Las casas estaban sobre un barrizal (debía haber marea baja en ese momento) y el olor era desagradable.



Después de eso seguimos en barca contemplando los manglares hasta llegar quizás a la parada más esperada, la de la isla de James Bond (como se llame en tailandés). La playa es mucho más pequeña de lo que yo me imaginaba y está bastante encerrada entre montañas. Si añadimos la enorme roca que se encuentra en el agua, pues francamente es un sitio espectacular. Tuvimos la suerte de que cuando llegamos no había todavía millones de personas, así que pude hacer alguna foto de la playa sin que hubiera nadie en medio. 15 minutos después había multitud. Lo que desde mi punto de vista afeaba más eran los tenderetes vendiendo souvenirs allí mismo. Después de estar aquí una media hora subimos otra vez a la barca para dar una vuelta más cerca de los manglares antes de regresar de nuevo al barco de juncos.



Una vez a bordo nos sirvieron la comida de tipo buffet, que aunque era pequeño no estaba nada mal: ensalada, fideos, pollo, pescado, fruta (sandía o piña creo que era). La última parada antes de regresar al puerto fue cerca de una isla para que quien quisiera se diera un baño en medio del mar. La excursión finalizó sobre las 15:30-16:00 y una hora después llegamos al hotel. En líneas generales la excursión estuvo bastante bien por los paisajes, aunque reconozco que sobre todo a la vuelta ya estaba cansado de tanto barco.


Al día siguiente, que era el último que pasábamos en Phuket, sí que era el día correcto en el que teníamos que hacer la excursión por la isla. Nuevamente salimos a las 7 de la mañana hacia Patong para recoger a otras personas del grupo. No me esperaba demasiado de la excursión, ya que por el momento el paisaje de la isla no me había gustado hasta el momento, por lo menos el camino desde el aeropuerto hasta Kamala (no pensaba que estuviera todo tan urbanizado de cualquier manera). Por otra parte le veía demasiado "comercio y fábrica". Patong me pareció horrible y sin la más mínima gracia, al igual que Karon. Ya el paisaje pasando de Kata me pareció otra cosa, muy verde pero menos urbanizado. La primera parada que hicimos fue en un mirador desde el que se podía contemplar una buena panorámica de las playas de Kata, Karon e incluso creo que la vista llegaba hasta Patong. La siguiente parada era para visitar el proyecto de construcción del Gran Buda, pero vaya carretera para llegar con una curva detrás de otra y unas buenas cuestas. Lo más interesante del lugar son las vistas, ya que artísticamente el Buda no es gran cosa y aún faltan varios años para que lo acaben, aunque cuando eso ocurra probablemente será el más grande del mundo. Sobre las vistas, las hay en todas las direcciones, al estar en uno de los puntos más altos de la isla. De todas formas la mañana no debe ser el momento más adecuado para contemplarlas, porque por ejemplo, la bahía de Chalong no se contemplaba bien y no se podían hacer fotos. La luz daba de frente.




La siguiente parada fue en el templo de Chalong, el templo budista más importante de Phuket. A estas alturas, después de ver unos cuantos templos en Bangkok, Ayutthaya y Sukhothai, lo que menos me apetecía era entrar en otro templito. Para terminar de convencerme, era el más mugriento que había visto hasta el momento en las escaleras, así que ganas ningunas de descalzarme. De todos modos por fuera sí era muy bonito. Como en otras ciudades de Tailandia, el recinto estaba también lleno de perros callejeros.



Después de las paradas "culturales" llegó el momento comercial. En primer lugar la granja de la miel. Aquí no me apetecía entrar porque no soy precisamente un apasionado de las abejas, más bien las rehuyo. Luego me animé a regañadientes, pero la visita era tan simple como hacerle una foto a un panal de cera y luego a la tienda. Alguna cosilla de dulces compramos. A continuación fuimos a la fábrica de anacardos. Me hizo gracia observar desde la furgoneta que las vendedoras estaban muertas del aburrimiento mano sobre mano apoyadas en el mostrador, aunque en cuanto avistaron la furgoneta se activaron al momento cogiendo cada una de ellas una cesta. Se pensarían que íbamos a hacer muchas compras, ¡ja!
. Estuvimos allí unos 15 minutos y a otra cosa mariposa. Nos fuimos hacia la zona de Cape Panwa, donde íbamos a visitar el miniacuario. La zona no nos gustó demasiado. Se veía el agua demasiado turbia y mucho barco de mercancía. No es lo que se puede entender por un paraje paradisíaco. El acuario se ve bastante rápido, ni media hora, porque es realmente pequeño. Recuerdo alguna especie de tiburón y los corales, pero poco más. Después continuamos a la ciudad de Phuket, donde según la guía de Lonely Planet que llevaba destacaba la arquitectura chino-portuguesa en la parte "antigua", pero yo no le vi la gracia por ningún lado a la ciudad. Nos estuvieron explicando algunas cosas, pero sin ni siquiera bajarnos de la furgoneta. La visita la finalizamos en un lugar en el que se podía tomar algún refresco, que por supuesto terminó siendo una tienda, en este caso de joyas. Lo único que me interesó fue que había aire acondicionado




Para volver al hotel nos cogió otro conductor que nos dio más vueltas que a una peonza, porque nos metió por un pueblo, paró, hizo una llamada telefónica para poco después recoger a una mujer joven que supongo que sería una guía, pasamos otra vez por Kata, Patong,.., o sea, desesperante. Como resumen, decir que la excursión me pareció totalmente prescindible, aunque me sirvió para darme cuenta de que la isla de Phuket no tenía nada que me interesara. Habrá hoteles espectaculares y playas buenas, pero lo interesante está en las excursiones a otras islas.
Tras comer y recoger las maletas, nos fuimos al aeropuerto para coger un vuelo a Chiang Mai con Air Asia. Pedí allí asistencia con silla de ruedas, porque a través de la página web la solicité y ni me contestaron, y me dijeron que tenía que ser asistencia al llegar a Chiang Mai. Me pareció extraño porque vi a personal del aeropuerto que acompañaba a gente en silla de ruedas, pero quizás es que no tuvieran disponibilidad de sillas en ese momento o que el personal estuviera ocupado.
Tras comer y recoger las maletas, nos fuimos al aeropuerto para coger un vuelo a Chiang Mai con Air Asia. Pedí allí asistencia con silla de ruedas, porque a través de la página web la solicité y ni me contestaron, y me dijeron que tenía que ser asistencia al llegar a Chiang Mai. Me pareció extraño porque vi a personal del aeropuerto que acompañaba a gente en silla de ruedas, pero quizás es que no tuvieran disponibilidad de sillas en ese momento o que el personal estuviera ocupado.