Nos levantamos temprano porque el avión con Ryanair salía a las 6:45. Teníamos algo de resquemor ya que era la primera vez que viajábamos con ellos, más que nada era que hubiéramos hecho bien todos los tramites (papeleos, maletas con tamaño cabina…) y no se nos olvidara nada.
Viaje perfecto, a las 8:30 ya estábamos en el Aeropuerto Marconi de Bolonia. Seguidamente nos montamos en el aerobús que te lleva a la Estación Centrale, vale 6 euros por persona, por el trayecto que es me parece caro. Aquí cogimos un tren de alta velocidad (Frecciarossa) que nos llevó a Florencia en 35´. Nos costó 24 euros por adulto y 13 euros a menores de 14 años, en total 85 euros.
Sobre las 10:30 ya estábamos en la Estación de Sta Mª de Novella (a partir de ahora, cuando me refiera a este nombre será SMN), y aquí empezó nuestra visita panorámica por el centro de Florencia.
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Nuestro alojamiento era un apartamento al lado del Palacio Pitti, lo reservamos por Booking. Nos salía más económico que un hotel y además las opiniones de las personas que habían estado lo valoraban con una nota muy alta. Hasta las 15:00 no nos daban el apartamento, pero dijimos vamos a contactar con ellos para al menos poder dejar las maletas en algún sitio. No pudimos hablar con nadie, así que se nos ocurrió ir hacia el apartamento a ver si había alguien, es decir que tuvimos que cruzar Florencia con las maletas. Allí no había nadie, seguidamente pudimos hablar por el móvil con gente del alojamiento. Estos nos dijeron que hasta las 15:00 era imposible que nos pudieran ayudar, así que bueno a seguir viendo la ciudad con las maletas a cuestas. Nos recorrimos todo el centro histórico con un pequeño percance, debido al suelo pétreo de esta “ city ”, rueda rota en mi maleta. Rejunte de todo lo que llevaba esta maleta, en las otras tres.
A eso de las 13:00 estábamos por el Mercado de San Lorenzo y decidimos comer en la segunda planta de este lugar. Es como el Mercado de San Miguel de Madrid, está muy bien, hay un poco de todo, pizzas, carnes, pescados, postres…. Nosotros comimos pizzas, nos gustó la masa, pero el contenido dejaba bastante que desear, era pobre. Me tome un capuccino por 1,5 euros, bastante bueno, grande y por lo que he ido viendo, bien de precio.
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Mientras comíamos nos llamaron del apartamento que sobre las 14:30 podíamos ir. Fuimos para alla e hicimos el check-ing y el check-out a la vez. La persona que vino nos explicó todo lo que debíamos saber sobre el apartamento y sobre un poco de Florencia.
Nos hicimos con el lugar, nos duchamos y descansamos un rato. Sobre las 18:00, volvimos a las calles de Florencia, pero ya mucho más cómodos. Nos acercamos al Palacio Vecchio para compra la Firenze Card, pero había mucha gente y decidimos dejarlo para mañana. Callejeamos por la ciudad y a eso de las 20:30 fuimos al supermercado que nos había recomendado la persona del apartamento y compramos lo necesario para nuestra cena y el desayuno del día siguiente. Cenamos y a descansar que el día había sido durillo.
A las 9:00 desayunamos y a comenzar nuestro primer día a tope por la ciudad. Fuimos al Palacio Vecchio a comprar la Firenze –Card, nada, había mucha cola; nos dirijimos a la Oficina de Turismo junto al Baptisterio, no tenían; nos mandaron a otra oficina que está junto al Palacio Medici-Riccardi, allí por fin nos hicimos con ella. Compramos una para mi mujer y otra para mí, las personas menores de 18 años pertenecientes a la CEE quedan añadidos en la misma tarjeta, es decir que no pagan. Nosotros pensábamos ir a muchos sitios y por tanto nos salía a cuenta comprarla.
Ya que teníamos al lado el Palacio Medici-Riccardi, decidimos estrenarnos allí. A destacar la Cappella dei Magi, una maravilla y la galería de Luca Giordano, uno de los pocos ejemplos de barroco florentino.
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A continuación visitamos la Biblioteca Laurenciana, que está en el Claustro de la Basílica de San Lorenzo, su importancia se debe al valor excepcional de su colección, por su antigüedad, belleza y valor filológico. Además contiene la sala de lectura con un suelo de terracota con dibujos geométricos y un vestíbulo.
Seguidamente fuimos a la Basílica de San Lorenzo, construida por Brunelleschi, en su interior destaca la Sacristía Vieja diseñada por él y la Sacristía Nueva, obra de Miguel Ángel. Ésta última se ve en las Capillas Medicis. Para ver la Cripta y la Capilla del Tesoro, hay que salir de la Basílica e ir al claustro donde allí se accede. En la Capilla del Tesoro hay relicarios y objetos de orfebrería de la familia Medici y en la Cripta se encuentran las tumbas de Cosme el Viejo y de Donatello.
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Lo siguiente que vimos fue las Capillas Medicis. Espectacular la Capilla de los Príncipes (está en restauración) lo que se ve es una preciosidad, está toda revestida de mármol de colores, las tumbas enormes y las pocas esculturas que todavía no están en “ boxes “ son geniales. Mención aparte está la Sacristía Nueva, no puedo describir la perfección de las esculturas realizadas por Miguel Ángel, una verdadera maravilla. El día y la noche, el crepúsculo y la aurora, las esculturas de Lorenzo y Juliano de Medicis, a cual mejor. No sé tengo la impresión, que éstas capillas son un poco las desconocidas de Florencia, y sin duda es una visita ineludible.
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La siguiente visita fue la Iglesia de SMN. A destacar la Capilla Tornabuoni, la Capilla Gondi y los claustros. La fachada es una verdadera preciosidad además en la plaza donde está situada realza más si cabe , su belleza.
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Eran las 13:00 y había hambre, comimos junto al Museo Bargello, todo correcto.
La tarde la dedicamos al complejo del Duomo. Visitamos el Baptisterio, lo primero que llama la atención son sus puertas, ¡ Espectaculares ¡ (aunque sean copias), el resto de la fachada está en restauración. En el interior destaca su techo de mosaico, maravilloso. Luego pensamos que había que bajar la comida, por ello nos decidimos a subir la Cúpula del Duomo. Esperamos unos 20´ ya que a un hombre le había dado un “yuyu” en lo alto, y lo estaban atendiendo. Cuatrocientos y muchos escalones pero las vistas del interior de la Cúpula y de la ciudad son impagables, merece la pena sufrir.
A continuación vimos el Duomo y su Cripta, nada que ver el exterior (una maravilla) a su interior. Y ahora una QUEJA, ¿Por qué no se puede acceder al Duomo directamente después de bajar de la Cúpula? Me parece fatal, ya que pagas para ver todo el complejo y una vez que bajas de la Cúpula y estando dentro del Duomo te dirigen a la calle. Para volver a entrar en el interior de Sta María del Fiore tienes que volver hacer cola otra vez. Pero bueno resignación, así lo tienen montado y no hay ninguna deferencia por el hecho de haber pagado.
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Seguidamente nos dirigimos a Orsanmichele, y al Palacio Vecchio, los dos estaban ya cerrados. Así que después de ésto decidimos comprar para la cena e irnos a ducharnos y descansar un rato, eran ya las 18:00.
Una vez descansados, cenamos y sobre las 21:00, salimos a ver la noche de Florencia, el recorrido que hicimos fue:
Pz. Sto Spirito-Ponte Sta Trinita-Pz. Sta Trinita-Pz della Signoria-Pz di San Firenze-Duomo-Pz della Republica-Ponte Vecchio-P.Pitti-Apartamento.
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Reponer, extraer líquidos y a dormir.
Un día más y de nuevo a patear la ciudad. Lo primero era ir a ver a nuestro amigo “ David ”. Eran las 10:00 y había una cola enorme para la personas que iban a comprar el ticket, decían que la espera podía ser de aproximadamente dos horas. Nosotros con nuestra Firenze Card apenas llegó a 15´. Una vez dentro, ya puede haber muchísimas obras importantes, pero sólo lo ves a él. Es el “ puto crack “, portentoso, hermoso, maravilloso, …………….oso, …… ¡Qué belleza!. Yo hace 30 años que lo vi por primera vez, y el tío no envejece, no pasan los años por él, seguramente habrá echo un contrato con el diablo. Otras piezas para mí superimportantes son ” Los prisioneros “ de Miguel Ángel y ” El Rapto de las Sabinas” de Giambologna, impresionantes todos.
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Una vez vista la Academia, nos fuimos al cercano Museo de San Marcos. A destacar las antiguas celdas monacales de la planta superior, decoradas con un célebre ciclo de frescos de Fra Angelico y sus ayudantes, en especial “ La Anunciación “. También espectacular el cenacolo de Ghirlandaio.
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Seguidamente nos acercamos a la Iglesia de la SS. Annunziata, la fachada y la entrada están en restauración. Lo que llama la atención en su interior es su decoración, barroca.
Nosotros la vimos como de incógnito ya que estaban haciendo misa.
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A continuación visitamos, por decir algo, el Museo degli Innocenti. Está en proceso de una gran remodelación y por tanto no se ve apenas nada. Antes de entrar ya te informan de ello, por consiguiente hacerles caso y no entréis, ya que no veréis ni un simple marco.
Antes de hacer la parada para comer, entramos en la Casa de Dante. Bajo nuestro gusto bastante prescindible. Justo al lado esta su iglesia, Sta Margherita dei Cerchi, lugar donde se encontró con Beatrice (su amada). La iglesia es bastante pequeña, pero es famosa por que aparece en el libro “ Inferno “ de Dan Brown.Comimos en el mismo restaurante que ayer, se llama “Osteria de´Peccatori”. Dijimos ya que estamos cerca, más vale correcto conocido que peor por conocer.
Después del ágape, a visitar la Basílica de la Santa Croce. Es la iglesia franciscana más grande del mundo. Para mí su plaza y su edificación tienen un encanto especial. De su interior que decir, maravillosos frescos, preciosos vitrales, numerosas esculturas etc. Además acoge las sepulturas de Maquiavelo, Galileo, Miguel Ángel, Rossini, Marconi, Vasari, entre otros. En Sta Croce está también el cenácolo de Gaddi.
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Como estábamos cerca fuimos a conocer la “Casa Buonarrotti”. Está bien, merece la pena verla.
Debido a la mucha calor, 35 ºC cada día, nos ganamos un pequeño refrigerio, así que hicimos una parada para tomarnos unos merecidos helados.
Luego del Kit-Kat, visitamos el Museo Galileo. Es un lugar donde se recoge todo tipo de herramientas e instrumentos científicos desde el Renacimiento hasta el siglo XX. Es muy atractivo, y la verdad es que se pasa un buen rato, con las curiosidades que allí se ven.
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Como se ve que no teníamos bastante, fuimos al Museo del Palacio Vecchio. Alucinante, que maravilla, el Salón de los Quinientos, una pasada con decoración de batallas pintadas por Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Vasari. Pero es que vas viendo salas, y todas son bonitas. También se ve la máscara de Dante, la cual tiene un papel muy importante en el libro antes mencionado de Brown.
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Para rematar subimos a la Torre de Arnolfo, más de 200 escalones, pero con unas vistas espectaculares de todo Florencia.
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Después de todo lo escrito, decidimos ir a nuestro Super de referencia, comprar la cena e irnos a descansar a nuestra “house in Firenze”.