Buenas a todos, voy a poner mi experiencia en este crucero, soy andaluz y lo exagero todo, lo bueno y lo malo, así que no os echéis las manos a la cabeza por algunos comentarios.
Como somos de Huelva, viajamos el día anterior a Madrid en Tren, nos alojamos en el Hotel Gran Versalles, cogimos este hotel al estar cerca de la línea roja de metro, parada Alonso Martínez, esta línea llega directa a Nuevos Ministerios y de ahí vamos al Aeropuerto.
De Atocha al hotel en taxi nos costó 10 euros, el bus sale 3, metro desde Atocha no hay, está en obras y de todas formas hay que hacer trasbordo, como maletas es un tostón pillar metro. El hotel está muy bien situado, fuimos andando a la Plaza Colon donde hay un mercado gastronómico llamado Platea, es como todos los mercados gastronómicos, caro y regular la calidad, al centro también se puede ir por la calle Fuencarral que está al lado. Podéis ir al Restaurante Street XO de David Muñoz, está a dos paradas de metro, o quince minutos andando, un consejo si vais, no os pongáis ropa muy nueva o limpia, como la cocina está en la propia barra sales oliendo a cocina.
El avión salía a las 8:45, así que nos fuimos del hotel a las 6, en 40 minutos de reloj estábamos en la T-4, hay que pagar suplemento para ir al aeropuerto, vale el billete 4,50, total 9 euros, el taxi vale 30 euros, haced vuestras cuentas, lo bueno de esta línea de metro es que te deja en Nuevos Ministerios en una planta, subes a la siguiente y ya está la línea del aeropuerto.
Llegamos a la T-4, buscamos los mostradores para facturar, se puede hacer por la máquina, te da las pegatinas y solo tienes que entregar las maletas en el mostrador, método más rápido, nosotros optamos por el tradicional, que es más lento, el que se atreva ya sabe, por la máquina.
Vamos a facturar y nos damos cuenta que se nos han olvidado los pasaportes, joder que mal rato, mientras yo esperaba en la cola, mi señora fue a preguntar a la Comisaria, por sí hacía falta el pasaporte para Turquía, en caso de ser obligatorio nos hubiéramos sacado otros, pero nos dijeron que no, así que nada a facturar y a viajar. Lo digo, no hace falta el pasaporte para viajar a Kusadasi, pero es conveniente llevarlo por si tienes algún problema con el DNI, así tienes otro documento para viajar.
El vuelo salía a las 08:45, en poco más de dos horas estábamos en Roma, en aeropuerto de Roma después de recoger las maletas se las dejamos a empleados de Royal y nos reunieron para salir en bus dirección al puerto.
No tienes que llevarlas al bus, bien por Royal.
Hicimos el embarque, no llevábamos el check-in hecho, en diez minutos ya estábamos montados.
El primer día fue de toma de contacto con el barco, la impresión que nos llevamos fue muy buena, es un barco mediano-pequeño, 2000 pasajeros, pero está muy conseguido los espacios comunes, parece mucho más grande de lo que es.
Nos pusimos los bañadores y nos fuimos a la piscina cubierta, que está climatizada y es de agua salada, allí conocimos a nuestros amigos de Toronto, John y Mena, un matrimonio de 60 años muy divertidos, muy educados, muy viajados y muy encantadores, con ellos estuvimos practicando el inglés todo el crucero. Para mi esta es una de las gracias de los cruceros, conocer gente de toda parte del mundo que en tu vida vas a volver a ver. Una noche nos sentamos a cenar, los de Toronto, unos argentinos, unos mexicanos, unos italianos y nosotros los españoles, todo una experiencia.
Piscina descubierta, tiene una pantalla con una resolución espectacular
Nos vamos a cenar y nos ha tocado una mesa de 6 personas, la primera y la segunda noche no se presentó nadie, allí estábamos los dos solos, la tercera noche, se presentaron dos matrimonios mexicanos, nos contaron que compraron el paquete de 5 cenas en los restaurantes de pago, les costó 100 dólares, habían comprado cinco cenas, más el primer día que se quedaron dormidos, iban a cenar tres veces como mucho, así que decidimos cambiarnos a la mesa de al lado, una mesa de diez muy divertida, fue de las mejores decisiones que tomamos.
CONSEJOS VENDO PARA MI NO TENGO
Los días de navegación cuando cojáis alguna hamaca, cogerla con la toalla y algún libro o bolso, porque como dejes solo la toalla, te la quitan enseguida.
Cuando volváis de las excursiones igual que los días de navegación, cogéis la hamaca con vuestro bolso y después os vais a comer.
Hay un rocodromo, tienes que apuntarte y rellenar un formulario para eximir de culpas a Royal, una vez que rellenas el formulario te hacen un agujero en la tarjeta del barco y ya te puedes montar las veces que quieras.
Los paquetes de bebidas, los puedes coger en la página web de Royal hasta cuatro días antes de salir, a nosotros nos salían con el 20% de descuento, si lo compras en el barco tienen el descuento del 20% los primeros días, pero tienes que pagar el 18 % de tasas. Se puede comprar un paquete por persona, solo tienes que pedir en bares distintos, en la cena debes entrar con un vino o una cerveza pedida en un bar de afuera, está al lado no hay ningún problema. NO SE PUEDE PEDIR DOS BEBIDAS A LA VEZ, TE COBRAN UNO, tienes que pedir de una en una.
En el Buffet de la planta once, cuando abren para las cenas ponen filetes de carne y pescado a la plancha, nosotros fuimos algún día a merendar un filete (steak, en americano), si vais algún día que no os la juegue el cocinero, le pedís uno y si os lo saca de debajo de la plancha medio hecho le llamáis la atención, que queréis uno recién hecho, no uno que llevara ahí el tiempo que sea, se nota la diferencia como podéis imaginar.
Merendando un Steak
El Buffet, tiene una terraza trasera espectacular, no entiendo como la gente comía dentro del buffet teniendo esa maravilla.
Bebidas gratis, agua, limonada, café y té, también hay una máquina de helado en el buffet.
La comida es correcta, muy americana, os imagináis. Para la cena no pidáis pescado a no ser que sea salmón, lo demás es siempre el mismo pescado con diferente nombre, yo lo aprendí en la tercera cena y desde entonces me pedía dos entradas, dos platos fuertes y dos postres, así acertaba en alguno.
Es un viaje ideal para aprender y practicar inglés, así que aprovechad. Para los niños es ideal para hablar inglés, coincididos con un matrimonio de Madrid que iba con sus tres hijos, de 11 a 8 años, según nos contaron, los niños tienen un club, no sé si es de pago, estos niños los veíamos siempre solos por el barco, sin ningún tipo de problema.
En Mesina el barco atraca en el mismo pueblo, tenéis que poneros en la parte delantera para ver el Estrecho de Mesina, a mí me recordó al estrecho de Gibraltar, hace mucho viento, es muy bonito.
Sales del barco y te están esperando los taxistas como agua de mayo,
Puerto de Mesina.
Tarifas de taxis.
Los taxistas parecen Turcos, son mucho del regateo, así que ya sabéis, cuando se calme un poco el trasiego de crucecitas puedes tener mejores precios.
No tengáis problemas si vais dos, los propios taxistas te buscan compañeros de viajes.
Taormina, 30 euros por persona, ida y vuelta.
Monte Etna, 55 euros por persona ida y vuelta.
Monte Etna y Taormina, 60 euros por persona ida y vuelta.
Los taxistas hacen de guía.
Nosotros nos quedamos por Mesina, no hace falta coger el bus turístico rojo, esta todo cerca, nosotros subimos andando, la cuesta tiene su pendiente, y pasas por barrios un poco regulares, así que vosotros decidís.
Vistas desde arriba.
Volvimos al barco para comer por estar en el mismo pueblo y por la tarde nos dimos un paseo por la zona comercial, me comí un canoli riquísimo en la confitería Irrera 1910, y una tartaleta de fresas diminutas muy ricas.
Nos volvimos en el tranvía, vale 1,80 para viajar durante 90 minutos, llegamos hasta la última parada y nuestra intención era acercamos a la playa, después de andar diez minutos, preguntar a varias personas y nadie saber decirnos sí quedaba mucho para la playa decidimos volvernos al tranvía, como no había pasado 90 minutos con el mismo ticket hicimos la vuelta.
Conclusión, Mesina es una ciudad como Nápoles pero más desastre todavía, con más mierda todavía, algunas calles parecía que no pasaban a recoger la basura desde hacía meses, hay que hacer la excursión a Taormina o el Monte Etna, tiene poco que ver esta ciudad.
El día transcurrio como todos los días de navegación, te levantas tarde, coges una para pillar una hamaca, le pones un libro, un bolsa algo para que no se quede sola la toalla, para que no te la quiten.
A las doce empezaron a hacer dos paellas gigantes, de paella solo tenían el nombre, hacían un sofrito y después le ponían el arroz previamente cocido, una fatigita, no perdáis el tiempo esta malísima. Cuando había pillado paella, nos encontramos el matrimonio Canadiense, estaban en la cola, les dije que estaba malisima y nos fuimos los cuatros a comer al restaurante. A John no le dejaron entrar en el restaurante por llevar una camiseta sin mangas, fue al camarote a cambiarse. En el restaurante se come bien, tienen un buffet de ensaladas, y un cocinero haciendo pasta, después te pides un plato fuerte mas el postre. Evitas todo el follón del buffet.
Preparando la paella.
Por la tarde nos pillamos dos hamacas en la parte trasera y nos echamos la siesta del siglo, que bueno.
Después fuimos un rato al gimnasio que esta muy bien.
Típica imagen de la piscina en dia de navegación.
Esta noche fue la silent party en la discoteca, estaba muy curiosa, no haba música, te ponías unos auriculares para escuchar la música.