Cuantos lugares hermosos me vienen a la memoria de este viaje ¡¡¡
Visitamos Viena, Praga, Budapest, Bratislava y Barcelona, en mayo del 2012.
Como dije en mis Recuerdos del viaje a Grecia, es un resumen de mis recuerdos y emociones de un viaje soñado, en realidad lo fue cada uno de ellos, todos fueron soñados y especiales, la mayoría de ellos acompañada por Amalia, mi “hermana” de viajes, y este fue el primero que hicimos las dos solas y casi por nuestra cuenta.
En este caso solo contratamos con un agente de viajes los pasajes aéreos y los hoteles, los traslados y visitas los hicimos absolutamente solas, lo cual confieso que por haber sido casi (porque en Grecia ya nos habíamos arriesgado un poco) la primera vez fue muy divertido y nos animó para, en adelante, no depender para nada de una agencia de turismo. Teniendo en cuenta estas experiencias en unos años fuimos nuestras propias agente de viajes, aprendimos que se podía sacar los pasajes directamente con la cía aérea, aprendimos a reservar los hoteles o departamentos por booking, incluso a reservar trenes y visitas por la web, todo sin problemas, y por suerte eso nos hizo ahorrar unos buenos pesos y muchas colas de ingreso.
Si alguien se toma el tiempo de leer estos recuerdos hasta el final, primero van a notar que son muchas páginas y segundo que hay muchos datos. Lo primero es porque fuimos a muchas ciudades y dentro de cada una a muchos lugares y lo segundo no se crean que es porque tengo una memoria privilegiada (en realidad es todo lo contrario) sino que tengo algunos archivos guardados con datos que fuimos recolectando antes del viaje, por ejemplo que transporte tomar para ir de un lugar a otro, los hoteles que teníamos contratados, etc
Este viaje lo hicimos dos amigas argentinas de más de 50 años por esos días.
Antes de empezar el viaje principal, como queríamos viajar por Iberia para sumar AVIOS (los puntos que daba la cía. aérea) teníamos que pasar si o si por Madrid, decidimos quedarnos la primer noche en un hotel de aeropuerto. El contratado fue el Trip Alameda, me gustó mucho con restaurante y transfer gratuito al aeropuerto, ese tipo de hoteles son una buena opción para empezar la parte importante del viaje descansadas y los hemos utilizado en varios viajes después de este.
A la mañana tomamos el transfer y el avión a Viena. Ahí nos alojamos en un hotel que nos recomendó Doris, una amiga viajera, De France Vienna se llama, muy bien ubicado, a un paso de la parada del tranvía y de la calle principal que llaman “la avenida del anillo” la avenida Ringstrasse que rodea el centro de Viena de manera circular observando los lugares más característicos.
Dentro del anillo estábamos muy cerca de la Iglesia Votiva recuerdo con una cúpula puntiaguda y en reformas, con andamios.
El Ayuntamiento al cual entramos en visita guiada, muy bonito, el patio interno me llamo mucho la atención, igual que el comedor, la sala de plenos, y los balcones. El techo y las arañas son preciosos.
El frente del Parlamento con forma de templo griego tiene delante la estatua de la diosa de la sabiduría de la mitología griega, Pallas Atenea, un conjunto magnífico.
La Opera, a la cual también entramos, absolutamente increíble, lo que más recuerdo de esa visita son las vistas del teatro desde los palcos, y las distintas salas con pinturas antiguas unas, modernistas otras, o esculturas de músicos famosos. Afuera hay un parque enfrente precioso.
Habíamos visto en blogs e internet que en Viena hay varios cafés famosos, recuerdo que fuimos a uno muy cerca de esos lugares a unos metros del anillo, no recuerdo el nombre del café porque en realidad la que se ocupa de este rubro es Amalia, debo decir acá que no voy a calificar los bares a los que fuimos simplemente porque me gustaron todos.
Otro café famoso al que fuimos es el del Hotel Sacher famoso por ser el creador de la torta Sacher, riquísima, y en un ambiente elegante que te traslada a la época de Sisi.
Vimos desde la terraza del Museo Albertina el famoso Café Mozart, al que no entramos porque de tanto café terminábamos marrones.
En el anillo hay una plaza La, Maria-Theresien-Platz que tiene un museo de cada costado, el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte y en el medio de la plaza la estatua de la Emperatriz María Teresa imponente.
Los parques de la ciudad, que tiene muchos espacios verdes, son todos majestuosos, el que me viene a la memoria es el que está sobre la avenida del anillo el Stadtpark que tiene la estatua de Strauss dorada metida como en un arco, muy bonita, como tantas otras estatuas y monumentos de Viena.
En el anillo también se encuentra el Palacio Imperial de Hofburg que es el palacio más grande de la ciudad de Viena, pero no entramos porque queríamos ir al de Schombrunn, fuera de la ciudad
En Viena nos manejamos mucho caminando y en tranvía (principal medio de transporte dentro de la ciudad), por supuesto no recuerdo a que lugares fuimos en tranvía y a cuales caminando, estoy segura que fuimos en tranvía a ver los edificios Hunderwasser, el Reloj Anker, un parque enorme Volksgarten que estaba bastante lejos del hotel, con estatuas, ahí estaba la estatua en homenaje a Mozart.
El edificio Hunderwasserhaus es un edificio realizado por el artista multifacético Hunderwasser que es un complejo residencial con un aspecto muy original rarísimo como si fueran casa encimadas de distintos colores y formas, hasta un árbol saliendo por una ventana, un lugar digno de ir a conocer.
El Reloj Anker es lo que su nombre indica que a determinada hora salen unos muñequitos, creo que en la esquina había una estatua muy interesante. En Viena hay estatuas por todos lados, muy lindos parques por todos lados, muy lindos cafés por todos lados, muy lindas iglesias por todos lados, muchos palacios por todos lados.
A mi criterio si hay algo imperdible en un viaje a Viena es el Palacio Schombrunn, el palacio de la emperatriz Sisi, al que se llega en metro, completo con mueblería y porcelanas en el interior, y un parque increíble en el exterior con jardines, fuentes, la Glorieta a un nivel más elevado que el palacio y desde la cual se puede ver unas vistas fantásticas, en una de las glorietas hay un café muy bonito también, todo el conjunto precioso, al mejor estilo Versalles, realmente vale la pena ir a conocerlo.
El palacio que me decepciono fuel el de Belvedere, que hoy día es un museo donde está la Famosa pintura de Klim “El beso”, ya habíamos decidido no entrar al museo sino solo al parque que yo recordaba magnifico de un viaje anterior, pero estaba en ese momento, a mi criterio, mucho más descuidado que los parques que habíamos visto y de lo que yo recordaba y muy lejos del centro.
En cuanto a Iglesias hay muchas y fimos a muchas, todas riquísimas en historia y cultura y cada una muy bonita a su manera, como ya mencione fuimos a la Iglesia Votiva, y la Iglesia de los jesuitas, la Iglesia de los Dominicos, la Iglesia de los Agustinos, la de los Capuchinos, Iglesia San Ruperto, Iglesia San Carlos Barromeo.
Necesitaría mucho más que una cuarentena si describo cada una para terminar el diario antes de que termine la pandemia del covid19, así que voy a concentrarme en las que más me impactaron, la Iglesia de San Pedro, y la Catedral de San Esteban.
La Catedral de San Esteban soberbia construcción donde quizás, lo que más destaca son los techos policromados. Unos detalles muy bien logrados con colores vivos en forma de zigzag. Mi foto no le hace nada de justicia, el día tampoco ayudó, y la obra que estaban llevando a cabo en ese momento tampoco, pero aseguro que los colores son brillantes.
La Iglesia de San pedro con una exquisita puerta de entrada y cúpulas verdes, está como encajonada al final de una callecita comercial, hay que estar atentos para dar con ella
En tranvía fuimos al Volksgarten un parque enorme, lejos del centro, en el que vimos, por primera vez en Viena, más lugareños que turistas, Lo que resalta en este parque es la estatua de Mozart.
La anécdota que más recordamos de Viena (en plural porque siempre sale este hecho a la luz cuando Amalia y yo hablamos de Viena) una tarde volvíamos de nuestro paseo y nos quedaba tiempo, eso creíamos, para ir al Prater, un parque de atracciones que habíamos leído que era muy curioso, y al cual se llegaba en el tranvía que paraba justo donde nos habíamos bajado del anterior, decidimos ir a echarle un vistazo, cuando vino nuestro tranvía nos subimos, al llegar a la parada del parque, ya de noche, vimos que había que cruzar un predio oscuro para llegar a la entrada del parque, decidimos no bajar y volver al hotel en el mismo tranvía ya que esa era la última parada y sabíamos que vuelve en sentido contrario, se bajaron todos, quedamos solas porque hasta el conductor se bajó, hasta ahí todo bien, se bajó a fumar…vuelve… y arranca, pasaron los minutos y nada, de pronto se apaga la luz del tranvía, pensamos: sonamos este se va al garaje y nosotras acá con todo oscuro no nos bajamos ni locas, así que nos quedamos ahí sentaditas sin movernos a ver qué pasaba, rezando a todas las religiones en todos los idiomas conocidos para que vuelva el conductor y pegue la vuelta, después de lo que pareció una eternidad aparece el grandote lo más tranquilo y arrancó, no sabíamos hacia donde, hasta que pego la vuelta y se fue por el carril contrario al que vino, respiramos por fin y agradecimos a los que nos hubieran escuchado ahí arriba, llegamos finalmente al hotel agradecidas de no tener que pasar la noche acostadas en el pasillo del tranvía. Yo pensaba que si mis hijas supieran esto no me dejan ir por mi cuenta ni a la esquina. Es una anécdota de las mejores porque confirma que somos capaces de mantener la calma en cualquier circunstancia a pesar que somos dos ansiosas (aplausos y risas)
Es increíble la cantidad de atracciones, monumentos, iglesias, parques, museos, palacios, etc que hay para ver en Viena. No mencione aun la calle peatonal Graven muy bonita y comercial, La Columna de la Peste estatua que conmemora la culminación de la peste, muy impresionante. El monumento a la Sucesión que parece una gran pelota dorada puesta sobre el techo de un edificio, curiosa y el mercado cercano a ese monumento. El Palacio Holfburg en pleno centro de la ciudad sobre el Anillo de oro, al cual no entramos. La Escuela Española de Equitación a la cual tampoco entramos y de cuyo frente dejo foto a continuación.
Donde fuimos y fue mi gran decepción del viaje fue Grinzing un municipio al que yo ya había ido en un viaje anterior y que me había conmovido por la cantidad de bodegas, restaurantes con música en vivo y camareras con vestimenta típica y el buen ambiente general del lugar. Lo que encontramos esta vez era como una localidad dormida, no quedaba nada de lo que yo recordaba, pocos restaurantes abiertos y de música y ambiente nada de nada, cenamos y nos volvimos al centro, como no había nada que llamara la atención ni fotos sacamos.