Cala Agulla ✏️ Diarios de Viajes de España

Como siempre, tardamos mil años en ponernos en marcha, yo no sé en otras casas, pero en la nuestra es todo un reto estar los cuatro duchados, vestidos, peinados y en perfecto estado de revista antes de las nueve. Y menos si estamos de vacaciones. Normalmente en estos casos el despertador es Queralt, que a las siete y media nos llama... y a las ocho se vuelve a dormir...

Así que ya bajamos tarde a desayunar, pero... es que estamos de vacaciones!! No pasa nada, el desayuno es hasta las diez y media.

Desayunamos en la terraza, hace un día espléndido. El buffet está bastante bien, para ser un tres estrellas con cuatro gatos alojados. Hay cava, mmmmm, seguro que es porque hoy es domingo, que eso ya me lo sé, así que aprovecho que seguro que otro día no habrá (y no, no habrá). Y vaya por Dios, si hay crepes!!! Ahora no voy a tener más remedio que desayunar crepes todos los días, la operación bikini se fue al traste

En recepción cogemos algunas toallas de piscina, previo pago de un depósito de 15 euros que nos devolverán cuando las devolvamos, valga la redundancia. Preguntamos por el Erosky, ayer vimos que lo anunciaban,pero no acertamos a ver dónde establa. Nos indican uno en Sa Coma. Nos dan un plano como el de ayer, pero este en vez de ser de Palma es de Cala Millor, lógico por otra parte.

Preparamos la mochila y bajamos a la playa. El papi no quiere andar mucho, así que cogemos el coche, total, luego lo necesitaremos. No vamos muy lejos, nos quedamos en la misma Cala Millor, justo al lado de la Punta de N'Amer, una zona protegida, que tiene un castillo o algo similar.

Aparcamos muy cerca de la playa, y llevamos a Laia en brazos (bueno, la lleva el papi, que ya pesa lo suyo), porque con los zuecos estos de plástico con agujeritos que he tenido la feliz idea de ponerle casi no puede dar un paso la pobre... En este acceso no hay plataforma de madera, pero la arena está a tocar de la cera.

Hace un calor achicharrante, y no llevamos sombrilla, ni me he traído la crema, ni las peques tienen un mal cubo para jugar... aún así nos quedamos un buen rato, sin sacarnos la camiseta.

Si miras a la derecha, allí al lado, ves la Punta de N'Amer, a la gente paseando bordeando la costa... y parece que estés en un sitio diferente, porque si miras atrás, todo son edificios típicos de los años 70, casi todo hoteles o apartamentos turísticos. Hacia la izquierda, ya a lo lejos, la Costa des Pins, allí donde Pedro J. tiene su controvertida piscina.

Levantamos el campamento y nos vamos a comprar. En el Erosky compramos, además de comida, bebida, postres, ... una sombrilla, un par de esterillas de bajo precio y bajísima calidad, chismes para la playa (la crema, los cubos...), y pañales, que con las restricciones de equipaje no los he traído de casa. Los paquetes pequeños que compramos resultan ser de ínfima calidad, y a la pobre Queralt le sale un sarpullido

Hoy comemos en la terraza del apartamento, con vistas a la playa...

Después de la siesta del papi y la peque, decidimos ir a la playa en condiciones, ahora que ya tenemos los aparejos necesarios. Mi marido me dice que escoja yo el sitio, pero que no sea muy lejos...

Cojo los mapas. Todo lo que veo me suena, pero no soy capaz de discernir si son playas largas, calas recónditas o pueblos pintorescos (además, aquí a todo le llaman "cala"). Tengo un lío tremendo, debe ser cosa de la edad. Y es que al final no había hecho ni planning, ni lista de sitios para ver, ni sitios no accesibles a evitar... nada, y una, a estas alturas de la vida, ya se lo tiene que apuntar todo . Apenas me vine con un par de recomendaciones de última hora que le pedí a Rosaana y con una planito de Palma que saqué del google maps, donde estaban la catedral, el palacio de la Almudaina, el Bar Bosch i Can Joan de s'Aigo.

Así que... decido Cala Ratjada, y para allá que nos vamos

Llegamos en un plis a Son Servera, cómo puede ser??? aunque tardamos mil años en atravesarla (a ver si mañana encontramos el atajo...). Cuando llegamos a Cala Ratjada, vamos siguiendo recto recto esperando encontrar la playa al final, pero la playa no aparece Al tercer o cuarto letrerito de “Cala Agulla” que vemos, tiramos para allá. Tampoco es que esté cerca... Mi marido aparca en una calle sin salida, vemos el mar, pero... y la playa??

Me bajo a hacer una inspección Un caminito pavimentado bordea la costa, pero de la playa ni rastro. Ai sí, parece que allí a la izquierda está la playa. Peroooo, y si luego me encuentro escaleras??? . Mmmmmm “nusé”, mejor aparcamos en otro sitio...

Hala, otra vez al coche. Parece que la zona asfaltada se acaba. Pues giramos a la derecha, hacia la playa. Llegamos a una rotonda y sí, ahora sí vemos la playa. Bien! Un coche se va, aparcamos, y bajo a hacer “la inspección”. Anda!, pero si la playa está aquí al lado, sólo veía la zona de enfrente y me parecía algo lejos para cualquiera de mis opciones (llevar a Laia en brazos o llevar la silla por la arena, medio levantada y marcha atrás...)

Así que cogemos los bártulos, o sea, sombrilla, esterillas, mochilas, cubos y palas, y las crías (bueno, ellas no, que no entrarían en la categoría de bártulo ) Me va a coger complejo de burro de carga

Nos instalamos casi nada más llegar, bajando una rampa pavimentada con bastante pendiente para lo que sería un usuario autónomo de silla de ruedas. No hay pasarela de madera. (Diría que tampoco he visto aparcamiento reservado a discapacitados)

La playa es bonita, el color del mar precioso... detrás nuestro, un chiringuito y un pinar...

La zona más alejada parece más abrupta

Pasamos allí bastante rato, se está a gusto. En la zona donde estamos, todo son familias, y españolas. Los guiris están un poco más adentro. Empiezan a irse pronto, que tienen que cenar Así que va desfilando ante nosotros todo tipo de veraneantes, aunque mayormente jóvenes y extranjeros. Pasa un grupo con una radio CD, chumba, chumba... y hacemos broma “mira éstos con el loro!”, pero más tarde pasa otro grupo con un bafle, que tienen que llevar entre dos. No tengo palabras

Aprovecho y hago algunas fotos de las vistas desde donde estamos nosotros

Bueno, también llega la hora de irnos. Enfilamos directos al hotel, que vamos a necesitar un buen rato para desarenar a las peques

Después de ponernos guapos bajamos a cenar, luego nos tomamos un café mientras acaba la minidisco. Sólo hay críos alemanes y están haciendo una especie de concurso con música. Queralt se pone allí al lado a bailar de esa manera curiosa de los críos de dos años, y la animadora no le hace ni caso. Tampoco me importa, como le diga algo, la cría va a salir corriendo. Laia no quiere ni acercarse, como suele ser habitual.

Nos abrigamos un poco y nos vamos a dar un paseo xino-xano, que el papi está ya mejor. Allí al lado, frente a la playa, hay un chiringuito tipo chill-out. No hay niños... Continuamos por el paseo marítimo. No hay mucha gente, están todos los alemanes agrupados en las terrazas de los bares con tele. Juega Alemania el primer partido del mundial, y a los pobres australianos les están dando “la del pulpo”