Partiamos del aeropuerto de Gatwick en Londres con la compañía easyjet con dirección al aeropuerto Marco Polo en Venecia.
La verdad llegamos a Venecia a las 23:00 de la noche y estabamos desorientadas, no sabiamos que medio de transporte había para llegar hasta La Laguna. Fuimos a un mostrador turístico de transportes y decidimos coger el vaporetto de Alilaguna. Nos costó 12,50 Euros por persona.
Había gente haciendo cola en la parada del barco, y nosotras también nos pusimos en la cola.
La verdad al zarpar como era tan de noche no se veía nada, tan solo oliamos el salitre del mar.
A mitad del trayecto (porque duró una hora hasta llegar a la Laguna) comenzamos a ver las pequeñas islas de alrededor como Lido, parecía que estabamos insertas en una película.
Al comenzar a acercarnos nos quedamos perplejas al ver iluminada la Plaza de San Marcos con esos tonos rosaceos. La verdad es que nos asombro y desconcertó a la vez. Uno las imágenes que ve de Venecia es con una iluminación impresionante, y al llegar y ver esa iluminación rosacea era algo diferente, y además daba una sensación de paz y tranquilidad muy fuerte.
Al bajarnos en la Plaza de San Marcos cogimos otro vaporetto (el nocturno precio 6,50 Euros) con dirección a Ca d'oro que era nuestra parada, ya que al lado estaba nuestro hotel.
Nos bajamos y comenzamos a ir por las callejuelas estrechas (la verdad es que nos asustamos al principio porque no nos esperabamos que todo fueran callejuelas, y la verdad bastante dejadas de la mano de Dios, porque para ser una ciudad tan maravillosa y turística considero que tendrían que rehabilitarlas un poco más), hasta que salimos a una calle de las grandes y llegamos al Campo di Santo Apostoli justo cerca estaba nuestro hotel La Locanda Novo.
Al verlo nos asustamos, pensamos que era un antro de mala muerte desde afuera, en un callejón por donde no podían pasar casi dos personas a al vez. Además habiamos leido que era un palazete, y claro no fue nuestra sensación que fuera tal cosa. Entramos con un poco de escepticismo, el conseje era muy amable (ya que era un hotel familiar) y al subir las escaleras que nos llevaban a la habitación seguía sin parecer gran cosa... Pero al abrirnos la habitación ¡Madre Mía! que sorpresa... La verdad es que parecía que nos habíamos metido en una película de época. Era la habitación más grande había visto nunca. La verdad que valió la pena alquilar ese hotel.
Después de tanta sorpresa decidimos acostarnos para poder al día siguiente comenzar nuestra exploración de La Laguna
La verdad llegamos a Venecia a las 23:00 de la noche y estabamos desorientadas, no sabiamos que medio de transporte había para llegar hasta La Laguna. Fuimos a un mostrador turístico de transportes y decidimos coger el vaporetto de Alilaguna. Nos costó 12,50 Euros por persona.
Había gente haciendo cola en la parada del barco, y nosotras también nos pusimos en la cola.
La verdad al zarpar como era tan de noche no se veía nada, tan solo oliamos el salitre del mar.
A mitad del trayecto (porque duró una hora hasta llegar a la Laguna) comenzamos a ver las pequeñas islas de alrededor como Lido, parecía que estabamos insertas en una película.
Al comenzar a acercarnos nos quedamos perplejas al ver iluminada la Plaza de San Marcos con esos tonos rosaceos. La verdad es que nos asombro y desconcertó a la vez. Uno las imágenes que ve de Venecia es con una iluminación impresionante, y al llegar y ver esa iluminación rosacea era algo diferente, y además daba una sensación de paz y tranquilidad muy fuerte.
Al bajarnos en la Plaza de San Marcos cogimos otro vaporetto (el nocturno precio 6,50 Euros) con dirección a Ca d'oro que era nuestra parada, ya que al lado estaba nuestro hotel.
Nos bajamos y comenzamos a ir por las callejuelas estrechas (la verdad es que nos asustamos al principio porque no nos esperabamos que todo fueran callejuelas, y la verdad bastante dejadas de la mano de Dios, porque para ser una ciudad tan maravillosa y turística considero que tendrían que rehabilitarlas un poco más), hasta que salimos a una calle de las grandes y llegamos al Campo di Santo Apostoli justo cerca estaba nuestro hotel La Locanda Novo.
Al verlo nos asustamos, pensamos que era un antro de mala muerte desde afuera, en un callejón por donde no podían pasar casi dos personas a al vez. Además habiamos leido que era un palazete, y claro no fue nuestra sensación que fuera tal cosa. Entramos con un poco de escepticismo, el conseje era muy amable (ya que era un hotel familiar) y al subir las escaleras que nos llevaban a la habitación seguía sin parecer gran cosa... Pero al abrirnos la habitación ¡Madre Mía! que sorpresa... La verdad es que parecía que nos habíamos metido en una película de época. Era la habitación más grande había visto nunca. La verdad que valió la pena alquilar ese hotel.
Después de tanta sorpresa decidimos acostarnos para poder al día siguiente comenzar nuestra exploración de La Laguna