Nos levantamos a las 9:00 cuando vinieron a traernos el desayuno a la habitación, y decidimos tomárnoslo con calma, veniamos de estar siete dias en Inglaterra durmiendo poco y corriendo para poder ver todo lo posible.


Salimos con dirección al Ponte di Rialto, a ver el famoso puente y las vistas de la Laguna desde él. La verdad nos pensabamos que iba a ser más complicado encontrar el puente pero nos dimos cuenta que no porque está indicado por todas las calles como llegar a él.



Estuvimos viendo las tiendecitas que hay ambos lados del puente de máscaras, cristal, madera, etc.
Nos pusimos rumbo a la Plaza San Marcos. De camino a ella pasamos por Scuola Grande di S. Teodoro, que es un centro de conciertos, y justo al lado la Iglesia de San Salvador donde estuvimos viendo los cuadros de Tiziano que hay dentro de la iglesia.



Continuamos hasta llegar a la Plaza. La verdad es que no estaba tan llena de gente como me imaginaba (aunque esa opinión cambio a mediodía cuando se llenó de colegios, y grupos). Estuvimos viendo la Plaza y derrepente lo que más llama la atención fué la Basilica di San Marcos, tan majestuosa, era excepcional.



Decidimos entrar porque ir a Venecia y no entrar en la Basilica es un crimen. Era preciosa, el techo está todo forrado con pequeños mosaicos que forman pasajes bíblicos.



A parte de eso entramos a visitar la Pala de Oro (precio 2 Euros por persona) que es un retablo con incrustaciones de oro, esmalte y joyas; y también los tesoros (3 Euros por persona).
Después de ver estas cosas subimos a la parte de arriba (torre de la basílica 4 Euros por persona) por una escalinata que parece que no se va a acabar nunca para ver La Loggia dei cavalli que es una cuadriga de caballos de acero que los tomó Napoleón como botín en 1797. También salimos a la terraza para poder ver toda la esplendor de la laguna.





Cuando salimos de la Basilica dimos una vuelta alrededor de la plaza para ver todo lo que había. Pasamos por delante del Palazzo Ducale pero decidimos no entrar a verlo, porque sinceramente ya verlo por fuera es todo un espectáculo de color rosa con sus columnatas blancas.
Como tras él estaba el Ponte dei Sospiri pues fuimos a verlo, es la anécdota más graciosa del viaje. La verdad es que la gente se hacia fotos delante de él, pero nosotras no llegábamos a saber cual es, vimos un cartel y pensábamos que era un puente que había en obras. Durante todo el viaje pensamos que el puente de los suspiros era ese pequeño puente en reformas, hasta que llegamos a Palma y nos dimos cuenta de nuestro error, entonces ya nos cuadraban las cosas y nos reimos mucho. Porque nos tiramos haciéndonos fotos delante del puente equivocado durante cinco dias.

Después de eso nos fuimos a buscar un sitio donde comer por cerca del Campo di San Zaccaria. Y tras eso pusimos de vuelta al hotel a descansar un poco, porque llebamos cansancio acumulado, y mientras observabamos los pequeños rincones de Venecia que esa es la gracia.



La verdad es que nos quedamos traspuestas en el hotel varias horas y de nuevo salimos sobre las 20:00 a explorar de nuevo la isla. Nuestra primera parada fue en la Iglesia Santi Apostoli que la teniamos al lado del hotel, la verdad es que tenía un cristo un poco curioso, y los frescos del techo eran de Fabio Canal.



Tras eso nos acercamos a ver Ca d'Oro (Casa de Oro que se llamaba así por el dorado que decoraba originalmente los detalles de la fachada)pero también por fuera, habiamos decido no entrar a los palacios, porque considerábamos que verlos por fuera ya eran todo un espectáculo, y también había que tener en cuenta que nos habiamos gastado un pastón en Inglaterra los dias anteriores.


Fuimos caminando hasta el Ponte dei Scalzi (es el primero de los tres puenets que cruzan el Gran Canal) y vimos también la iglesia Santa Maria di Nazzareta.




Tras eso buscamos un lugar donde cenar, y encontramos un restaurante que estaba muy bien de precio 15 euros el menú por persona, y con un menú típico veneciano (o por lo menos eso nos dijeron a nosotras, ja, ja, ja,... Era espaguetis negros con sepia, e hígado frito con cebolla y polenta, de postre tiramisú (había para elegir entre varios platos, pero estos nos parecieron menos comunes))


Después de la cena comenzó a lloviznar y nos perdimos para volver al hotel, pero bueno nada importante tan solo porque nos estábamos mojando. Pero llegamos pronto al hotel para poder descansar.


Salimos con dirección al Ponte di Rialto, a ver el famoso puente y las vistas de la Laguna desde él. La verdad nos pensabamos que iba a ser más complicado encontrar el puente pero nos dimos cuenta que no porque está indicado por todas las calles como llegar a él.



Estuvimos viendo las tiendecitas que hay ambos lados del puente de máscaras, cristal, madera, etc.
Nos pusimos rumbo a la Plaza San Marcos. De camino a ella pasamos por Scuola Grande di S. Teodoro, que es un centro de conciertos, y justo al lado la Iglesia de San Salvador donde estuvimos viendo los cuadros de Tiziano que hay dentro de la iglesia.



Continuamos hasta llegar a la Plaza. La verdad es que no estaba tan llena de gente como me imaginaba (aunque esa opinión cambio a mediodía cuando se llenó de colegios, y grupos). Estuvimos viendo la Plaza y derrepente lo que más llama la atención fué la Basilica di San Marcos, tan majestuosa, era excepcional.



Decidimos entrar porque ir a Venecia y no entrar en la Basilica es un crimen. Era preciosa, el techo está todo forrado con pequeños mosaicos que forman pasajes bíblicos.



A parte de eso entramos a visitar la Pala de Oro (precio 2 Euros por persona) que es un retablo con incrustaciones de oro, esmalte y joyas; y también los tesoros (3 Euros por persona).

Después de ver estas cosas subimos a la parte de arriba (torre de la basílica 4 Euros por persona) por una escalinata que parece que no se va a acabar nunca para ver La Loggia dei cavalli que es una cuadriga de caballos de acero que los tomó Napoleón como botín en 1797. También salimos a la terraza para poder ver toda la esplendor de la laguna.






Cuando salimos de la Basilica dimos una vuelta alrededor de la plaza para ver todo lo que había. Pasamos por delante del Palazzo Ducale pero decidimos no entrar a verlo, porque sinceramente ya verlo por fuera es todo un espectáculo de color rosa con sus columnatas blancas.
Como tras él estaba el Ponte dei Sospiri pues fuimos a verlo, es la anécdota más graciosa del viaje. La verdad es que la gente se hacia fotos delante de él, pero nosotras no llegábamos a saber cual es, vimos un cartel y pensábamos que era un puente que había en obras. Durante todo el viaje pensamos que el puente de los suspiros era ese pequeño puente en reformas, hasta que llegamos a Palma y nos dimos cuenta de nuestro error, entonces ya nos cuadraban las cosas y nos reimos mucho. Porque nos tiramos haciéndonos fotos delante del puente equivocado durante cinco dias.


Después de eso nos fuimos a buscar un sitio donde comer por cerca del Campo di San Zaccaria. Y tras eso pusimos de vuelta al hotel a descansar un poco, porque llebamos cansancio acumulado, y mientras observabamos los pequeños rincones de Venecia que esa es la gracia.



La verdad es que nos quedamos traspuestas en el hotel varias horas y de nuevo salimos sobre las 20:00 a explorar de nuevo la isla. Nuestra primera parada fue en la Iglesia Santi Apostoli que la teniamos al lado del hotel, la verdad es que tenía un cristo un poco curioso, y los frescos del techo eran de Fabio Canal.



Tras eso nos acercamos a ver Ca d'Oro (Casa de Oro que se llamaba así por el dorado que decoraba originalmente los detalles de la fachada)pero también por fuera, habiamos decido no entrar a los palacios, porque considerábamos que verlos por fuera ya eran todo un espectáculo, y también había que tener en cuenta que nos habiamos gastado un pastón en Inglaterra los dias anteriores.




Fuimos caminando hasta el Ponte dei Scalzi (es el primero de los tres puenets que cruzan el Gran Canal) y vimos también la iglesia Santa Maria di Nazzareta.




Tras eso buscamos un lugar donde cenar, y encontramos un restaurante que estaba muy bien de precio 15 euros el menú por persona, y con un menú típico veneciano (o por lo menos eso nos dijeron a nosotras, ja, ja, ja,... Era espaguetis negros con sepia, e hígado frito con cebolla y polenta, de postre tiramisú (había para elegir entre varios platos, pero estos nos parecieron menos comunes))


Después de la cena comenzó a lloviznar y nos perdimos para volver al hotel, pero bueno nada importante tan solo porque nos estábamos mojando. Pero llegamos pronto al hotel para poder descansar.