Empezamos el día a las 8'30 con el desayuno que nos han preparado a base de café, mermeladas caseras, la famosa mantequilla salada, pan tostado, yogures y fruta fresca.
A pesar de nuestras plegarias, sigue lloviendo.
Partimos directamente hacia SAINT-SULIAC. Es un pequeño pueblo, de apenas 1.000 habitantes, a 14 km. de Saint Maló. Está etiquetado dentro de "Les plus beaux villages de France" (Pueblos más bellos de Francia". Esta categoría la conceden, entre otras cosas, a los pueblos que tienen un rico patrimonio artístico (al menos 2 monumentos históricos)
En una pequeña plaza hay una Oficina de Turismo donde recogemos el plano de la villa. Tiene una salida al mar muy bonita.Recorremos el pueblo en una hora y media.
Las impresiones son muy buenas además ya no llueve, esto promete.
Estas son algunas imágenes de Saint-Suliac:
Continuamos viaje hacia Dol de Bretagne, nos separan unos 20 Km.
Es una pequeña ciudad con mucho encanto por sus calles al más puro estilo medieval y por la Catedral de Saint Samson que, por fuera es muy bonita (y distinta a otras porque le falta una torre) y por dentro es enorme y con bonitas vidirieras.
La mañana nos está saliendo muy bien. No llueve y todo lo que vemos nos gusta.
Como ya son las 12 de la mañana, tenemos que ir pensando en comer. Nos ha sorprendido mucho durante todo el viaje que los horarios para comer y cenar son totalmente "a la francesa", independientemente del turismo tan variado que tienen. Si no comes a la 1h. sencillamente, no comes. Así pues nos vamos otros 15 Km. hasta Combourg. En este pueblo vivió el escritor romántico Chateubriand. Paseamos por sus calles...
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Hacemos una parada para comer en un restaurante junto al castillo: "Les Relais des Princes". Aquí probamos los platos más típicos de la zona, incluídas las famosas "galletes", unos postres a base de pera y licor, sidra bretona y cafés para todos. Total 84€. Muy recomendable
Después de comer, vamos a ver el castillo aunque no entramos dentro. Está rodeado por una pradera impresionante y lo bordea un lago que nos deja con la boca abierta. Para nosotros, que somos de tierra de secano, tanto verde y tanta agua nos deja alucinados. En esta época del año, está muy, muy bonito. Merece mucho la pena la visita
Todavía son las 3 de la tarde y estas alturas del día, estamos muy contentos. Cada pueblo que visitamos nos parece que nos gusta más que el anterior, la comida es estupenda y además ha salido el sol.
Nos merecemos una pequeña siesta antes de salir a ver el siguiente pueblo que tenemos previsto.
A 20 Km. de Combourg, llegamos a Becherel. Este pueblecito de poco más de 700 habitantes, está considerado, al igual que Combourg, como "Petit cité de caractère". Este título lo conceden a los pueblos que tienen un conjunto arquitectónico de calidad y se comprometen a mantenerlo y difundirlo. Además se le conoce como "el de los libros" por la cantidad de librerías que tiene. Nos resulta muy agradable de ver pero no tiene nada de vida (al menos a la hora que hemos llegado) así que, hacemos unas fotillos y nos vamos.
Después de una media hora de coche (unos 30Km. aprox) llegamos a Dinan. Dejamos el coche en la parte alta de la ciudad en un parking que, por casi 5 horas, nos cobran solamente 1,80€. Un chollo.
De todas las que hoy hemos visitado, esta es la más grande. Esta ciudad tiene las etiqueta de "Ciudad de arte e historia". Conserva estupendamente una gran cantidad de casas con sus entramados de madera típicos de la época medieval. Tiene mucha vida y mucho turismo. Da gusto pasear por sus calles llenas de tiendas y restaurantes aunque hay que hacer una advertencia: todo está adoquinado y tiene unas cuestas enormes.
Vamos bajando por la calle Jerzual (super empinada) y no paramos de hacer fotos:
Seguimos bajando hasta el puerto y hacemos un descanso, con cerveza incluída, disfrutando de las vistas
Ahora nos toca subir y, aunque las vistas desde arriba y desde este lado de la muralla son muy bonitas, la cuesta termina con nosotros. Llevamos cansancio acumulado de todo el día y decidimos ir a cenar. Casualmente entramos en un restaurante donde la camarera hablaba un poco de español y donde además nos dieron la carta en nuestro idioma. Todo resulto así muy fácil y muy bueno.
Desde aquí volvemos a Saint Maló. Para mañana hemos previsto visitar el Mont Sant Michel...