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Empezaba la última etapa de nuestro viaje. Por otros diarios sabréis que no somos muy de visitar ciudades, pero es verdad que no podíamos dejar de pasar un par de días en la capital del país que estábamos visitando.
Volviendo al tema que nos ocupa; la mañana amaneció fresquita y se veía a la gente por la calle con ropa de abrigo. Tuvimos que esperar un rato antes de poder pasar por la ducha (cosas del baño compartido).
Hoy teníamos que devolver el coche (antes de las 13h), así que, después de desayunar nos fuimos a ver el Forth Rail bridge. Un puente para ferrocarril construido entre los años 1883 y 1890 y que vino a paliar los problemas de comunicaciones que había entre el noreste y noroeste de Escocia.
Volviendo al tema que nos ocupa; la mañana amaneció fresquita y se veía a la gente por la calle con ropa de abrigo. Tuvimos que esperar un rato antes de poder pasar por la ducha (cosas del baño compartido).
Hoy teníamos que devolver el coche (antes de las 13h), así que, después de desayunar nos fuimos a ver el Forth Rail bridge. Un puente para ferrocarril construido entre los años 1883 y 1890 y que vino a paliar los problemas de comunicaciones que había entre el noreste y noroeste de Escocia.
Como ya no necesitábamos más el coche, nos fuimos al aeropuerto para devolverlo. La entrega transcurrió sin problemas. Tras tomar un chocolate con unos muffins, cogimos el autobús que nos llevó al centro de Edimburgo (Airlink-100).
El plan para estos dos días era de relax. Visitar lo imprescindible (castillo, Calton hill, la Royal Mile y poco más), así que nos lo tomamos con muuuuucha calma.
Según llegamos al centro, nos fuimos a callejear un poco por la Royal Mile. Esta famosa calle del centro antiguo de Edimburgo une el palacio de Holyrood con el Castillo de Edimburgo.
Aparte de un montón de tiendas de suvenires, también pudimos ver varios edificios emblemáticos de Edimburgo como la catedral de St. Giles. Una de las cosas que nos llamaron la atención en nuestro anterior viaje fueron las estrechas callejuelas que salen de la Royal Mile llamadas ‘closes’ (término escocés utilizado para llamar a los callejones). El más famoso quizás sea el de Mary King Close.
Según llegamos al centro, nos fuimos a callejear un poco por la Royal Mile. Esta famosa calle del centro antiguo de Edimburgo une el palacio de Holyrood con el Castillo de Edimburgo.
Aparte de un montón de tiendas de suvenires, también pudimos ver varios edificios emblemáticos de Edimburgo como la catedral de St. Giles. Una de las cosas que nos llamaron la atención en nuestro anterior viaje fueron las estrechas callejuelas que salen de la Royal Mile llamadas ‘closes’ (término escocés utilizado para llamar a los callejones). El más famoso quizás sea el de Mary King Close.
Mientras paseábamos por la Royal Mile vimos un sitio que tenía buena pinta y aprovechamos para comer. El bar se llamaba The Filling Station y pagamos (£22,40).
Después de comer fuimos a visitar la estatua en honor al perro Bobby en Greyfriars, quien permaneció junto a la tumba de su dueño desde 1858 hasta 1872.
Aunque no lo teníamos previsto, mientras paseábamos, pasamos junto al Museo Nacional de Escocia. La entrada era gratuita, así que, pensamos que era una buena opción para hacer algo de tiempo hasta que se hiciera la hora de subir a Calton Hill para fotografiar el atardecer sobre Edimburgo.
Y la verdad es que acertamos. El museo fue inaugurado en 1998 y en él se exponen cerca de 10.000 objetos de todas las épocas de la historia de Escocia.
Y la verdad es que acertamos. El museo fue inaugurado en 1998 y en él se exponen cerca de 10.000 objetos de todas las épocas de la historia de Escocia.
[img]hhttps://www.dropbox.com/s/t2dhgtzdi3z2pjw/sco_mon_115.jpg?raw=1[/img]
Y para acabar el día, subimos por Princess Street hasta Calton Hill para disfrutar de un bonito atardecer.
Cuando se fue la luz, bajamos al centro, cenamos algo rápido y cogimos el bus que nos llevaría de vuelta al B&B.
***final del día 20 ***
Aunque aún nos quedaba una noche más en Edimburgo, nuestro vuelo al día siguiente salía a las 6 de la mañana. Y como no estábamos seguros de que se pudiera pasar la noche en el aeropuerto, decidimos que la mejor opción era coger una noche adicional en el Travelodge que está al lado de la estación de autobuses. El único problema era dónde dejar el equipaje (en el Travelodge, no nos daban la habitación hasta las 14h), así que tras desayunar y despedirnos de nuestro anfitrión, nos fuimos al centro y dejamos las maletas en la consigna de la estación de autobuses (Edinburgh Bus Station). Si no recuerdo mal, cogimos 3 consignas pequeñas (£7 cada una por 24h).
Justo a la hora de apertura (10h) estábamos frente el monumento a Walter Scott, una de las figuras más importantes de la literatura escocesa. Inaugurada en 1845, está situada al sur de Princes Street y desde lo alto de sus 61 metros, se tiene unas magníficas vistas de todo Edimburgo. Eso sí… para poder disfrutar de las vistas, hay que subir los 287 escalones que hay en su interior.
Justo a la hora de apertura (10h) estábamos frente el monumento a Walter Scott, una de las figuras más importantes de la literatura escocesa. Inaugurada en 1845, está situada al sur de Princes Street y desde lo alto de sus 61 metros, se tiene unas magníficas vistas de todo Edimburgo. Eso sí… para poder disfrutar de las vistas, hay que subir los 287 escalones que hay en su interior.
Información
Entrada: £4
Bien conservado
Visitas por cuenta propia
Información en inglés con audio-guía en varios idiomas.
Se permite fotos y video
Tras la visita, tomamos un café en el Starbucks (£10,85) que hay en Hunter square y seguido subimos por la Royal Mile hasta el castillo ya que queríamos ver el disparo del cañón que se produce todos los días (excepto domingos) a las 13h.
Según reza en uno de los paneles explicativos, se empezó a disparar en 1861 para proporcionar una señal audible a los barcos en los días de niebla. Desde entonces se ha convertido en una tradición que reúne a muchos turistas en torno al cañón.
Situado en lo alto de un volcán extinto, el Castillo de Edimburgo es un conjunto de edificios de los siglos XII al XX que reflejan las diferentes utilizaciones que de él se han hecho (fortaleza, palacio real, cuartel y prisión). El castillo fue residencia real hasta la unión de las dos coronas en 1603, tras lo cual, la corte se estableció en Inglaterra.
Información
Entrada: £16 (gratis con la Explorer Pass)
Muy bien conservado
Visitas por cuenta propia
Información en inglés y audioguías en varios idiomas
Se permite fotos y video
Pasadas las 15h dimos por finalizada la visita y volvimos a la Royal Mile. Comimos en el mismo restaurante del día anterior (£21,40).
Para la tarde no teníamos planificado nada más que hacer las compras de última hora, así que, como habíamos oído que dejaban entrar en el nuevo edificio del parlamento y que había debate, bajamos paseando por toda la Royal Mile hasta el parlamento. Una vez en el interior, había una exposición de tapices con diferentes aspectos de la historia de Escocia.
Para la tarde no teníamos planificado nada más que hacer las compras de última hora, así que, como habíamos oído que dejaban entrar en el nuevo edificio del parlamento y que había debate, bajamos paseando por toda la Royal Mile hasta el parlamento. Una vez en el interior, había una exposición de tapices con diferentes aspectos de la historia de Escocia.
Al acercarnos al punto de información, vimos que estaban repartiendo pases gratuitos para entrar en la sala donde se estaba produciendo un debate sobre el referéndum de independencia. Sólo por curiosidad entramos un rato (no se podía sacar fotos, ni grabar, ni aplaudir ).
Al acabar la visita, nos fuimos a recoger las maletas de la consigna y nos registramos en el Travelodge. Aunque la calle de acceso estaba un poco oscura y no muy limpia, el hotel por dentro estaba completamente nuevo. Después de instalarnos, bajamos a cenar y a sacar las últimas fotos nocturnas por la ciudad.
Al acabar la visita, nos fuimos a recoger las maletas de la consigna y nos registramos en el Travelodge. Aunque la calle de acceso estaba un poco oscura y no muy limpia, el hotel por dentro estaba completamente nuevo. Después de instalarnos, bajamos a cenar y a sacar las últimas fotos nocturnas por la ciudad.
***final del día 21 ***
A las cuatro menos cuarto sonó el despertador. ¡menos mal que teníamos ya todo preparado! Recogimos todos los trastos y nos fuimos hacía el Waverley bridge (desde donde salen los airlink, £3,5 hacia el aeropuerto).
A la hora de facturar controlaron bastante el tema de los equipajes de mano. No tanto el peso sino el volumen de las maletas (iban por la cola de embarque con una caja de cartón con las medidas exigidas por Ryanair).
A la hora de facturar controlaron bastante el tema de los equipajes de mano. No tanto el peso sino el volumen de las maletas (iban por la cola de embarque con una caja de cartón con las medidas exigidas por Ryanair).
A la hora prevista aterrizamos sin incidentes en el aeropuerto de Santander donde nos esperaba la familia y un día típico del norte (!!parecía que estábamos otra vez en Escocia!! )
Esperamos que os haya gustado leer nuestro relato, pero sobre todo, esperamos que pueda servir a los Viajeros en la planificación de futuros viajes a este magnífico país.
Muchas gracias Viajeros!!!
Anna & Oskar
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