A media mañana hemos quedado con unos amigos que vendrán en coche para ir a Brujas. Salimos de la ciudad y paramos a comer algo antes de llegar.
Dejamos el coche en el parking de las afueras y vamos al hotel www.officershouse.be/ bastante correcto y tranquilo.
El propio nombre de la ciudad ya nos sugiere un lugar mágico, aunque realmente la palabra "brugge" signifique puente en neerlandés.
El casco histórico de Brujas, con una antiguedad de casi 800 años, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
Brujas formaba parte de la Liga Hanseática y fue la primera capital de Flandes.
El retroceso del mar la alejó de las rutas comerciales, en beneficio de Amberes, pero aún es navegable hasta el mar por los canales arificiales.
Quizás por este motivo se conserva intacta la muralla y sus puertas. No tuvo necesidad de crecer más.
Solo se puede visitar a pie o en barco por los canales. No hay tráfico rodado ni tranvías.
Primero encontramos la catedral de San Salvador, la más antigua de Brujas y sede del obispado.
En origen era una pequeña iglesia románica pero tras la independencia de Bélgica se le adosó una enorme torre neorrománica.
Verticalidad y más verticalidad: he aquí la imponente torre conocida como Atalaya, símbolo de la libertad de la ciudad de Brujas.
LLegamos a la la Grote Markt o Plaza Mayor rodeada de imponentes edificios como el Palacio Provincial.
La Basílica de la Santa Sangre, alberga en su interior la reliquia de la Santa Sangre de Jesucristo.
Cualquier silencioso rincón merece una foto, vamos paseando, perdiéndonos entre los callejones hasta que la caída de la noche nos recuerda que tenemos que cenar.
Hoy he optado por cenar pato. Estaba muy bien cocinado y al mismo precio que cualquier plato de pollo.
Hacemos alguna foto más y vamos hacia la zona del centro.
Hay mucho ambiente y hoy sí saldremos a tomar algo. Casi todos los locales tienen terrazas, cubiertas con toldos y carpas por si llueve, pero en la calle.
Hacemos una pequeña ronda de "degustación" y nos vamos un poco mareados a dormir. No mucho ¿eh? que vamos con la niña.
Nuestro segundo día en Brujas es soleado aunque es pronto y hace frío.
En la parte sur de Brujas está el recinto del Beguinaje compuesto por casitas blancas con jardín donde vivían las beguinas.
Estas eran mujeres no religiosas, en su mayoría viudas, que optaban por un modo de vida monacal porque carecían de medios de subsistencia. Dedicaban su vida ayudar a los necesitados con labores de enfermería, limpieza e incluso intelectuales.
Eran mujeres libres y podían dejarlo cuando quisieran.
Vamos a subir al Belfort, el atalaya de Brujas. Una escalera de caracol que se va estrechando conforme ascendemos nos lleva hasta su parte más alta. Deben haber unos 300 escalones y mi amigo francés que fuma como un salvaje pasó un mal ratillo.
Siendo como es, con mucho, el edificio más alto, las vistas son espectaculares, de toda la ciudad y de toda la llanura de Flandes hasta el mar.
Tras el merecido descanso de comida y cerveza vamos a conocer los molinos.
Se dice que Dios creó la tierra pero los holandeses crearon los Paises Bajos
Son enormes, de madera y forman parte del sistema hidráulico que seca la tierra y permite cultivarla. Si no fuera así serían pantanos ya que esta tierra está por debajo del nivel del mar.
Por la tarde fuimos en coche a conocer la última ciudad, Knokke, puerto y playa justo al límite de la frontera holandesa.
Es una población de veraneo, playera y aunque hace un frío que pela metemos los pies en este Mar del Norte.
Los nativos se bañan y hacen deporte en la playa. También hay muchísima gente en bici, pero no a ritmo de paseo, parece que estén entrenándose de lo rápido que van.
Regresamos al centro de Brujas a cenar y a conversar acompañados de la cerveza blanca.
Es nuestra última noche en tierras flamencas.
Mañana nuestros amigos nos acompañarán al aeropuerto de Bruselas y regresarán a su casa.
Un paseo nocturno por esta romántica ciudad para captar los últimos detalles en retina, en definitiva, para confirmar que aunque haya Brujas, Flandes no es el infierno.