Nuestro primer destino de la jornada era la famosísima Fontana di Trevi. Por si alguien no lo sabe, comentar que la fuente se encuentra en obras desde hace un año aproximadamente y aún le quedan algunos meses para terminar. Nosotros ya lo sabíamos, pero así y todo era una visita obligatoria. Ir a Roma y no lanzar la moneda a la Fontana........ En fin, como se puede ver en la foto, la fuente está completamente seca y andamiada, con unas vallas de metacrilato pseudotransparentes para que se pueda ver desde el exterior, y en el centro, junto a la valla, han instalado una mini fuente para que los turistas puedan echar la correspondiente moneda.
En cuanto a la fuente en sí, pues ya sabeis que ha sido protagonista de varias películas (la dolce vita, vacaciones en Roma) y que está construida en travertino a mediados del siglo XVIII. Se alimenta de un manantial que tiene una antigüedad de 2.000 años, cuyas aguas son traidas a través de un acueducto de 30 km. (aún en funcionamiento) encargado por el emperador Agripa.
[align=justify]Una vez visto de la fuente lo que se ha podido nos dirigimos hacia la segunda visita del día, la Galería Nacional de Arte Antiguo del Palazzo Barberini. El Palazzo, de estilo barroco, fue construido por Bernini y Borromini, y además de albergar una serie de cuadros excepcionales, posee el techo más grande jamás pintado fuera de una iglesia, El triunfo de la Divina Providencia de Pietro da Cortona. Entre los lienzos que se pueden admirar destaca la famosa Fornarina de Rafael, así como obras de Fra Filippo Lippi, El Greco y Caravaggio.
[align=justify]Una vez visto de la fuente lo que se ha podido nos dirigimos hacia la segunda visita del día, la Galería Nacional de Arte Antiguo del Palazzo Barberini. El Palazzo, de estilo barroco, fue construido por Bernini y Borromini, y además de albergar una serie de cuadros excepcionales, posee el techo más grande jamás pintado fuera de una iglesia, El triunfo de la Divina Providencia de Pietro da Cortona. Entre los lienzos que se pueden admirar destaca la famosa Fornarina de Rafael, así como obras de Fra Filippo Lippi, El Greco y Caravaggio.
A la salida del palazzo, nos detenemos un momento en la Piazza Barberini para fotografiar la fontana delle Api, obra de Bernini, y la fuente del Tritón, del mismo autor. Ámbas obras fueron encargos del papa Urbano VIII.
Salimos de la piazza por la Vía Barberini, que nos conduce en pocos minutos a la Iglesia de Santa María della Vittoria, construcción de estilo barroco, en la que se encuentra otra obra maestra de Bernini, el Éxtasis de Santa Teresa. Al parecer el escultor tomó como modelo a su amante, por lo que ese momento de éxtasis que copió.........
Salimos de la piazza por la Vía Barberini, que nos conduce en pocos minutos a la Iglesia de Santa María della Vittoria, construcción de estilo barroco, en la que se encuentra otra obra maestra de Bernini, el Éxtasis de Santa Teresa. Al parecer el escultor tomó como modelo a su amante, por lo que ese momento de éxtasis que copió.........
Bueno, mejor me dejo de divagaciones y sigo con la planificación del día. La siguiente visita es la Iglesia de Santa María degli Angeli, en la piazza della repubblica, a dos pasos de donde estábamos. Esta iglesia se levanta sobre el emplazamiento de las termas de Diocleciano, cuyas estructuras aprovechó Miguel Ángel (fue su primer trabajo como arquitecto) para su diseño. En concreto, las doce columnas y la bóveda son originales. También es destacable una especie de reloj de sol, del siglo XVII, que se encuentra en el suelo en el interior del templo.
Para terminar la programación de la jornada, nos dirijimos a la Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, situada en la via del Quirinale, para contemplar la fachada de la misma, última obra de Borromini antes de su suicidio en 1667.
Desde aquí nos marchamos paseando por las calles del centro de Roma hacia nuestro apartamento, almorzar y darle un merecido descanso a nuestros maltrechos pies, que hace ya rato que lo están pidiendo a gritos. Del calor ni os hablo.
Por la noche salimos para cenar, escogiendo en esta ocasión el restaurante Carlos Menta, otro de los favoritos del foro. No tuvimos practicamente que esperar nada, las mesas del exterior estaban todas ocupadas, pero en el interior quedaban algunas libres y además con el aire acondicionado se estaba mejor dentro que fuera. La comida estuvo bien, quizás los bordes de las pizzas demasiado amplios, y la cuenta aceptable, teniendo en cuenta que, como siempre, las bebidas se llevan un buen pellizco.
Desde aquí nos marchamos paseando por las calles del centro de Roma hacia nuestro apartamento, almorzar y darle un merecido descanso a nuestros maltrechos pies, que hace ya rato que lo están pidiendo a gritos. Del calor ni os hablo.
Por la noche salimos para cenar, escogiendo en esta ocasión el restaurante Carlos Menta, otro de los favoritos del foro. No tuvimos practicamente que esperar nada, las mesas del exterior estaban todas ocupadas, pero en el interior quedaban algunas libres y además con el aire acondicionado se estaba mejor dentro que fuera. La comida estuvo bien, quizás los bordes de las pizzas demasiado amplios, y la cuenta aceptable, teniendo en cuenta que, como siempre, las bebidas se llevan un buen pellizco.