Hoy toca excursión a Zaanse Shans, por las fotos parece un precioso pueblecito con molinos. Bueno, pues es más bien un museo al aire libre, porque estos molinos antiguos los han llevado aquí desde distintas partes del país, y varias de las casitas son museos, tiendas de suvenires o cafeterías.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Para acceder aquí la forma barata y rápida es el tren, pero complicadilla. Desde la Estación Central se compra un billete de ida y vuelta a Koog Zaandijk por algo más de 5€. Hay que tomar los trenes Sprinter (no los Intercity) con dirección Alkmaar o Den Helder, y tienen una frecuencia de uno cada media hora más o menos.
Una vez en la estación hay que caminar un buen rato (quizás quince minutos). Hay que atravesar un puente elevadizo. No lo parece, porque es grande y alto y de hormigón, pero si suena la campanilla y ves que las barreras de "paso a nivel" empiezan a bajar... ¡corre!
Está lleno de turistas, quizás aprovechan que se acaban estos días de solecito. Se puede entrar en uno de los molinos para verlo por dentro y subir al balcón. Hay dos ferris en la zona, el primero que encuentras es el caro y el que está al final de todo del camino de los molinos es el que vale 1€ y está operado por voluntarios.
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Al cabo de dos horas ya hemos dado un buen paseo y hemos hecho las fotos de rigor, así que damos media vuelta. Nos ha parecido demasiado turístico y "poco auténtico", sobretodo comparado con los pueblecitos de Waterland de anteayer.
Una vez en Amsterdam decidimos tomar uno de los ferris gratuitos que salen de detrás de la Estación Central, más allá de las paradas de los autobuses. Hay uno que va directo hacia el museo del cine Eye, que tiene una bonita terraza con vistas del puerto, pero el trayecto dura sólo un par de minutos y nos apetece navegar un poco más, así que elegimos el que tiene como destino "NDSM Werf", que es el trayecto más largo (no llega a diez minutos). El ferry es completamente opuesto a un crucero, no vas sentado, sino apelotonadillo en la parte de delante, al exterior, de pie, con todos los amsterdameses que se ponen bien cerca de la puerta para salir rápido. Imaginamos que este trayecto en invierno o lloviendo debe ser poco agradable.
Al llegar vemos un par de bares y hoteles en una zona más bien industrial. Pensamos en comer algo por ahí y vemos varios hipsters que se dirigen a la misma dirección. Los seguimos y encontramos detrás de un almacén un oasis de modernidad en forma de cafetería/centro cultural con terraza exterior enorme en una especie de "playa" en la que nos tumbamos en unos sacos-cojines y así de cómodos disfrutamos del sol, al igual que muchos jóvenes y familias de la ciudad. El lugar en cuestión se llama Pllek y al parecer hacen eventos como proyecciones, conciertos, yoga...
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Eso sí, tardan como una hora y media en servirnos unas ensaladas y hamburguesas. Id con tiempo
Al volver nos equivocamos de ferry y el que tomamos nos deja a veinte minutos caminando de la Estación Central. Pensaba que había sólo una dirección de ida y vuelta pero no.
Así que vamos al hotel a por las maletas y nos dirigimos al aeropuerto, que el viaje se ha acabado y hay que volver a casa.
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