- ¿Cómo que en ese lago se rodó parte de memorias de Africa? No tenía ni idea.
Esta conversación, cerveza en mano, con unos chicos del tended camp me estaba causando ansiedad.
- Pero cómo he podido yo pasar eso por alto!?
Giré ligeramente la cabeza y vi a los chicos ingleses con los que compartíamos transporte.
Afortunadamente uno de ellos era de madre española y pude explicarle el plan que acababa de idear: cambiaríamos el poblado Masai por una visita a Naivasha. Al fin y al cabo ellos seguían su viaje por Tanzania donde también vivían y nosotras podíamos verlos en Amboseli.
El conductor estuvo de acuerdo porque el desvío era mínimo.
Uy... qué lúgubre parece esto, con la niebla y esos árboles muertos... espero no haberme equivocado....
Habíamos pagado 30$ (20$ los estudiantes) por un paseo en un frágil cayuco que nos llevaría hasta Crescent Island.
No hay que alejarse mucho para empezar a ver cormoranes y preciosas cigüeñas amarillas
y por supuesto: hipopótamos!!! descansando entre los juncos de la orilla
Esta pequeña isla en forma de media luna es una propiedad privada en la que la abundancia de animales se debe a la ausencia de grandes depredadores.
Este fue el motivo por el que se eligió como escenario de la película Memorias de Africa, para poder rodar con tranquilidad exentos de los peligros que hubiera supuesto hacerlo en plena sabana.
Desde el rodaje de la película hasta nuestros días, los herbívoros que se introdujeron como parte de la ambientación se han adaptado a la perfección convirtiéndo la isla en un mini-edén para sus juegos y correrías.
De haber tenido más tiempo me hubiera encantado caminar entre las jirafas y los ciervos, con tranquilidad pero siempre mirando con el rabillo del ojo por si se enfada algún búfalo o algún hipopotamo
Los amantes de las aves tienen su particular santuario aquí también.
Unas miguitas de pan lanzadas al agua atrajeron a los peces que sirvieron de cena a un águila pescadora.
Qué susto verla tan cerca y qué rabia me dio la risita burlona del barquero!
Recuperé la sonrisa en cuanto vi a los pelícanos.
Me gustó Naivasha. No es imprescindible pero tiene su encanto, sobretodo cuando supone una sorpresa
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