El día 5 volvemos al interior del Alentejo con la idea de hacer enoturismo. De camino a Reguengos de Monsaraz, que es el pueblo donde nos vamos a hospedar las siguientes 2 noches, paramos en Bodegas Ribafreixo. Elegimos la visita que incluye ver las instalaciones de la bodega, explicación y prueba de 3 vinos (1 blanco y 2 tintos). El precio son 7,50€ por persona. Nos atiende una chica muy amable, pero la explicación que nos da sobre la bodega y la elaboración de los vinos nos parece bastante pobre. La explicación sobre los vinos que probamos tampoco nos convence, PERO la bodega en sí es muy bonita, rodeada de viñedos, y los vinos están muy buenos. Después de la cata nos tomamos 2 copas de vino en la zona del restaurante, en unos sillones con vistas a los viñedos. Nuestra recomendación es ir directamente al restaurante, y pedir los vinos de la carta, sin hacer la visita.
Llegamos a Reguengos de Monsaraz y vamos a comer al restaurante O Pingo. BRUTAL. Comemos las migas alentejana y media ración de bacalao a brás, junto con una botella de vino blanco de la bodega CARMIN. Salimos rodando por unos 20 euros.
Después de descansar un rato en el hotel, nos vamos a visitar Mourao y Monsaraz. Los 2 pueblos son muy pequeños. Mourao no nos gustó mucho, es un pueblo muy normalito. Monsaraz es precioso. Había leído que se llena de turistas, pero como fuimos un poco entrada la tarde y el día estaba medio lluvioso el pueblo estaba vacío. Los 2 pueblos se ven perfectamente en 30 minutos cada uno. Nos hubiera dado tiempo de ir a Corval esa tarde, pero preferimos dejarlo para el día siguiente.
El plan inicial para el día 6 era hacer una ruta de senderismo por la mañana y hacer una visita guiada a la bodega Ervideira por la tarde, pero la previsión del tiempo anunciaba tormentas y pensamos que era mejor cancelar el senderismo. Además, como la visita guiada a Ribafreixo nos había parecido un poco pobre, decidimos cancelar la visita guiada a bodegas Ervideira y hacer visitas “por libre” a varias bodegas de la zona.
Con el nuevo itinerario fijado, empezamos el día 6 con una visita al pueblo de Corval, famoso por la alfarería. El pueblo en sí nos pareció muy normalito, prescindible, salvo que se quiera comprar. Después fuimos a las bodegas Herdade de Esporao. ESPECTACULAR. La finca es enorme con muchísimos viñedos y hasta un pequeño centro histórico, donde hay una torre y una iglesia. Puedes entrar con tu coche tranquilamente y hasta dar un paseo por los viñedos. Después de admirar el paisaje, fuimos al bar y probamos 3 vinos, pidiendo “a copa”, sin visita guiada. Los vinos no nos fascinaron, pero el bar era muy agradable.
Para poder seguir con la ruta de los vinos tranquilamente, vamos de vuelta al hotel, dejamos el coche, y caminamos hasta el centro de Reguengos de Monsaraz. Probamos un par de vinos de bodegas CARMIN en un bar, damos un paseo y vamos a comer a O Pingo. Esta vez comimos el queso fresco del aperitivo y una pluma ibérica acompañada de migas alentejanas con espárragos. Este día aprovechamos y probamos también la ginebra que se fabrica en Reguengos de Monsaraz y que se llama Sharish. Muy buena. La comida BRUTAL otra vez. Salimos rodando y pagamos 24 euros (y eso que el gin tonic de Sharish ya costaba 6 euros).
Después de comer vamos a visitar la bodega de Jose de Sousa, porque queremos probar su moscatel. Nos gustó y compramos un par de botellas.
Tras haber descasado un rato en el hotel vamos a visitar las Bodegas Ervideira. La finca no es tan bonita como la de Esporao, pero aun así el bar tiene vista a los viñedos y es agradable tomar una copa en la terraza. Lo bueno de este bar es que te dejan probar un poco de los vinos antes de elegir la copa, con lo que pudimos probar bastantes vinos solo pidiendo una copa cada uno. Aquí compramos una botella.
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