Llego a Amsterdam con media hora de retraso, a las 9:30, recojo el coche de alquiler y me dirijo al hotel, a unos 45 kms, llego muy pronto. A pesar de que había avisado, me indican que no puedo hacer el chek in porque están limpiando las habitaciones, por lo que voy a visitar la población donde está, en realidad el hotel está en las afueras, a unos 8 kms de Lelystad.
LELYSTAD
Ciudad muy moderna, construida por un equipo de arquitectos que construyeron edificios muy vanguardistas. Para los amantes de la arquitectura moderna, un auténtico festín, sobre todo los edificios de empresas o municipales son muy actuales, líneas rectas, ángulos imposibles, decoraciones caprichosas. Calles muy anchas y rectilíneas, con mucha zona verde, la ciudad es grande, mas de 70.000 habitantes, pero sobre todo muy extensa.
Carece, como es obvio, de centro histórico, pero sí tiene un centro reconocible, delimitado por las calles Agorabaan, Middenweg, Neringweg y Ziekenhuisweg, con un agradable estanque con un chorro de agua, al sur. Hay parking, de pago, en dicho centro.
Pasear por allí es como hacerlo por un centro comercial, calles peatonales llenas de tiendas y cafeterías, el ayuntamiento, y un par de plazas, en una está el Agora, enorme edificio comunitario y colorista, y en la otra la estatua - con un pedestal altísimo que obliga a levantar la vista - de Carl Lely, ingeniero que construyó el dique que cierrra al norte el Zuiderzee, a quien la ciudad debe su nombre.
Otros puntos de interés son un centro comercial outlet - que no visité porque no habría podido comprar nada, viajé con maleta de cabina y no me cabía nada más - y el Batavia ( entrada 16 € ) que se compone de dos partes: un museo, al que no entré porque dudaba de su interés, por lo visto es mas apropiado para niños; y una reproducción de una nave del siglo XVII, que pude ver por fuera sin pagar.