KAMPEN
Ciudad hanseática, antiguamente muy próspera, hoy tranquila y con un centro histórico no muy grande, con monumentos, algún canal, y un caudaloso río, es un puerto fluvial.
Me encantó, una delicia pasear por sus calles apacibles, sin ruidos de tráfico y gozando de una mañana primaveral.
Aparqué en el parking municipal, y atravesando un canal con zona verde se llega enseguida a la Cellebroederpoort,

siguiendo por el canal, antiguas murallas, está la Broederport

y tomando por Broederwerg nos metemos en el centro de la ciudad, se atraviesa otro canal y se llega a una recoleta plaza, y muy cerca a la calle principal, la Oudestraat.
En el nº 158 está la Casa Gótica, actual ayuntamiento, enfrente una preciosa cafetería ( un capuchino, 2,20 € )

y una esbelta torre.
No se tarda en llegar al filo del río, muy caudaloso, con un puente con sus tres carriles para cada lado perfectamente delimitados: coches, bicis, peatones.
Hay reproducciones de barcos antiguos, que si lo entendí bien se alquilan para eventos, y un par de restaurantes flotantes.

Volviendo a la Oudestraat, al final está la iglesia de S. Nicolás, enorme y de ladrillo rojo - la mayoría de las iglesias que he visto en este viaje comparten estas características - , que estaba en restauración.
Muy cerca, otra puerta medieval, la Koornmarktspoort, al lado del río.

HATTEM
A pocos kms. al S.
Incluí esta población en mi itinerario por una sola razón, la presencia del Museo Anton Pieck.

Anton Pieck es un pintor, grabador e ilustrador de principios del siglo XX, muy popular en todos los Paises Bajos, cuya obra, imágenes costumbristas con escenas callejeras profusamente pobladas de personajes, y multitud de detalles, se caracteriza por su aire nostálgico y entrañable, claramente retro, que las hace muy apropiadas para postales navideñas, calendarios, posters y puzzles.
Es también el diseñador del parque temático Efteling, muy conocido por quienes viajan con niños.

El Museo ( 7 € ) es bastante pequeño, aunque estaba lleno - y eso que era martes 18 de mayo - , pero de interés para los seguidores del artista.
Por lo demás, la población es muy pequeña, tiene una puerta medieval, la Dijkpoort y una plaza central, Mark, con el ayuntamiento, of. de turismo, y una terraza donde no se come mal del todo, con buen tiempo.
Muy cerca del Museo Pieck hay un molino, pero hay que dar un rodeo para poder verlo por delante.
Aparcar en el parking municipal.