Nos levantamos preparados para nuestras últimas patadas por París. El día de hoy promete, y sobre todo cansa. Creo que en todo este último día, subimos alrededor de 800 escalones. Que hartón!
Hoy madrugamos porque nos toca ir a hacer cola en las torres de Notre Dame. Andando hacia allí, compramos nuestros croissants, en una cadena, Pomme de Pain, también ricos pero no tanto como en Brioche Doreé. Llegamos a Notre Dame. Lunes a viernes, de 8 a 18:45 h. sábados y domingos de 8 a 19:15 h. la entrada a la catedral es gratis, a las torres vale 8 euros y la cripta 4 euros. Pero con la PMP es gratis. Metro: cité, linea 4. Rer Saint Michel – Notre Dame, lineas b y c. El sabado a las 14:30 visita guiada en español.
Desde allí, seguimos subiendo hasta salir afuera de las torres, para admirar a las famosas gárgolas, amigas de Quasimodo.
Las vistas son increíbles.
Seguimos subiendo hasta lo más alto. Las terrazas de las torres, desde donde tienes 360 grados de las mejores vistas para mí de París, con la torre Eiffel al fondo. Es indescriptible lo que se ve, y encima el día nos acompañó, un sol magnífico.
La pena es que como están de obras en una de las torres, no se puede visitar la campana Emmanuelle.
Después de disfrutar de las vistas, otra vez para abajo más de 400 veces, estas se bajan mejor!
Seguimos andando por el barrio de le marais, hasta llegar a la Plaza de la Bastilla. Es una pena que no quede nada de la fortaleza, solo en el centro una gigantesca columna en recuerdo.
Volvemos andando con una bola de helado, buenísimo, hacia Notre Dame.