Continuando nuestro tour por Cantabria y a tan sólo 3km de Comillas, paramos en el Mirador el Remedio, muy cerca de Liandres. Un lugar precioso para ver los acantilados del Mar Cantábrico.
Toda esta zona se la conoce como Ensenada de Fonfría, una Reserva Natural que antiguamente se utilizaba como puerto para pequeños barcos de pesca.
Hoy día es un área de recreo acondicionada para los visitantes, aunque cuando nosotros fuimos no era nada conocido, hoy no sabría deciros, ya que está todo especialmente masificado, esperemos que siga manteniendo al menos la misma calidad de hace unos años.
A la zona puedes llegar en coche y lo dejas aparcado en un parking de tierra denominado La Corneja. Los acantilados son preciosos, rodeados de prados verdes.
Hay distintos senderos en la zona para pasear, también hay bancos para descansar y disfrutar de las vistas.
En definitiva, un lugar precioso para visitar y hacerte fotografías.
Tras esta breve visita, continuamos ruta hasta llegar a la localidad de Ubiarco que se encuentra a 17km. Algunas de estas etapas de naturaleza, las podéis ver en mi diario "PASEANDO POR ESPAÑA", que está basado íntegramente en naturaleza, rutas, playas, parques, etc... Como os decía, llegamos a la localidad de Ubiarco para visitar la Ermita de Ubiarco, uno de esos lugares de Cantabria que no deja indiferente a nadie, sobre todo por el lugar donde se ubica. Para llegar a la ermita es sencillo y está bien señalizado.
Encima de la ermita se encuentra La Torre de San Telmo. Situada en los acantilados que separan la playa de El Sable en la Ensenada de Santa Justa. Se trata de una antigua atalaya medieval que sirvió de observatorio y punto de referencia para los navíos, así como de bastión y defensa contra las invasiones. Se encuentra en ruinas y sólo se mantienen en pie parte de dos paredes del edificio original.
Dicen que la ermita fue habitada entre los siglos VIII y X por un anacoreta (Religioso que vive solo en lugar apartado, dedicado por entero a la contemplación, la oración y la penitencia), emigrado probablemente desde Sevilla, donde se encontraban los restos de Santa Rufina y Santa Justa, tras la invasión musulmana.
El acceso a la ermita es por un camino empedrado, si hay mucho oleaje hay que tener mucho cuidado ya que las olas salpican bastante y el agua sube y es resbaladizo con riesgo a caídas.
Llegó a ser tal la relevancia de esta ermita, que en el año 1578, había ordenanzas que multaban con 100 maravedíes a los que no acudiesen a la romería de Santa Justa que se celebra el día 19 de julio
Junto a la ermita hay una fuente de agua natural.
El entorno de la ermita es una preciosidad.
Cerca de la ermita se encuentran estas preciosas vacas que no dejan de mirarnos, están atentas a nuestros movimientos.
Antes de irnos le hacemos una foto más a la ermita ya con el mar picado, es digna de una postal