En verano, mi marido, Víctor, y yo, solemos hacer algún gran viaje, a veces hasta dos. En los últimos años hemos tenido destinos tan variados como Islandia, Canadá, Malasia y Singapur, Croacia... Para el verano de 2024 tenía en mente hacer algún viaje por África, o en caso de quedarnos por Europa, Bulgaria. Sin embargo, por problemas de salud tuvimos que adaptar nuestro destino veraniego y optar por algún sitio más cercano donde no hiciera falta coger avión. Queríamos también un país con buenos servicios sanitarios por si teníamos que ir al hospital en alguna urgencia, cosa que era relativamente posible dadas las circunstancias de Víctor. Como íbamos a pasar unos días en julio con mi familia en Zaragoza, la solución fue bastante clara, ir al sur de Francia. Podíamos ir con nuestro propio coche, no hacía falta coger avión y es un país con buenos servicios médicos. También era un destino que hacía tiempo que me atraía, por una serie de pueblecitos de esos con encanto, muchos de ellos pertenecientes a la asociación "Les Plus Beaux Villages de France", la versión francesa de nuestra asociación "Pueblos bonitos de España". Además, al no coger avión podíamos llevar a nuestro perro "Stark", sería la primera vez que hacíamos un viaje internacional con él y eso también era un punto a favor.
A la hora de planificar el recorrido eliminamos Touluse y Carcassone, dos de las grandes atracciones del mediodía galo, ya que estas dos ciudades las visitamos en un viaje anterior hace unos años. Nuestro viaje se desarrolló principalmente por las regiones de Occitania (departamentos de Tarn, Tarn-et-Garonne, Lot, Aveyron y Gard) y Provenza-Alpes-Costa Azul (departamento de Vaucluse), con una pequeña incursión en la región de Nueva Aquitania.