Nunca me había animado a escribir un diario de viajes pero tras la dificultad de encontrar cierta información sobre nuestro destino me he animado. Además, es una buena forma de guardar nuestras experiencias a mano, ¿no creéis?
Estuvimos un par de meses pensando dónde irnos a pasar la Nochevieja de 2017 y tras muchas vueltas y dudas, decidimos recorrer la zona de Alsacia y la Selva Negra. Iríamos
del 30 de diciembre al 4 de enero.
Volábamos a Basilea y había 2 posibilidades de
vuelo:
Easyjet o
Iberia. Por horario, nosotros nos decidimos por Iberia. I/V para dos personas nos costó 297€ comprados a mitad de noviembre.
Salimos a las 16:10 de la T4 el sábado 30 de diciembre. Llevábamos una maleta de cabina y otra facturada. Nos pareció buena idea hacerlo así ya que la época en la que fuimos se supone que iba a hacer bastante frío y la ropa/calzado de invierno abulta muchísimo (luego no fue siempre así, pero no nos sobró nada de ropa). El vuelo salió puntual y sin contratiempos.
Al llegar a Basilea hay que pasar el
control de pasaportes (nosotros solo llevábamos el DNI y no hubo ningún problema) y ya se pueden recoger las maletas
Como veréis por el foro, hay que estar atentos a la zona por la que se sale ya que si lo haces por Suiza tienes que coger un autobús para volver a Francia. De todas formas, está bastante bien indicado.
Una vez recogidas las maletas fuimos al mostrador del
coche de alquiler:
Goldcar. Esto para nosotros también fue un quebradero de cabeza porque no acabamos de encontrar información que nos ayudara realmente. Resultó que las ruedas de invierno no estaban incluidas en el precio del alquiler (en At.Cliente de España nos dijeron que sí, que los coches estaban preparados para todas las estaciones del año) así que las cogimos por lo que pudiera pasar. El tiempo no estaba siendo bueno (bajo cero) y queríamos ser precavidos ya que no conocíamos las carreteras, aunque están estupendamente y luego no nos hizo tan malo.
Desde España reservamos un coche tipo CC (Peugeot 208, Nissan Micra, Nissan Note, Fiat Punto, Volkswagen Polo o similar) pero como cogimos las ruedas... nos subieron la categoría gratis. Sinceramente, creo que nos dieron el que tenían preparado pero, ¡ni tan mal! Era un NISSAN Pulsar, bastante amplio, con Bluetooth para poner la música que quisiéramos, GPS y muy nuevo.
Cuando salimos del aeropuerto llovía un poco y pensamos que nos iba a acompañar todo el viaje pero sólo fue un susto
Cogimos la A35 y en unos 40mins estábamos en Colmar.
El
hotel que elegimos fue el
P'tit Dej-Hotel Colbert (80€/noche SA) y aunque no conocemos otros, os animo a buscar y barajar otras opciones. Está a unos 10mins del centro y se aparca bien pero nos pareció caro (había otros más cerca y más económicos) y está pegado a las vías del tren. Además, nos colocaron en una habitación que habían habilitado en una salida de emergencia (WTF?!). La verdad es que fuimos bobos, porque teníamos que haber pedido un cambio pero estábamos deseando salir a ver Colmar.
Para llegar al centro de Colmar atravesamos el Parc du Champ de Mars, en el que merece la pena pararse unos minutos para admirar el tiovivo de 1900 que aún se conserva. Cuando quisimos llegar al centro ya estaba todo cerrado y estaban recogiendo el Marché de Noël (llegamos justo el día que acababa). Andamos por la Grand Rue y la Rue Vauban que están llenas de tiendas,
cenamos en Le Caprice y a dormir, que nos esperaba un largo día.
Le Caprice es una cafetería / restaurante sin grandes pretensiones pero en la que cenamos bastante bien. Pedimos "tarte flambée" y "chucrut", ¡empezamos a tope la inmersión en el país! xD
La verdad es que ambos platos estaban bastante buenos aunque fue demasiada comida para la cena.
El segundo día iba a ser uno de los más movidos de todos, queríamos hacer muchas cosas para adelantar visitas y además, era Nochevieja...
Nos levantamos pronto y desayunamos cerca del Parc Champs du Mars, en Pâtisserie Schmitt. Una cafetería pequeña pero muy cuca y con desayunos abundantes. Se podía desayunar en el hotel pero preferimos gastarnos los 8€ que costaba fuera y tomar un café en condiciones
Cuando terminamos nos dirigimos a Eguisheim.
Sin duda
Eguisheim es uno de los pueblos más famosos y bonitos de la zona, además con todas las decoraciones de Navidad está todavía aún más reluciente
¡Cómo se lo curran!
Al llegar hay un
parking que cuesta 2€ pero que merece la pena pagar, te deja a la entrada del pueblo y no tienes que estar dando vueltas para dejar el coche. El recorrido es circular (hay 2: uno por dentro y otro por fuera, nosotros solo fuimos por dentro) y las casas son de película, hay mil rincones que fotografiar.
Uno de los puntos que no debéis perderos es el centro del pueblo: la
Plaza de San León, donde os espera una magnífica fuente y la iglesia principal (no dejéis de entrar). Allí mismo nos comimos un par de quiches y probamos por primera vez el vino caliente (2€) que en Navidad sirven en unos vasos decorados que se pueden "coleccionar", eso si, cobran por el vaso (1€) y si no lo devuelves pierdes la fianza. La Eglise Saints Pierre et Paul también debe merecer la pena pero no llegamos a entrar.
Os encontraréis muchísimas tiendas con productos típicos, vino caliente, etc.
Partimos hacia
Turckheim porque no nos daba tiempo a llegar al castillo antes de que cerraran así que seguimos intentando optimizar el tiempo
Aquí existen
parkings gratuitos a la entrada del pueblo, nosotros lo dejamos en el de Place de la Republique. Tardamos poco más 1h en recorrer el pueblo entre fotos y entrar en la iglesia.
Es un pueblo con mucho encanto, con las calles menos estrechas que Eguisheim y con unas cuantas tiendas y restaurantes.
En la plaza de la iglesia instalan un original calendario de adviento tamaño "gigante" con forma de casas (3) y que va abriendo una ventana cada uno de los días. Cuando llegamos, obviamente, ya estaban todas las ventanas abiertas.
Nos resultaba algo pronto para comer y con el tentempié de las quiches decidimos seguir hacia el
Chateau de Haut-Koenigsbourg. La carretera para acceder es algo sinuosa y puede "dar" algo de miedo el ascenso cuando ves que está tan arriba pero es un trazado bien cuidado así que se lleva maravillosamente. También es verdad que subimos sin pizca de nieve o hielo pero no creo que en esas situaciones se suba peor.
En este caso, el
parking es gratuito y está en los arcenes de la carretera (veréis unas líneas blancas en el suelo que lo indican). Nuestra recomendación es subir lo más posible porque la cuesta es mucha cuesta
Paramos para hacernos unas fotos en el bosque que rodea al castillo; los altos árboles, las hojas por el suelo... ¡ídilico!
Lo primero que hicimos al llegar fue disfrutar de las vistas que ofrece sobre todo el valle
aunque estaba un poco nublado, ¡era impresionante!
La verdad es que no tenía todas conmigo cuando decidimos visitar el castillo porque pensaba que a pesar de estar muy conservado por fuera, iba a ser uno más. Nada más lejos de la realidad, los 9€ que cuesta la entrada están muy bien invertidos.
Según entramos parecía que acabábamos de entrar no solo en un cuento de hadas sino en las típicas películas de la edad media de lo bien conservado que está. ¡Le faltaban unos puestos de frutas o similar para que fuera real!
El caso, que recorrimos todo el castillo con su historia de reconstrucción, sus muebles, sus comedores, sus tapices, su cocina, sus cañones... Unos tejados muy llamativos, unas escaleras de caracol que seguro podrían contar mil secretos y unas vidrieras deslumbrantes. Eso sí, cuando llegamos a las torre casi nos volamos, menudo viento soplaba pero... ¡Nos encantó! De verdad, si podéis, no dejéis de incluirlo en vuestra ruta. Está muy habilitado para turistas, cuenta con restaurante y cafetería. Ya nos moríamos de hambre pero había una cola que nos hizo desistir.
Llegamos a
Ribeauville, aparcamos (gratis) y nos lanzamos en plancha a la primera tienda con comida que vimos
Comimos una especie de breztles rellenos que nos supieron a gloria. Nos sentamos tranquilamente a comer y recorrimos el pueblo. En este ya empezamos a ver alguna tienda más, mercadillos... había bastante movimiento.
Era el primer pueblo en el que nos encontrábamos dos iglesias: católica y protestante, aunque íbamos tan derrotados que no pasamos a verlas. Nos llamó la atención una tienda de comida que estaba suuuperbonita decorada. Aquí ya nos encontramos las puertas de la ciudad en forma de torre (bueno, en Turckheim también).
De vuelta a Colmar solo nos quedaba descansar un poco y prepararnos para despedir el año.
Llegamos sobre las 20h al hotel y hasta las 22h no teníamos reserva así que descansamos un poco y nos fuimos a tomar algo
La verdad es que había más ambiente del que esperábamos y terminamos en
Le Murphy's tomando unas espléndidas pintas antes de recibir al 2018. Es un bar irlandés con variedad de cañas y buena música. El personal es amable y estaba hasta arriba de gente (imaginamos que ya habían cenado, jejeje...).
Habíamos reservado desde España en "
La Romántica" a través de su página de FB (hablan algo de español), una pizzería en el centro del pueblo que abre hasta bastante tarde (nosotros nos quedamos hasta pasada la 1 de la madrugada) lo que te permite cenar en un horario más adecuado a nosotros
Nos sentaron en la planta de arriba (más tranquila) y con bastantes españoles, eso sí hacía más calor que en el infierno... Pedimos un plato de pasta, una pizza y una carne. La verdad es que estaba todo bastante bueno así que si no encontráis algo mejor en Colmar que os encaje, siempre es una buena opción y un acierto seguro.
Cuando dieron las 23:55h apoyamos el móvil en la botella de vino, sintonizamos TVE y sacamos nuestras uvas a pesar de no haber terminado de cenar
Teníamos la lado otra pareja española con un bebé que también sacaron sus uvas y seguimos la tradición en mitad del restaurante. ¡Fue muy divertido! Brindamos, nos felicitamos y continuamos con la cena. La anécdota aquí fue que teníamos a 2 matrimonios franceses en la mesa de al lado mirándonos como si estuviéramos locos con nuestras uvas, nuestra televisión en el móvil... jajajaja.
Según entró el 2018 las calles de Colmar se llenaron de fuegos artificiales y petardos, les deben gustar bastante porque tardaron un rato en parar
Cuando mi marido bajó a fumar oyó que un par de grupos de españoles quedaban en las escaleras para tomar las uvas. Ni idea de dónde era, pero si podéis investigar antes de ir... También creemos que en la plaza de la catedral se juntaba gente pero no llegamos a ir.
Al terminar de cenar y por no repetir en el Murphy's nos dirigimos a otro bar en el que llevábamos viendo movimiento los dos días, Les Incorruptibles, que también estaba a reventar (luego dicen que en Europa se recogen pronto... xD). Nos tomamos algo rápido porque, la verdad, estaba llenísimo y era un poco insoportable y nos fuimos al hotel. Además, la Coca-Cola era tamaño gigante y la copa mini, jajajaja, así que nos iba a salir un poco caro coger el primer "pedo" del año.
Estamos seguros de que con el creciente interés de viajar a la zona en Navidad, hay más bares y restaurantes abiertos pero hay poca información en internet
así que esperamos que esto que nosotros hicimos os sirva para ampliar la lista de lugares para Nochevieja.