Cuando comenzó 2013 no teníamos claro qué destino íbamos a elegir, pero tras barajar varias opciones, finalmente nos decantamos por este por dos razones:
La primera fue básicamente económica ya que, después de haber estado en Nueva York el año pasado, tocaba reducir el presupuesto para viajes.
La segunda razón es mucho más romántica
, ya que celebrábamos nuestro quinto aniversario de boda y resulta que Lanzarote, junto con Escocia (tachada de mi lista en 2010) eran los dos lugares que habíamos pensado para nuestra luna de miel, que finalmente se convirtió en un inolvidable circuito por Guatemala.
Así que por fin nos hemos quitado la espinita de no haberlo hecho entonces y estoy segura de que lo hemos disfrutado mucho más ahora.
Una vez tomada la decisión, tocaba leerse los hilos de la isla, los diarios, los tips y resolver alguna dudilla que me fue surgiendo al preparar el itinerario (gracias a tod@s por vuestra ayuda
). También pedí información a la oficina de turismo y me mandaron a casa un mapa de carreteras y varios folletos que me vinieron muy bien.
Los vuelos los cogimos con Ryanair (que sale directo desde Zaragoza) unos dos meses antes, nos alojamos en los apartamentos Guacimeta, que están en la urbanización Matagorda (al final de Puerto del Carmen) y el coche de alquiler lo reservamos por internet con Autoreisen para toda la semana. Os daré más detalles en la primera etapa.
Una última cosa antes de seguir: Si alguien os dice que Lanzarote se ve en dos días, no le hagáis mucho caso, a no ser que os queráis quedar sólo con la parte más turística, claro.
Llegamos a Lanzarote en sábado. El avión aterrizaba puntualmente pasadas las once de la noche, así que optamos por coger un taxi para que nos llevara hasta los
Apartamentos Guacimeta que están a escasos diez minutos del aeropuerto.
Allí, tal y como nos dijeron, estaba esperándonos el vigilante de seguridad con las llaves. Teníamos un dormitorio con dos camas y un armario, un baño con ducha, la zona de cocina con utensilios y el salón, muy parecido todo a las imágenes que habíamos visto por la web y además el personal con el que tratamos durante nuestra estancia resultó ser muy amable.
A la mañana siguiente desayunamos en el restaurante que hay en las instalaciones de los apartamentos (que también cuentan con una soleada piscina y una tiendecilla en recepción), después hicimos el check-in y nos fuimos a por el coche.
Habíamos reservado un Twingo con
Autoreisen para recoger en el aeropuerto y eso fue lo que nos dieron tras presentar el dni y la tarjeta de crédito del titular de la reserva. Yo no suelo coger mucho el coche, pero me puse de segundo conductor, que nunca se sabe, aunque finalmente sólo condujo Jota y yo me dediqué a ejercer de copiloto, que en eso tengo mucha más práctica.
Respecto a la gasolina, lo cogimos con medio depósito lleno y había que devolverlo igual.
Por cierto, nos dijeron que se puede pagar en efectivo pero en ese caso hay que dejar 100€ de señal.
Ya en "nuestro" cochecico, cogimos la carretera hacia Yaiza y no paramos hasta llegar a Los Hervideros. En esta imagen se ven un poco los caminitos que hay para pasear por los acantilados y además se aprecian los efectos del viento y del agua en el letrero.
Fue la primera toma de contacto con la naturaleza volcánica de la isla y me gustó, aunque creo que habríamos disfrutado más de las vistas si el mar no hubiera estado tan calmado.
Después nos acercamos a las Salinas de Janubio, que son las más grandes de la isla y entre otras cosas están declaradas Espacio Natural Protegido, pues son hogar de aves y microorganismos. De hecho el color rojizo que destaca por algunas zonas se debe a la presencia de unos pequeños crustáceos rojos, de un alga antioxidante que también se usa en cosmética llamada Dunaliella salina y de unas bacterias típicas de aguas saladas.
Aunque ahora se visitan por ser un paisaje singular, hay que tener en cuenta que desde su creación a finales del siglo XIX estuvieron ligadas a la actividad pesquera y fueron una importante actividad que generó trabajo en Lanzarote. De hecho la explotación de las Salinas de Janubio no se ha abandonado nunca y hoy en día siguen en funcionamiento.
Decir que cuando nosotros fuimos, la carretera de acceso al Charco o Lago de los Clicos, en El Golfo, estaba completamente cortada debido a que había peligro de desprendimientos.
Nuestra siguiente parada es el esbelto faro blanco de Punta Pechiguera, que señaliza el espacio que separa Lanzarote de la vecina isla de Fuerteventura, que se veía muy bien al fondo. Junto a él está el antiguo faro, que se inauguró en 1866, funcionó durante 120 años y fue declarado Bien de Interés Cultural en 2002.
Comimos en Playa Blanca (haré un listado de restaurantes al final del diario) y tras dar una vueltecilla por allí pasamos el resto de la tarde tumbados al sol en varias de las playas que se encuentran en Punta del Papagayo.
Yendo por un camino de tierra bastante bacheado, podemos elegir entre Playa Mujeres, Playa del Pozo, Playa de Papagayo, Puerto Muela y Caleta del Congrio, que son playas y pequeñas calas de arena blanca y aguas cristalinas situadas en la zona de los Ajaches, que fue declarada Monumento Natural.
Por este motivo hay un control de entrada con una barrera donde hay que pagar 3€ de acceso por coche. La salida es libre, así que uno puede quedarse el rato que quiera.
Estas playas están muy limpias y nada masificadas (nosotros estuvimos en domingo y repetimos en jueves siendo abril, así que no sé cómo estarán en verano
) y en ellas, según vimos, está permitido practicar nudismo.
Después volvimos hacia Puerto del Carmen y nos sorprendió que estaban todos los supermercados abiertos, así que aprovechamos para comprar las cosas para el desayuno y las primeras cenas, ya que teníamos intención de hacerlas en el apartamento.
Ya con el maletero lleno nos dirigimos a la Urbanización de Matagorda. La primera vez fue una odisea llegar porque tuvimos que pasar por unas ¿cien rotondas?
Y una vez allí las calles con dirección única y el hecho de que tooodooos los edificios sean tan blanquitos y tan iguales entre sí nos complicó un poco la tarea de encontrar el apartamento, pero lo conseguimos.
Las siguientes veces optamos por no entrar a Puerto del Carmen, así que directamente cogíamos la rotonda que hay antes de llegar al aeropuerto y llegábamos en un periquete.
Aquí debajo podéis ver la fachada de los Guacimeta donde también se ve el coche que llevamos durante la semana.
Y así acaba el relato de nuestro primer día.
Lanzarote fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, debido principalmente a la perfecta sintonía creada entre sus habitantes y la naturaleza que les rodea, aunque el Timanfaya ya era Parque Nacional desde 1974.
Toca nombrar por primera vez al artista César Manrique (1919-1992), quien fue precursor de esta iniciativa y una figura clave en el desarrollo tan sostenible y respetuoso que se aprecia en torno a la actividad turística en la isla.
La idea de Manrique era compatibilizar el auge del turismo con la riqueza natural y cultural del entorno en que vivía, y su legado sigue estando presente en espacios que tienen un aire casi mágico y originales esculturas repartidas por todo el territorio insular.
Y tras esta breve pero necesaria introducción, sigo con mis historias.
Era lunes y tocaba madrugar porque a las 9.15h había que estar en el Centro de Visitantes de Mancha Blanca, ya que teníamos dos plazas para hacer la
Ruta Termesana.
Este recorrido tiene lugar dentro del Parque Nacional de Timanfaya, es gratuito, guiado y los grupos están limitados a ocho personas máximo, así que hay que reservarla con tiempo.
Os pongo un mapa del parque para que os situéis mejor.
Llegamos puntualmente y luego tuvimos que esperar a que nos llamaran para formar los grupos. Fuimos entrando a una sala, apuntaron nuestro dni y firmamos una hoja de responsabilidad.
El grupo de la misma ruta para hacerla en inglés estaba completo, el grupo en español también porque citaron ocho nombres varias veces, pero allí sólo estábamos mi marido, un señor que resultó ser guía turístico y yo.
Como había varios extranjeros esperando a ver si tenían suerte porque no habían podido reservar Y querían hacer la ruta, nuestro grupo acabó siendo internacional: Una pareja de recién casados rusos, dos amigas francesas que eran profesoras de español y los tres españoles.
Aún así se quedaron varias personas con las ganas, pero como digo, todos eran extranjeros. Así que desde aquí animo a los turistas/viajeros nacionales que vayan a Lanzarote a que la hagan porque merece la pena.
La ruta me resultó más que interesante, y nuestro guía, Nino, fue ameno y muy simpático. Por lo que nos decía tiene que ser genial yendo con niños, porque suele hacer visitas con grupos de escolares y les cuenta las historias pero con cancioncillas y rimas para que las retengan mejor. Además se notaba que sabe de qué habla, que le encanta su trabajo y Lanzarote en general.
Volviendo al paseo, se lo recomiendo a todo el mundo. Se aprenden un montón de cosas sobre los volcanes, los tipos de terreno que originaron las erupciones, la importancia de preservar el entorno, la fauna y flora (pues sí, aunque no lo parezca hay vida entre tanta roca
), las formas que tenían de subsistir en la isla antes de que se convirtiera en un destino turístico...
La verdad es que fue muy didáctica y creo que fue todo un acierto hacerla al principio de la semana porque luego vas viendo otros lugares y te sirve saber lo que te han explicado.
Además Nino nos guardaba una sorpresa porque resultó ser "domador" de lagartos de Haría, que es una especie endémica de la isla, y tuvimos un encuentro con ellos durante la visita.
No cuento más ni pongo foto de ese momento para no desvelar la sorpresa, pero fue alucinante.
A mitad de camino más o menos nos encontramos con el grupo que hacían la ruta en inglés y los dos guías se cambiaron las llaves de las furgonetas donde nos habían llevado hasta los respectivos inicios de ruta, de esta forma es posible hacer el recorrido lineal en lugar tener que ir y volver por el mismo sitio.
En total son 3 kms fáciles de hacer y a nosotros nos costó unas tres horas y media, ya que salíamos casi a las diez del centro de visitantes y luego se van haciendo paradas para escuchar las explicaciones, hacer fotos, sacarte alguna piedra que te está torturando el pie...
Y ya que hablamos de pies, respecto al calzado mejor que sea de montaña porque iréis más cómodos, aunque con unas zapatillas deportivas normales también se puede hacer.
Nos acercamos a comer a Yaiza y luego, tal y como me habían recomendado en el foro pues lo que se ve a pie es una zona distinta a la que se recorre en bus, volvimos al Timanfaya para hacer la ruta de las Montañas de Fuego.
Aquí compramos los
bonos para visitar cuatro centros y una vez dentro vimos las demostraciones que hacen junto al párking y el horno natural.
El paseo en autobús dura unos 35 minutos y te van explicando cosillas con una banda sonora de lo más drámatica, muy acorde con lo agreste del paisaje.
Sólo me queda por decir que la importancia de todo este entorno volcánico radica en que es un ejemplo perfecto de cómo la vida va colonizando todo poco a poco y sirve para entender las primeras etapas de la sucesión ecológica en la Tierra. De hecho puede verse perfectamente cómo han aparecido líquenes y pequeñas plantitas en las rocas volcánicas de las últimas erupciones, motivo por el cual es importante no salirse de los caminos marcados al hacer rutas a pie.
Así que, citando al personaje de Jeff Goldblum en Parque Jurásico, Lanzarote es la prueba de que "la vida se abre camino" hasta en las situaciones más extremas.
Tened en cuenta que la última visita a las Montañas de Fuego en temporada de invierno se realiza a las 17h (en Julio, Agosto y hasta mitad de Septiembre a las 18h), así que como aún teníamos tarde por delante, volvimos al apartamento a disfrutar de la piscina.