Escapada de un fin de semana a San Sebastián, que le tenemos ganas desde hace bastante tiempo. Fui de muy niño así que como si no hubiera ido. La idea era opuesta al último viaje (el de Cantabria), patear y patear para conocer lo más posible de las costas guipuzcoana y labortiana (la idea era visitar Mutriku, Ondarroa, Getaria, San Sebastian, Hondarribia, San Juan de Luz, Biarritz y Bayona), al final tuvimos que ajustar más el planning por falta de tiempo.
Tras mucho cavilar (primero un hotel en Bayona y otro en Zarauz, luego cambiar la segunda noche a uno en Irún), finalmente y tras ver una oferta en Booking nos alojamos en el Hotel Palacio de Aiete las dos noches por 120€ El hotel está situado junto al parque de Aiete, a 15 minutos andando del centro y de Miramar y con buses cada 10 minutos para subir hasta él. La calidad impresionante, 4 estrellas ganadas a pulso, la habitación amplia y el baño completísima. Recomendable al 100% Lo cogimos sin desayuno, ya que 13€ por pers/noche nos parecía carísimo, así que nos lo tendríamos que buscar por nuestra cuenta. El parking gratuito frente al hotel, al menos cuando fuimos siempre había sitios libres.
Como en Cantabria, llevaba impresas ciertas páginas de la Lonely Planet de Euskadi y del Pais Vasco francés (los planos de las ciudades), además de unos papeles hechos a mano (los prefiero a los hechos a ordenador) con un planning con las visitas en cada ciudad y sus horarios e información de las ciudades y sus monumentos (bendito san Google) que preparé entre la noche del miércoles y la del jueves.
Decir además que la preparación fue algo deficiente, puesto que hasta el martes por la noche no decidí ir a Donosti debido a las previsiones meteorológicas, finalmente el tiempo fue perfecto, solo nos orbayó 5 minutos en Biarritz y fue tan fina que ni sacamos el paraguas. Tuvimos la suerte que nos faltó hace 3 findes.
Día 1: Viernes 24/01/14: La San Sebastián marinera
Tras arreglar un poco el horario de la universidad, logramos escaparnos de clase a las 11 de la mañana, poniendo rumbo de Gijón a Donosti. Lo previsto era una parada técnica para descansar, antes de llegar a San Sebastián y ver la ciudad. Finalmente, solo nos pudimos quedar con la fachada marinera debido a lo pronto que se acaban los días invernales.
TOTAL: 365 kms.
Sin apenas tráfico, hicimos bastantes kilómetros y alargamos la parada hasta la 1 y cuarto, parando en Saltacaballo, que está justo tras pasar Castro Urdiales, entramos al primer bar que encontramos bajando (no sé el nombre, pero no hay pérdida) y ante el insistente viento negociamos con la camarera comer los bocatas que llevábamos de casa dentro del bar a cambio de comprarle las bebidas, a lo que accedió sin problemas.
Al salir del bar, teníamos una buena panóramica del centro de Castro-Urdiales.
Llegamos a San Sebastián pasadas las 3 de la tarde, y tras ser magníficamente atendidos por el recepcionista, que nos entregó un mapa práctico de San Sebastián indicandonos lo más reseñable para visitar (esto ya lo tenía aprendido de casa jeje) y los buses que coger para subir (el 31, 35 y G2 en varias paradas del centro, entre ellas Boulevard y San Bartolome, que nos dejaban en Munto -a 100 metros del hotel-)
Subimos a la habitación a dejar las maletas y tras preparar la mochila con los papeles de San Sebastian y un par de botellas de agua, nos pusimos en camino a conocer esta ciudad que nos enamoró por completo desde que pisamos la calle.
El plan era visitar el parque de Aiete, bajar hasta Miramar y caminar la Concha hasta adentrarnos en la Catedral y atacar desde ahí la Parte Vieja, para subir al Urgull a ver anochecer y rematar el día cenando de pintxos. Pero tenía una idea equivocada de las distancias y logicamente, y pese a estar en la calle antes de las 4, la Catedral y lo Viejo no nos dio tiempo a verlos de día, por lo que dejamos el Ensanche y la Catedral para el domingo por la mañana, lo que nos hacía sacrificar las visitas a Ondarroa y Mutriku (que pena que los findes no tengan un día más...)
TOTAL: 6 kms.
Os cuento un poco la historia de esta ciudad (si vais solo a lo práctico, saltaos este párrafo); su nacimiento es incierto, si bien se sabe que fue durante la Alta Edad Media. Pese al lujo que rodea la ciudad hoy, su historia es muy humilde hasta el siglo XIX, y es que se fundó como puerto cobijado por el Monte Urgull y que cambió de manos navarras a castellanas sin recibir el acontecimiento mayor importancia, pero al ser conquistada por Castilla, empezó a crecer como puerto comercial y le hizo dura competencia a Bilbao; sus comerciantes y pescadores vivían hacinados en la Parte Vieja en edificios de madera que se quemaron en más de una docena de ocasiones, hasta que en 1489 se reconstruyó en piedra. En ese siglo XV diversos factores hicieron que Bilbao superara a San Sebastián como centro comercial, dejando a la localidad donostiarra y al puerto de Pasajes como enclaves militares de la flota del Cantábrico que tantas batallas libró contra franceses, ingleses y holandeses.
Esto hizo que empezara a crecer y a poblarse el valle del Urumea, pero trajo la consecuencia negativa de multitud de sitios que minaron la economía y el comercio. Durante los siglos XVIII y XIX fue tomada dos veces por los franceses, la segunda en plena Guerra de Independencia, donde los portugueses e ingleses, al expulsar a los ejércitos de Napoleón, saquearon vilmente la ciudad, que fue reconstruida por los donostiarras durante la primera mitad de ese siglo.
A mediados de siglo se proyectó el Ensanche, al sur de la Parte Vieja entre La Concha y el Urumea, y tras ser nombrada capital de Guipúzcoa, lo hace rapidamente. Este atractivo, además de la preciosa playa de La Concha, hacen que la regente María Cristina de Austria empiece a veranear en San Sebastián, trasladando a la ciudad toda la Corte cada verano, es entonces cuando el lujo se apodera de la localidad donostiarra y se construye el Casino (1887) Los veraneantes llegan de toda Europa y los arquitectos ingleses hacen su agosto diseñando las edificaciones donostiarras, el resultado es que sea una de las ciudades más bonitas de España hoy en día (para mí la más guapa, sin duda)
Estalla la Primera Guerra Mundial, y esta ciudad se convierte en el lugar de veraneo de la aristocracia europea, por su Casino pasan Mata Hari, Trotski, Ravel... Fue la Belle Epoque donostiarra, muy latente hoy en día. La Guerra Civil la deja apenas intacta, al caer pronto en manos franquistas, y Franco la convierte la Capital del Veraneo, yendo todos los agostos desde 1940 al 75 al Palacio de Aiete.
Y así es como un pequeño puerto se convirtió en una de las ciudades más caras y bellas de toda España, y porque no decirlo, de Europa.
Tras esta introducción histórica, que conté en el coche de la que nos acercábamos a Donosti, nos dirigimos al Palacio de Aiete (B), enmarcado en el tranquilo Parque de Aiete, un edificio histórico en el que veraneó Franco durante 35 años y donde se celebró en 2011 la Conferencia Internacional de Paz de San Sebastián.
El edificio es de inspiración neoclásica, con un claro estilo francés (fue diseñado por el galo Adolfo Ombrecht) y fue construido en 1878.
Junto al palacio, en el precioso parque (cierra por la noche, abajo van los horarios) hay una escultura que parece rememorar los duros años del franquismo y su final en 1975 (quiero creer que es una crítica y no un homenaje) y un castaño plantado del que veía Anna Frank desde su escondite en la Amsterdam nazi.
Información práctica
Acceso: Caminando por Aiete Ibibidea; en bus líneas 19 y 31 desde lo viejo, 35 desde Ondarreta
Horario: 8-19:30 (invierno) 8-21 (verano)
Precio: Gratis
Web: www.donostia.org/ ...&doc=D
Bajamos andando hasta Ondarreta por De Pio Baroja Ibilbidea (no hay un cruce como tal, se bajan unas escaleras hasta una avenida ancha) llegamos a la segunda parada, el Palacio de Miramar (C), que al igual que el de Aiete se encuentra en un precioso y cuidado parque que cierra por las noches. El palacio está cerrado.
Este palacio es el lugar de veraneo de Maria Cristina de Austria, y tiene unas vistas preciosas de las playas de Ondarreta y La Concha, así como de Igueldo, Urgull, Santa Clara y toda la Parte Vieja. La verdad que las vistas son de lo mejorcito que hay en San Sebastián.
En vez de francés, su estilo es inglés y fue construido en 1893 tras el diseño de Selden Wornum. Está reformado, aunque mantiene el aspecto interior y exterior original, y en sus jardines suele haber cócteles y fiestas, sobre todo durante el Festival de Cine de San Sebastián.
Como ya dije, las vistas son increibles, desde este parque se aprecian perfectamente las esculturas de Chillida desafiando al Cantábrico, el Peine de los Vientos (no nos acercamos porque la caminata era larga y aún nos quedaba ir hasta lo Viejo)
La perspectiva de los montes Urgull e Igueldo, que flanquean la Bahía de la Concha es igualmente espectacular.
Y una vista que enamora es la de los edificios que bordean La Concha, que acaban en el Ensanche y lo Viejo, con la silueta inconfundible del Casino y las torres de la Catedral asomando sobre los edificios. Sobran las palabras estando en este parque, San Sebastián te enamora nada más pisarlo.
Información práctica
Acceso: Entre las playas de La Concha y Ondarroa, numerosos buses (consultar dbus.es)
Horario: 8-19:30 (invierno) 8-21 (verano)
Precio: Gratis
Web: www.donostia.org/ ...&doc=D
Comenzamos a caminar por el Paseo de la Concha, y al llegar a una de las escaleras principales (practicamente destruida por los temporales) tuvimos una vista preciosa de una de las playas más famosas de España.
Apretaba el calor (20ºC en pleno febrero, surrealista totalmente) y nos sentamos en una terraza en plena Concha llamada La Perla, donde nos sirvieron dos refrescos por 3'50 (para estar en plena Concha nos quedamos bastante sorprendidos por no ser un sablazo atrapa-turistas, debe ser cosa de la temporada baja), desde donde las vistas eran preciosas.
Tras el descanso, notamos la presencia del sol en la espalda, y nos dimos la vuelta para ver una preciosa estampa (una pena que sea incapaz de reflejar con la cámara lo que veíamos en ese momento)
Y miramos la hora, y quedaba menos de una hora para el atardecer, así que cambio de planes y dejamos la Catedral y el Ensanche para el domingo y nos conformamos con ver lo Viejo de noche; poco a poco nos acercábamos al precioso Casino (D) que tanto glamour e importancia dio a la capital guipuzcoana.
Construido en 1887 en los jardines de Alderdi-Eder, vertebró la vida social donostiarra hasta 1924, cuando cerró al prohibirse el juego. Actualmente es el Ayuntamiento de San Sebastián, regido desde 2011 por Juan Carlos Izagirre, de Bildu, el partido de la izquierda abertzale vasca. Como comentario y apreciación personal, sorprende muchísimo que una ciudad tan señorial y pija como San Sebastian sea uno de los feudos de la izquierda abertzale. Pero bueno, que me voy de madre; el Casino es uno de los principales exponentes de la Belle Epoque donostiarra, y delante de él hay un tiovivo que se llama "Belle Epoque" y que hace que este lugar sea de postal.
Y aquí tenemos el Casino en todo su esplendor.
Tras pasar el Casino dejamos la Parte Vieja a mano derecho, una pequeña introducción de lo que descubriríamos una hora más tarde ya de noche.
Ponemos rumbo al Monte Urgull (E) (tiene los mismos horarios que los dos anteriores parques) para ver atardecer. Nos sentamos en un banco en la Batería de las Damas, bastante romántica y original esta manera de acabar San Valentín. Las vistas según va anocheciendo de toda la Bahía de la Concha son espectaculares, es algo mágico. Os dejo unas muestras de lo vivido (aunque no reflejan apenas el encanto del momento y el lugar)
Y no sé si conocereis el poeta irlandés Franck O'Hara, que en su poema "Having a Coke with you" dice: "Tomar una Coca Cola contigo es más divertido que ir a San Sebastián", pues bien, aquí va una foto de la famosa Coca Cola y San Sebastián al fondo, fue como un autoexamen de enfocar con la Reflex.
Entre el madrugón por ir a clase, el viaje de casi 4 horas y lo que caminamos estábamos muy cansados, así que tras un paseo perdiéndonos por lo Viejo y desembocando en la preciosa Plaza Constitución (F), llena de terrazas y niños jugando en el centro (es el equivalente a una Plaza Mayor en otras ciudades), que es preciosa pero que no hicimos fotos; enfilamos al Boulevard y cogimos el bus 31, donde un matrimonio mayor majísimo nos indicó donde bajarnos (Munto)
Y cenamos de pintxos en el hotel, aunque como buenos asturianos estamos acostumbrados a tamaños mayores de raciones, y tras pedir 3 pintxos y una ración tuvieramos que comer un sandwich a medias para redondear la cena. La cena tuvo buen precio (20€) y a pesar de lo pequeño de los pintxos nos quedamos bastante llenos. Recomendable cenar aquí si se está cansado, nos sorprendió que fuera bastante gente del barrio (se trataban por el nombre con los camareros y demás) yendo a cenar, sinónimo de buena calidad y de no ser turisteo puro.
Día 2: Sábado 15/02/14: Incursión en el País Vasco Francés
Para el sábado teníamos previsto un día de locos en el que visitar Bayona, Biarritz, San Juan de Luz y Fuenterrabía; me había comentado mi padre que eran todo ciudades pequeñas y concentradas, y no le faltaba razón, hubiera dado tiempo a verlo todo y no a la carrera (aunque hay que decir que no teníamos pensado entrar en museos), pero la posibilidad de ver un partido de rugby (un deporte que no nos llama mucho) de una de las mejores ligas del mundo y del ambiente que eso conlleva (eso sí que nos llamaba más jeje) hizo que cambiaramos de planes desechando la visita a Hondarribia.
TOTAL: 138 kms.
La primera parada fue Bayona, la capital del Pais Vasco Francés (comprende la mitad del territorio del departamento de Pirineos Atlánticos y está formado por 3 territorios históricos que integran Euskal Herria: Labort/Lapurdi, Baja Navarra/Nafarroa Beherea y Sola/Zuberoa) es una ciudad hogar de casi 50.000 habitantes, pero su centro histórico (Petit Bayonne) es pequeño, de punta a punta se tardan menos de 10 minutos.
Esta ciudad fue fundada en 1950 sobre ruinas romanas (la ciudad de Lapurdum, que da nombre a Labort), y fue tomada en el siglo IX por los vikingos, lo que hizo que los bayoneses aprendieran los secretos de la construcción naval antes de que la ciudad fuera conquistada en el siglo X por el Duque de Vasconia, y posteriormente perteneciera al Ducado de Aquitania (bajo dominio inglés hasta el siglo XV con el fin de la Guerra de los Cien Años). En 1492 fue hogar de miles de judíos expulsados de Castilla, que enriquecieron Bayona con sus conocimientos. La ciudad fue testigo, además, de uno de los actos más viles de nuestra historia, en 1808 Fernando VII vendió España a Napoleón mientras el pueblo español entró en guerra creyendo que su rey era preso de los galos, y cuando por fin lo trajeron de vuelta, el angelito tiranizó brutalmente al pueblo que lo coronó (sí, no me cae nada bien este impresentable, se nota, ¿no?)
Como anécdota, comentar que las bayonetas reciben el nombre de esta ciudad, y es que los campesinos cuando se quedaban sin munición en la guerra, metían cuchillos en las escopetas, siendo los inventores de esta técnica.
Vayamos a lo práctico, entramos a Bayona y seguimos las señales al parking Petit Bayonne (Sainte Claire), que es al aire libre y va con parquimetro, echamos 3 eurillos y nos sobró algo menos de una hora, pero bueno, que se le va a hacer, la tenía conceptuada como más grande. Desde ahí pateamos por Bayona, aunque hay buses eléctricos gratuitos (que no hace falta coger, es muy pequeño el centro). El parking es la A del mapa.
TOTAL: 1.6 kms.
Nada más salir del coche nos topamos de frente con la Iglesia de San Andrés (Eglise de Saint André), un templo neogótico del siglo XIX, bastante espectacular por las dimensiones. Estaba cerrado.
Con el mapa de la Lonely llegamos hasta el río en cuestión de 2-3 minutos (mirad en el mapa lo que parece que se tarda) y nos encontramos con un mercado, pero uno de los lugares más conocidos de Bayona estaba espectacular de todas maneras, la verdad es que pese a ser pequeño es precioso y está muy bien cuidado.
Ahí nos sentamos en un bar a tomar un café que complementara los cruasanes con jamon york y queso y las napolitanas que llevábamos desde casa y que nos comimos en el coche tan ricamente. Intentando pedir un café con leche con poco café (que conste que me defiendo en francés), la camarera, bastante borde nos sirvió un café con leche y un vaso pequeño con café puro, y me dijo que era lo que había pedido, en fin... El momento mala leche del viaje.
Tras salir del bar (donde encima nos clavaron), se me pasó al adentrarme en las calles que conducen a la Catedral, que son espectaculares.
Y tras pasar por el Castillo Viejo (Cerrado y nada espectacular por fuera), nos plantamos en la plaza de la Catedral, una catedral que es Patrimonio de la Humanidad desde 1998 al ser una obra destacada dentro de los Caminos de Santiago en Francia, que alcanzan este máximo reconomiento por la exhibición de un importante intercambio de valores humanos, la representación de un tipo de edificio que ilustra una importante humana y su asociación a tradiciones e ideas vivas.
La Catedral es de estilo gótico y fue construida durante el siglo XIV sobre los restos de una catedral románica que fue destruida por dos incendios. Se acaba en el siglo XVII a excepción de las torres (son del XIX), aunque se mantiene perfectamente la línea gótica, que está presente en cada rincón de esta preciosa catedral.
Lo que más me gustó es que no se puede ver de lejos, la plaza está cerrada y hay que levantar mucho la cabeza para verla (está perfectamente conseguido el objetivo de la verticalidad para acercarse a Dios) y el peregrino se debía quedar asombrado al ver aparecer esta preciosidad tras callejear por Bayona. Sin duda lo mejor de esta ciudad, visita obligadísima.
El interior destaca por el altar y los altares en las cabeceras, donde están representados los 12 apóstoles (hay un absidiolo para cada uno) y sobre ellos impresionantes vidrieras.
Ah, antes de que se me olvide, es gratis acceder al interior, y en la entrada hay una estantería con folletos en varios idiomas, valen 1€ y están geniales, pero no hay nadie controlando el tema, hay una ranura y por ahí se debe meter el euro, es dinero que va para la conservación de la catedral y la verdad que se ve que se gasta en eso, yo pagué el euro religiosamente, pero allá cada cual.
En una capilla lateral nos encontramos una pila bautismal con varios siglos de historia.
Por una puerta a la derecha (mirando hacia el altar) nos metimos al claustro, no sé si se podía hacer o no, pero me extrañó mucho que habiendo varios turistas en la catedral el claustro lo tuviéramos un buen rato para nosotros solos. La cosa es que nadie nos vino a decir nada, así que encantados de haber entrado. Es totalmente gótico, con todos los arcos apuntados, y es una preciosidad.
Además, se tienen unas vistas excelentes de la catedral adyacente.
Información práctica
Acceso: En pleno centro de Bayona, hay muchos carteles, no hay pérdida.
Horario: Varían mucho: www.cathedrale-bayonne.fr/ ...0infos.htm
Precio: Gratis
Web: www.cathedrale-bayonne.fr/ ...ccueil.htm
Al salir de la Catedral nos encontramos con un grupo de chicos vestidos con los trajes tradicionales y bailando por las calles lo que creo eran los bailes tradicionales. Pero no era un desfile sin más, iban pidiendo dinero por las tiendas y a los biandantes, me di cuenta después de hacerles bastantes fotos, así que no me quedó más remedio que echarles algo de calderilla cuando se me acercó uno de ellos con la hucha.
Y de la que íbamos hacia el coche, seguimos asombrandonos con lo precioso que es esta ciudad del Pais Vasco francés. Ah, y compramos el pan para hacer los bocatas, madre mía como estaba, riquísimo se le queda muy corto. Benditas baguettes.
Cogimos el coche con dirección Biarritz, hay menos de 10 kilómetros, y por el camino nos encontramos el Stade Aguilera, hogar del Biarritz Olympique Pays Basque, uno de los mejores equipos de rugby de Francia. Colecciono bufandas, así que aparqué junto al campo y entramos a la tienda para añadir una a la colección. Delante de nosotros había un par de chicos con camisetas del Toulouse sacando entradas, y tras preguntar a la dependienta nos enteramos que esa tarde jugaban ambos equipos. No entendemos mucho de rugby, pero sé que en el Sur de Francia es tan importante como el fútbol, y el Stade Toulousienne me suena como uno de los mejores equipos de Europa (y así es), así que tras una breve conversación decidimos comprar entradas e ir al partido, la fama que tiene el rugby es tener un ambiente brutal y pacífico (y así es, luego os cuento más) La previsión daba lluvia para la hora del partido, así que sacamos las entradas más baratas bajo techo (24€ cada una y nos regalaron la bufanda que valía 15, así que nos quedó en 15€ la entrada) No era ni la 1 y ya teníamos hambre (el desayuno fue engañar al estómago) así que en el coche preparamos los bocatas, y ahora sí, nos vamos a Biarritz, aparcando en el parking Grand Plage (1'40€/hora), es la A
TOTAL: 2.3 kms
Esta localidad le hizo sombra a San Sebastian como destino vacacional de la aristocracia europea, la localidad gala fue la primera ciudad balneario que atrajo turistas extranjeros, y San Sebastian copió su modelo, siendo la capital donostiarra la que se llevó el gato al agua. Biarritz, un antiguo puerto ballenero vio como el lujo llegaba en el siglo XIX de mano de la Emperatriz Eugenia (1854) y de varias visitas de la familia real británica, siendo el Casino el centro de su vida social. Sin embargo, en el competido duelo con San Sebastián pesó mucho la inestabilidad de la Francia inmersa en la Gran Guerra. Sin embargo, al igual que en San Sebastián, los arquitectos ingleses proyectaron docenas de edificios que hacen de Biarritz una ciudad donde se puede dar un paseo precioso.
Y eso es lo que hicimos, tras comer en un parque a la salida del parking frente a la Grand Plage, con espléndidas vistas del faro.
Ponemos rumbo a la Virgen de la Roca (decidimos ir aquí en vez de al faro por ser la zona más guapa, descartando ir a los dos por la distancia a recorrer), y pronto nos encontramos el Casino, a pie de playa.
Seguimos al borde de la playa y nos encontramos con un edificio vacacional precioso, esto era como el Benidorm del siglo XIX, y claro, había estilo.
Al poco llegamos a la Iglesia de San Martín, preciosa, y rodeada de edificios que acompañan su belleza.
Coronamos la colina donde está el Aquarium (no entramos ni a este ni al de San Sebastian porque son caros y conocemos el de Gijón, que nada les tiene que envidiar) y vamos a la Virgen de la Roca (B), situada ahí porque unos balleneros se salvaron del temporal milagrosamente al ver aparecer unas luces misteriosas sobre esas rocas que les condujeron al abrigado puerto de Biarritz.
Sin embargo, por el fuerte temporal no pudimos cruzar la pasarela que hizo Gustave Eiffel en 1887, y nos tuvimos que conformar con verla desde lejos.
Y tras llegar hasta este extremo, y descartar pasar por la Costa de los Vascos (es una playa de veraneo), volvemos al coche por la paralela al paseo de la playa, plagada también de construcciones preciosas.
Recogemos el coche y son las 3, así que vamos a San Juan de Luz a pasar un par de horas y nos volvemos para el partido. Logicamente, como el viaje es corto, no vamos por el peaje, pero son todo urbanizaciones y no se pasa de 50, que desesperación...
Llegamos a la localidad corsaria (era un puerto ballenero, pero cuando se acabaron las ballenas los pescadores se convirtieron en piratas), y aparcamos en el parking Coeur de la Ville (1'60€/hora), la F del mapa
TOTAL: 1.9 kms.
Si decía que Bayona es pequeño, y que el centro de Biarritz también, esto es enano, se alarga la visita lo que quieras pasear por la playa, porque lo que es el centro son cuatro calles. Tras aparcar nos topamos con la Oficina de Turismo (B), y ahí que entramos y hablamos con una chica muy profesional y que habla un castellano perfecto. Nos da un mapa en el que hay resaltados los puntos más interesantes y donde hay una explicación de cada uno (pasaos por la oficina, con este mapa no hace falta llevar nada más) y nos dice que en una hora se ve todo de sobra. Perfecto.
Nos encaminamos a San Juan Baptista (C), el monumento más importante de la villa, y es que en esta iglesia de estilo labordiano construida en el siglo XV se casaron Luis XIV y la infanta María Teresa de Austria en 1660. El exterior impone, y es que resalta bastante en el conjunto urbano.
El interior es bastante sencillo, con un barco colgado y un altar labrado.
Destacan diversos regalos que hizo Luis XIV a la iglesia, como el coro o el órgano.
Información práctica
Acceso: En pleno centro de San Juan de Luz
Horario: 9-12 14-18 (L-S) 8.30-12 15-19 (D)
Precio: Gratis
Web: www.saint-jean-de-luz.com/ ...n-baptiste
Una cosa que nos llamó enormemente la atención es que las tiendas sacaban ropa a la calle, en puestos o incluso en cajas, de marcas como Desigual o Billabong y había rebajas importantes. No sé si era algo en plan feria de stocks o si es habitual, pero las calles estaban bastante llenas de gente curioseando entre las tiendas.
Bueno, tras una breve caminata de 1 minuto aproximadamente llegamos al Puerto (D), y nos encontramos el precioso Ciboure en frente.
Frente a él, nos topamos con un homenaje a la Resistencia francesa que tan valerosamente combatió el nazismo.
El puerto está en la ría, y si la bordeamos llegamos a la Playa de San Juan de Luz (E), bastante larga y con casas y edificios bastante guapos, no tanto como Biarritz o San Sebastian, ya que el turismo llegó en el siglo XX, pero con gran encanto de todas maneras.
Hacía bueno y bajamos a la arena a hacer fotos y descansar un poco, y no pudimos irnos sin dejar la marca de la casa.
Y tras un rato relajado en la playa, nos volvimos al coche pasando por las bellas calles de esta preciosa localidad.
Y pusimos rumbo al Stade Aguilera a ver el esperado partido de rugby, que salió así sin esperarlo y que fue un acierto total, viajó bastante gente de Toulouse y nuestros asientos estaban en su zona, se pasaron el partido cantando, igual que la afición local, sin el más mínimo incidente o insulto (ni siquiera contra el árbitro) Es totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados a ver aquí en España. Como anécdota decir que llovió lo que no nos cayó en todo el finde, y fallaron los focos, lo que hizo que el partido se suspendiera durante 20 minutos, que sirvieron para que refrescara mi francés del instituto hablando con el chico de al lado.
Una experiencia genial lo de venir al partido, tras él nos fuimos al hotel a cambiarnos y bajamos a cenar a La Tagliatella, en el centro de San Sebastian, bajamos en coche porque nos iba a salir más a cuenta y aparcamos en el parking el Buen Pastor (1:30, 3'05€, supercaro). La cena genial, es una franquicia y estaba hasta los topes, pero nos atendieron súperrápido y la comida estaba buena. Tras esto, a la cama que estábamos muy cansados, pero el día fue increible, nos encantó todo lo que vimos.
Día 3: Domingo 16/02/14: El Ensanche donostiarra y Getaria
Esto se acaba, último día que íbamos a dedicar a ver el ensanche y a visitar Getaria y el Museo de Balenciaga, antes de irnos a casa pronto, que el lunes se madruga.
TOTAL: 387 kms
El día empezaba con nosotros bajando hacia el centro comiendo unos Kinder Bueno como desayuno engañaestómagos. La bajada es de 15 minutos, que se hacen solos, y en ella descubrimos lo precioso que es cualquier rincón de San Sebastián:
Por una ancha llegamos a la Catedral del Buen Pastor, un templo neogótico del siglo XIX con buena estética y de dimensiones considerables, que ya habíamos visto el día anterior por la noche.
Se mire por donde se mire el edificio es impresionante.
Sin embargo, los fines de semana solo abre en horario de culto, en cuyo caso solo podemos quedarnos en los pies, sin adentrarnos más para no interrumpir la misa. Nosotros entramos y estaban dando misa en euskera ante no más de 15 fieles. Tenía muy buena pinta el interior.
Información práctica
Acceso: Centro de San Sebastián, múltiples líneas de autobus (dbus.es)
Horario: 8:30-12:30 14-20 (L-V), horas de culto solo la entrada (S-D)
Precio: Gratis
Web: www.donostiasansebastian.com/ ...astor.html
Nos acercamos hasta la Plaza Guipúzcoa para desayunar, y todas las calles por las que pasábamos y las que se cruzaban eran igual de preciosas. Da gusto pasear por San Sebastian, en serio, en las horas que pasé en la ciudad me enamoré de ella por completo.
Y llegamos a la Plaza Guipúzcoa, y es preciosa, tremendamente preciosa.
En el centro tiene un parquecillo con estanques y un bonito templete meteorológico
El desayuno cayó en una cervecería (Bideluze) donde nos tomamos unos cafés y un pincho de tortilla a medias para redondear la comida más importante del día. Tras esto nos dirigimos a ver el Boulevard de día como colofón a la vista diurna, y es impresionante, digno de una gran capital europea.
Subimos en bus y vamos a por el coche (el hotel tiene parking gratuito, no pusieron problema en que dejáramos el coche después del checkout)
Y pusimos inmediatamente rumbo a Getaria, que tiene fama de ser preciosa, como corroboraríamos después. Debido al temporal un carril de la carretera Zarautz-Getaria estaba cortado, y tuvimos que parar, teniendo unas preciosas vistas de Zarautz.
Tras esto aparcamos en lo alto del pueblo, y en la bajada vimos extrañados unas escaleras mecánicas, perfecto para subir a por el coche. Las escaleras desembocaban en el centro, donde una barca saluda a los visitantes.
En la carretera está la Oficina de Turismo, entramos a por un plano y nos dijo la chica que el Museo Balenciaga está a 20 metros del coche en lo alto de las escaleras mecánicas y no lo vimos, pa matarnos, además de recomendarnos subir al monumento de Elcano y visitar la iglesia, por fuera, porque los domingos es el único día que cierra tras la misa, una pena.
Así que subimos al Museo Balenciaga, y tras pasar por taquilla (7€ siendo estudiantes) entramos. Lo primero es un documental de la vida del diseñador nacido en Getaria. Dura 23 minutos y lo hay en 4 idiomas, hay que esperar que acabe en uno para seleccionar otro. Entramos a la sala y quedaban 2 minutos para que terminase en vasco, así que esperamos que acabase y lo pusimos en castellano. Muy ameno (no me gusta mucho la moda que se diga) y se aprendían cosillas.
Luego hacemos la visita propiamente dicha, hay dos pisos, uno de diseñadores catalanes y Balenciaga, y otro exclusivamente del diseñador guipuzcoano. Está todo perfectamente indicado y la visita se hace superamena (a mi novia le encanta la moda, a mi no, y no sé cual de los dos la disfrutó más), de verdad que es para todos los públicos. Algunas muestras de lo que se ve:
En la planta baja hay una exposición temporal de ropa de papel, es impresionante lo que logran hacer:
Y este es el museo por fuera, desentona mucho con lo que es el pueblo.
Información práctica
Acceso: En lo alto de Getaria, hay escaleras mecánicas desde la carretera general.
Horario: Varia bastante, ver cristobalbalenciagamuseoa.com/ ...-Util.html
Precio: 10€ (general), 7€ (Jubilados, estudiantes, <18 años), gratis (ICOM, Profesores de la Educación Pública Vasca, <9 años), descuento 10% (grupos, familias numerosas)
Web: cristobalbalenciagamuseoa.com/
Getaria vio nacer a Juan Sebastián Elcano en 1476, Elcano fue el navegante que finalizó la primera vuelta al mundo empezada por Magallanes. El navegante guipuzcoano llegó a Sanlúcar de Barrameda en 1522 junto con los otros 17 supervivientes a 3 años de larga travesía. Falleció enfermo de escorbuto en su medio, en el mar, en una expedición marítima en medio del Pacífico.
La localidad tiene varios homenajes al marino, desde una sencilla estatua:
Hasta un enorme monumento con forma de pequeña fortaleza y una estatua en lo alto
Desde ella, se tienen unas vistas preciosas tanto del pueblo con su puerto como de la costa circundante.
Tras esto, fuimos a comer por el pueblo, que son 3 calles paralelas preciosas en cuesta. Destaca la Iglesia de San Salvador
Esta iglesia, cuyo exterior es difícil de apreciar, se encuentra encalada entre las casas, y es una de las más antiguas de Guipúzcoa, datando del siglo XI.
Información práctica
Acceso: Bajando hacia el puerto de Getaria
Horario: Desde las 9:30 hasta la misa del día. Posibilidad de hacerla guiada (zehazten@zehazten.info / 943005831)
Precio: Gratis
Web: turismo.euskadi.net/ ...-12375/es/
Tras esto llegó el momento de comer, todo se nos iba de precio menos un bar bastante abertzale (como Getaria en sí mismo, hay banderas de los presos en bastantes balcones), llamado Mahasti donde nos trataron a cuerpo de rey, y donde por 25€ nos apretamos una ración de rabas y sendos platos combinados, de tamaño grande (pedimos la ración porque pensamos que con los combinados no nos daba para comer, pero sí que daba, la fartura fue seria). Os recomiendo encarecidamente este bar, está en una de las calles que bajan al puerto, en la de la izquierda de la que baja por la iglesia.
Y tras un paseillo para bajar la comida rumbo a casa con una parada técnica para estirar las piernas y tomar unos refrescos.
Y así se acababa un viaje que nos encantó, el que más hasta el momento, viendo una ciudad, San Sebastián, que nos enamoró, y conociendo otras villas que nos encantaron. Una pena no tener más días, porque fue un finde totalmente increible y precioso acompañado de muy buen tiempo.
Las ganas de la próxima escapada son enormes, pero no sabemos ni cuando (la uni parece que no dará descanso hasta junio-julio) ni donde
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· San Sebastián: Para mí la ciudad más guapa de España
· Bayona: Pequeña preciosidad
· Biarritz: Vacaciones de otra época
· Museo Balenciaga: Para todos los públicos
LO MENOS RECOMENDABLE
· Sinceramente nada me disgustó
LAS SORPRESAS
· Getaria: Suena bastante, pero me sorprendió su belleza
· Rugby: Un enorme espectáculo, si os coincide id.
· Miramar: El enorme flechazo al asomarnos al parque
LAS DECEPCIONES
· Nada: Me encanta que las cosas salgan bien
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Hondarribia
· La costa guipuzcoana occidental
· Ekinberri y Zestoa (gracias por la recomendacion gadiemp)
· Volver a pasear por San Sebastián, nos ganó por completo
Un saludo viajeros
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33305
Tras mucho cavilar (primero un hotel en Bayona y otro en Zarauz, luego cambiar la segunda noche a uno en Irún), finalmente y tras ver una oferta en Booking nos alojamos en el Hotel Palacio de Aiete las dos noches por 120€ El hotel está situado junto al parque de Aiete, a 15 minutos andando del centro y de Miramar y con buses cada 10 minutos para subir hasta él. La calidad impresionante, 4 estrellas ganadas a pulso, la habitación amplia y el baño completísima. Recomendable al 100% Lo cogimos sin desayuno, ya que 13€ por pers/noche nos parecía carísimo, así que nos lo tendríamos que buscar por nuestra cuenta. El parking gratuito frente al hotel, al menos cuando fuimos siempre había sitios libres.

Como en Cantabria, llevaba impresas ciertas páginas de la Lonely Planet de Euskadi y del Pais Vasco francés (los planos de las ciudades), además de unos papeles hechos a mano (los prefiero a los hechos a ordenador) con un planning con las visitas en cada ciudad y sus horarios e información de las ciudades y sus monumentos (bendito san Google) que preparé entre la noche del miércoles y la del jueves.
Decir además que la preparación fue algo deficiente, puesto que hasta el martes por la noche no decidí ir a Donosti debido a las previsiones meteorológicas, finalmente el tiempo fue perfecto, solo nos orbayó 5 minutos en Biarritz y fue tan fina que ni sacamos el paraguas. Tuvimos la suerte que nos faltó hace 3 findes.
Día 1: Viernes 24/01/14: La San Sebastián marinera
Tras arreglar un poco el horario de la universidad, logramos escaparnos de clase a las 11 de la mañana, poniendo rumbo de Gijón a Donosti. Lo previsto era una parada técnica para descansar, antes de llegar a San Sebastián y ver la ciudad. Finalmente, solo nos pudimos quedar con la fachada marinera debido a lo pronto que se acaban los días invernales.
TOTAL: 365 kms.
Sin apenas tráfico, hicimos bastantes kilómetros y alargamos la parada hasta la 1 y cuarto, parando en Saltacaballo, que está justo tras pasar Castro Urdiales, entramos al primer bar que encontramos bajando (no sé el nombre, pero no hay pérdida) y ante el insistente viento negociamos con la camarera comer los bocatas que llevábamos de casa dentro del bar a cambio de comprarle las bebidas, a lo que accedió sin problemas.
Al salir del bar, teníamos una buena panóramica del centro de Castro-Urdiales.

Llegamos a San Sebastián pasadas las 3 de la tarde, y tras ser magníficamente atendidos por el recepcionista, que nos entregó un mapa práctico de San Sebastián indicandonos lo más reseñable para visitar (esto ya lo tenía aprendido de casa jeje) y los buses que coger para subir (el 31, 35 y G2 en varias paradas del centro, entre ellas Boulevard y San Bartolome, que nos dejaban en Munto -a 100 metros del hotel-)
Subimos a la habitación a dejar las maletas y tras preparar la mochila con los papeles de San Sebastian y un par de botellas de agua, nos pusimos en camino a conocer esta ciudad que nos enamoró por completo desde que pisamos la calle.
El plan era visitar el parque de Aiete, bajar hasta Miramar y caminar la Concha hasta adentrarnos en la Catedral y atacar desde ahí la Parte Vieja, para subir al Urgull a ver anochecer y rematar el día cenando de pintxos. Pero tenía una idea equivocada de las distancias y logicamente, y pese a estar en la calle antes de las 4, la Catedral y lo Viejo no nos dio tiempo a verlos de día, por lo que dejamos el Ensanche y la Catedral para el domingo por la mañana, lo que nos hacía sacrificar las visitas a Ondarroa y Mutriku (que pena que los findes no tengan un día más...)

Os cuento un poco la historia de esta ciudad (si vais solo a lo práctico, saltaos este párrafo); su nacimiento es incierto, si bien se sabe que fue durante la Alta Edad Media. Pese al lujo que rodea la ciudad hoy, su historia es muy humilde hasta el siglo XIX, y es que se fundó como puerto cobijado por el Monte Urgull y que cambió de manos navarras a castellanas sin recibir el acontecimiento mayor importancia, pero al ser conquistada por Castilla, empezó a crecer como puerto comercial y le hizo dura competencia a Bilbao; sus comerciantes y pescadores vivían hacinados en la Parte Vieja en edificios de madera que se quemaron en más de una docena de ocasiones, hasta que en 1489 se reconstruyó en piedra. En ese siglo XV diversos factores hicieron que Bilbao superara a San Sebastián como centro comercial, dejando a la localidad donostiarra y al puerto de Pasajes como enclaves militares de la flota del Cantábrico que tantas batallas libró contra franceses, ingleses y holandeses.
Esto hizo que empezara a crecer y a poblarse el valle del Urumea, pero trajo la consecuencia negativa de multitud de sitios que minaron la economía y el comercio. Durante los siglos XVIII y XIX fue tomada dos veces por los franceses, la segunda en plena Guerra de Independencia, donde los portugueses e ingleses, al expulsar a los ejércitos de Napoleón, saquearon vilmente la ciudad, que fue reconstruida por los donostiarras durante la primera mitad de ese siglo.
A mediados de siglo se proyectó el Ensanche, al sur de la Parte Vieja entre La Concha y el Urumea, y tras ser nombrada capital de Guipúzcoa, lo hace rapidamente. Este atractivo, además de la preciosa playa de La Concha, hacen que la regente María Cristina de Austria empiece a veranear en San Sebastián, trasladando a la ciudad toda la Corte cada verano, es entonces cuando el lujo se apodera de la localidad donostiarra y se construye el Casino (1887) Los veraneantes llegan de toda Europa y los arquitectos ingleses hacen su agosto diseñando las edificaciones donostiarras, el resultado es que sea una de las ciudades más bonitas de España hoy en día (para mí la más guapa, sin duda)
Estalla la Primera Guerra Mundial, y esta ciudad se convierte en el lugar de veraneo de la aristocracia europea, por su Casino pasan Mata Hari, Trotski, Ravel... Fue la Belle Epoque donostiarra, muy latente hoy en día. La Guerra Civil la deja apenas intacta, al caer pronto en manos franquistas, y Franco la convierte la Capital del Veraneo, yendo todos los agostos desde 1940 al 75 al Palacio de Aiete.
Y así es como un pequeño puerto se convirtió en una de las ciudades más caras y bellas de toda España, y porque no decirlo, de Europa.
Tras esta introducción histórica, que conté en el coche de la que nos acercábamos a Donosti, nos dirigimos al Palacio de Aiete (B), enmarcado en el tranquilo Parque de Aiete, un edificio histórico en el que veraneó Franco durante 35 años y donde se celebró en 2011 la Conferencia Internacional de Paz de San Sebastián.
El edificio es de inspiración neoclásica, con un claro estilo francés (fue diseñado por el galo Adolfo Ombrecht) y fue construido en 1878.


Junto al palacio, en el precioso parque (cierra por la noche, abajo van los horarios) hay una escultura que parece rememorar los duros años del franquismo y su final en 1975 (quiero creer que es una crítica y no un homenaje) y un castaño plantado del que veía Anna Frank desde su escondite en la Amsterdam nazi.


Información práctica
Acceso: Caminando por Aiete Ibibidea; en bus líneas 19 y 31 desde lo viejo, 35 desde Ondarreta
Horario: 8-19:30 (invierno) 8-21 (verano)
Precio: Gratis
Web: www.donostia.org/ ...&doc=D
Bajamos andando hasta Ondarreta por De Pio Baroja Ibilbidea (no hay un cruce como tal, se bajan unas escaleras hasta una avenida ancha) llegamos a la segunda parada, el Palacio de Miramar (C), que al igual que el de Aiete se encuentra en un precioso y cuidado parque que cierra por las noches. El palacio está cerrado.
Este palacio es el lugar de veraneo de Maria Cristina de Austria, y tiene unas vistas preciosas de las playas de Ondarreta y La Concha, así como de Igueldo, Urgull, Santa Clara y toda la Parte Vieja. La verdad que las vistas son de lo mejorcito que hay en San Sebastián.
En vez de francés, su estilo es inglés y fue construido en 1893 tras el diseño de Selden Wornum. Está reformado, aunque mantiene el aspecto interior y exterior original, y en sus jardines suele haber cócteles y fiestas, sobre todo durante el Festival de Cine de San Sebastián.


Como ya dije, las vistas son increibles, desde este parque se aprecian perfectamente las esculturas de Chillida desafiando al Cantábrico, el Peine de los Vientos (no nos acercamos porque la caminata era larga y aún nos quedaba ir hasta lo Viejo)

La perspectiva de los montes Urgull e Igueldo, que flanquean la Bahía de la Concha es igualmente espectacular.


Y una vista que enamora es la de los edificios que bordean La Concha, que acaban en el Ensanche y lo Viejo, con la silueta inconfundible del Casino y las torres de la Catedral asomando sobre los edificios. Sobran las palabras estando en este parque, San Sebastián te enamora nada más pisarlo.

Información práctica
Acceso: Entre las playas de La Concha y Ondarroa, numerosos buses (consultar dbus.es)
Horario: 8-19:30 (invierno) 8-21 (verano)
Precio: Gratis
Web: www.donostia.org/ ...&doc=D
Comenzamos a caminar por el Paseo de la Concha, y al llegar a una de las escaleras principales (practicamente destruida por los temporales) tuvimos una vista preciosa de una de las playas más famosas de España.

Apretaba el calor (20ºC en pleno febrero, surrealista totalmente) y nos sentamos en una terraza en plena Concha llamada La Perla, donde nos sirvieron dos refrescos por 3'50 (para estar en plena Concha nos quedamos bastante sorprendidos por no ser un sablazo atrapa-turistas, debe ser cosa de la temporada baja), desde donde las vistas eran preciosas.


Tras el descanso, notamos la presencia del sol en la espalda, y nos dimos la vuelta para ver una preciosa estampa (una pena que sea incapaz de reflejar con la cámara lo que veíamos en ese momento)

Y miramos la hora, y quedaba menos de una hora para el atardecer, así que cambio de planes y dejamos la Catedral y el Ensanche para el domingo y nos conformamos con ver lo Viejo de noche; poco a poco nos acercábamos al precioso Casino (D) que tanto glamour e importancia dio a la capital guipuzcoana.

Construido en 1887 en los jardines de Alderdi-Eder, vertebró la vida social donostiarra hasta 1924, cuando cerró al prohibirse el juego. Actualmente es el Ayuntamiento de San Sebastián, regido desde 2011 por Juan Carlos Izagirre, de Bildu, el partido de la izquierda abertzale vasca. Como comentario y apreciación personal, sorprende muchísimo que una ciudad tan señorial y pija como San Sebastian sea uno de los feudos de la izquierda abertzale. Pero bueno, que me voy de madre; el Casino es uno de los principales exponentes de la Belle Epoque donostiarra, y delante de él hay un tiovivo que se llama "Belle Epoque" y que hace que este lugar sea de postal.

Y aquí tenemos el Casino en todo su esplendor.


Tras pasar el Casino dejamos la Parte Vieja a mano derecho, una pequeña introducción de lo que descubriríamos una hora más tarde ya de noche.

Ponemos rumbo al Monte Urgull (E) (tiene los mismos horarios que los dos anteriores parques) para ver atardecer. Nos sentamos en un banco en la Batería de las Damas, bastante romántica y original esta manera de acabar San Valentín. Las vistas según va anocheciendo de toda la Bahía de la Concha son espectaculares, es algo mágico. Os dejo unas muestras de lo vivido (aunque no reflejan apenas el encanto del momento y el lugar)





Y no sé si conocereis el poeta irlandés Franck O'Hara, que en su poema "Having a Coke with you" dice: "Tomar una Coca Cola contigo es más divertido que ir a San Sebastián", pues bien, aquí va una foto de la famosa Coca Cola y San Sebastián al fondo, fue como un autoexamen de enfocar con la Reflex.

Entre el madrugón por ir a clase, el viaje de casi 4 horas y lo que caminamos estábamos muy cansados, así que tras un paseo perdiéndonos por lo Viejo y desembocando en la preciosa Plaza Constitución (F), llena de terrazas y niños jugando en el centro (es el equivalente a una Plaza Mayor en otras ciudades), que es preciosa pero que no hicimos fotos; enfilamos al Boulevard y cogimos el bus 31, donde un matrimonio mayor majísimo nos indicó donde bajarnos (Munto)
Y cenamos de pintxos en el hotel, aunque como buenos asturianos estamos acostumbrados a tamaños mayores de raciones, y tras pedir 3 pintxos y una ración tuvieramos que comer un sandwich a medias para redondear la cena. La cena tuvo buen precio (20€) y a pesar de lo pequeño de los pintxos nos quedamos bastante llenos. Recomendable cenar aquí si se está cansado, nos sorprendió que fuera bastante gente del barrio (se trataban por el nombre con los camareros y demás) yendo a cenar, sinónimo de buena calidad y de no ser turisteo puro.
Día 2: Sábado 15/02/14: Incursión en el País Vasco Francés
Para el sábado teníamos previsto un día de locos en el que visitar Bayona, Biarritz, San Juan de Luz y Fuenterrabía; me había comentado mi padre que eran todo ciudades pequeñas y concentradas, y no le faltaba razón, hubiera dado tiempo a verlo todo y no a la carrera (aunque hay que decir que no teníamos pensado entrar en museos), pero la posibilidad de ver un partido de rugby (un deporte que no nos llama mucho) de una de las mejores ligas del mundo y del ambiente que eso conlleva (eso sí que nos llamaba más jeje) hizo que cambiaramos de planes desechando la visita a Hondarribia.

TOTAL: 138 kms.
La primera parada fue Bayona, la capital del Pais Vasco Francés (comprende la mitad del territorio del departamento de Pirineos Atlánticos y está formado por 3 territorios históricos que integran Euskal Herria: Labort/Lapurdi, Baja Navarra/Nafarroa Beherea y Sola/Zuberoa) es una ciudad hogar de casi 50.000 habitantes, pero su centro histórico (Petit Bayonne) es pequeño, de punta a punta se tardan menos de 10 minutos.
Esta ciudad fue fundada en 1950 sobre ruinas romanas (la ciudad de Lapurdum, que da nombre a Labort), y fue tomada en el siglo IX por los vikingos, lo que hizo que los bayoneses aprendieran los secretos de la construcción naval antes de que la ciudad fuera conquistada en el siglo X por el Duque de Vasconia, y posteriormente perteneciera al Ducado de Aquitania (bajo dominio inglés hasta el siglo XV con el fin de la Guerra de los Cien Años). En 1492 fue hogar de miles de judíos expulsados de Castilla, que enriquecieron Bayona con sus conocimientos. La ciudad fue testigo, además, de uno de los actos más viles de nuestra historia, en 1808 Fernando VII vendió España a Napoleón mientras el pueblo español entró en guerra creyendo que su rey era preso de los galos, y cuando por fin lo trajeron de vuelta, el angelito tiranizó brutalmente al pueblo que lo coronó (sí, no me cae nada bien este impresentable, se nota, ¿no?)
Como anécdota, comentar que las bayonetas reciben el nombre de esta ciudad, y es que los campesinos cuando se quedaban sin munición en la guerra, metían cuchillos en las escopetas, siendo los inventores de esta técnica.
Vayamos a lo práctico, entramos a Bayona y seguimos las señales al parking Petit Bayonne (Sainte Claire), que es al aire libre y va con parquimetro, echamos 3 eurillos y nos sobró algo menos de una hora, pero bueno, que se le va a hacer, la tenía conceptuada como más grande. Desde ahí pateamos por Bayona, aunque hay buses eléctricos gratuitos (que no hace falta coger, es muy pequeño el centro). El parking es la A del mapa.

TOTAL: 1.6 kms.
Nada más salir del coche nos topamos de frente con la Iglesia de San Andrés (Eglise de Saint André), un templo neogótico del siglo XIX, bastante espectacular por las dimensiones. Estaba cerrado.

Con el mapa de la Lonely llegamos hasta el río en cuestión de 2-3 minutos (mirad en el mapa lo que parece que se tarda) y nos encontramos con un mercado, pero uno de los lugares más conocidos de Bayona estaba espectacular de todas maneras, la verdad es que pese a ser pequeño es precioso y está muy bien cuidado.


Ahí nos sentamos en un bar a tomar un café que complementara los cruasanes con jamon york y queso y las napolitanas que llevábamos desde casa y que nos comimos en el coche tan ricamente. Intentando pedir un café con leche con poco café (que conste que me defiendo en francés), la camarera, bastante borde nos sirvió un café con leche y un vaso pequeño con café puro, y me dijo que era lo que había pedido, en fin... El momento mala leche del viaje.
Tras salir del bar (donde encima nos clavaron), se me pasó al adentrarme en las calles que conducen a la Catedral, que son espectaculares.

Y tras pasar por el Castillo Viejo (Cerrado y nada espectacular por fuera), nos plantamos en la plaza de la Catedral, una catedral que es Patrimonio de la Humanidad desde 1998 al ser una obra destacada dentro de los Caminos de Santiago en Francia, que alcanzan este máximo reconomiento por la exhibición de un importante intercambio de valores humanos, la representación de un tipo de edificio que ilustra una importante humana y su asociación a tradiciones e ideas vivas.
La Catedral es de estilo gótico y fue construida durante el siglo XIV sobre los restos de una catedral románica que fue destruida por dos incendios. Se acaba en el siglo XVII a excepción de las torres (son del XIX), aunque se mantiene perfectamente la línea gótica, que está presente en cada rincón de esta preciosa catedral.
Lo que más me gustó es que no se puede ver de lejos, la plaza está cerrada y hay que levantar mucho la cabeza para verla (está perfectamente conseguido el objetivo de la verticalidad para acercarse a Dios) y el peregrino se debía quedar asombrado al ver aparecer esta preciosidad tras callejear por Bayona. Sin duda lo mejor de esta ciudad, visita obligadísima.

El interior destaca por el altar y los altares en las cabeceras, donde están representados los 12 apóstoles (hay un absidiolo para cada uno) y sobre ellos impresionantes vidrieras.

Ah, antes de que se me olvide, es gratis acceder al interior, y en la entrada hay una estantería con folletos en varios idiomas, valen 1€ y están geniales, pero no hay nadie controlando el tema, hay una ranura y por ahí se debe meter el euro, es dinero que va para la conservación de la catedral y la verdad que se ve que se gasta en eso, yo pagué el euro religiosamente, pero allá cada cual.
En una capilla lateral nos encontramos una pila bautismal con varios siglos de historia.

Por una puerta a la derecha (mirando hacia el altar) nos metimos al claustro, no sé si se podía hacer o no, pero me extrañó mucho que habiendo varios turistas en la catedral el claustro lo tuviéramos un buen rato para nosotros solos. La cosa es que nadie nos vino a decir nada, así que encantados de haber entrado. Es totalmente gótico, con todos los arcos apuntados, y es una preciosidad.

Además, se tienen unas vistas excelentes de la catedral adyacente.


Información práctica
Acceso: En pleno centro de Bayona, hay muchos carteles, no hay pérdida.
Horario: Varían mucho: www.cathedrale-bayonne.fr/ ...0infos.htm
Precio: Gratis
Web: www.cathedrale-bayonne.fr/ ...ccueil.htm
Al salir de la Catedral nos encontramos con un grupo de chicos vestidos con los trajes tradicionales y bailando por las calles lo que creo eran los bailes tradicionales. Pero no era un desfile sin más, iban pidiendo dinero por las tiendas y a los biandantes, me di cuenta después de hacerles bastantes fotos, así que no me quedó más remedio que echarles algo de calderilla cuando se me acercó uno de ellos con la hucha.

Y de la que íbamos hacia el coche, seguimos asombrandonos con lo precioso que es esta ciudad del Pais Vasco francés. Ah, y compramos el pan para hacer los bocatas, madre mía como estaba, riquísimo se le queda muy corto. Benditas baguettes.


Cogimos el coche con dirección Biarritz, hay menos de 10 kilómetros, y por el camino nos encontramos el Stade Aguilera, hogar del Biarritz Olympique Pays Basque, uno de los mejores equipos de rugby de Francia. Colecciono bufandas, así que aparqué junto al campo y entramos a la tienda para añadir una a la colección. Delante de nosotros había un par de chicos con camisetas del Toulouse sacando entradas, y tras preguntar a la dependienta nos enteramos que esa tarde jugaban ambos equipos. No entendemos mucho de rugby, pero sé que en el Sur de Francia es tan importante como el fútbol, y el Stade Toulousienne me suena como uno de los mejores equipos de Europa (y así es), así que tras una breve conversación decidimos comprar entradas e ir al partido, la fama que tiene el rugby es tener un ambiente brutal y pacífico (y así es, luego os cuento más) La previsión daba lluvia para la hora del partido, así que sacamos las entradas más baratas bajo techo (24€ cada una y nos regalaron la bufanda que valía 15, así que nos quedó en 15€ la entrada) No era ni la 1 y ya teníamos hambre (el desayuno fue engañar al estómago) así que en el coche preparamos los bocatas, y ahora sí, nos vamos a Biarritz, aparcando en el parking Grand Plage (1'40€/hora), es la A

TOTAL: 2.3 kms
Esta localidad le hizo sombra a San Sebastian como destino vacacional de la aristocracia europea, la localidad gala fue la primera ciudad balneario que atrajo turistas extranjeros, y San Sebastian copió su modelo, siendo la capital donostiarra la que se llevó el gato al agua. Biarritz, un antiguo puerto ballenero vio como el lujo llegaba en el siglo XIX de mano de la Emperatriz Eugenia (1854) y de varias visitas de la familia real británica, siendo el Casino el centro de su vida social. Sin embargo, en el competido duelo con San Sebastián pesó mucho la inestabilidad de la Francia inmersa en la Gran Guerra. Sin embargo, al igual que en San Sebastián, los arquitectos ingleses proyectaron docenas de edificios que hacen de Biarritz una ciudad donde se puede dar un paseo precioso.
Y eso es lo que hicimos, tras comer en un parque a la salida del parking frente a la Grand Plage, con espléndidas vistas del faro.

Ponemos rumbo a la Virgen de la Roca (decidimos ir aquí en vez de al faro por ser la zona más guapa, descartando ir a los dos por la distancia a recorrer), y pronto nos encontramos el Casino, a pie de playa.

Seguimos al borde de la playa y nos encontramos con un edificio vacacional precioso, esto era como el Benidorm del siglo XIX, y claro, había estilo.

Al poco llegamos a la Iglesia de San Martín, preciosa, y rodeada de edificios que acompañan su belleza.


Coronamos la colina donde está el Aquarium (no entramos ni a este ni al de San Sebastian porque son caros y conocemos el de Gijón, que nada les tiene que envidiar) y vamos a la Virgen de la Roca (B), situada ahí porque unos balleneros se salvaron del temporal milagrosamente al ver aparecer unas luces misteriosas sobre esas rocas que les condujeron al abrigado puerto de Biarritz.
Sin embargo, por el fuerte temporal no pudimos cruzar la pasarela que hizo Gustave Eiffel en 1887, y nos tuvimos que conformar con verla desde lejos.

Y tras llegar hasta este extremo, y descartar pasar por la Costa de los Vascos (es una playa de veraneo), volvemos al coche por la paralela al paseo de la playa, plagada también de construcciones preciosas.



Recogemos el coche y son las 3, así que vamos a San Juan de Luz a pasar un par de horas y nos volvemos para el partido. Logicamente, como el viaje es corto, no vamos por el peaje, pero son todo urbanizaciones y no se pasa de 50, que desesperación...
Llegamos a la localidad corsaria (era un puerto ballenero, pero cuando se acabaron las ballenas los pescadores se convirtieron en piratas), y aparcamos en el parking Coeur de la Ville (1'60€/hora), la F del mapa

TOTAL: 1.9 kms.
Si decía que Bayona es pequeño, y que el centro de Biarritz también, esto es enano, se alarga la visita lo que quieras pasear por la playa, porque lo que es el centro son cuatro calles. Tras aparcar nos topamos con la Oficina de Turismo (B), y ahí que entramos y hablamos con una chica muy profesional y que habla un castellano perfecto. Nos da un mapa en el que hay resaltados los puntos más interesantes y donde hay una explicación de cada uno (pasaos por la oficina, con este mapa no hace falta llevar nada más) y nos dice que en una hora se ve todo de sobra. Perfecto.
Nos encaminamos a San Juan Baptista (C), el monumento más importante de la villa, y es que en esta iglesia de estilo labordiano construida en el siglo XV se casaron Luis XIV y la infanta María Teresa de Austria en 1660. El exterior impone, y es que resalta bastante en el conjunto urbano.

El interior es bastante sencillo, con un barco colgado y un altar labrado.


Destacan diversos regalos que hizo Luis XIV a la iglesia, como el coro o el órgano.

Información práctica
Acceso: En pleno centro de San Juan de Luz
Horario: 9-12 14-18 (L-S) 8.30-12 15-19 (D)
Precio: Gratis
Web: www.saint-jean-de-luz.com/ ...n-baptiste
Una cosa que nos llamó enormemente la atención es que las tiendas sacaban ropa a la calle, en puestos o incluso en cajas, de marcas como Desigual o Billabong y había rebajas importantes. No sé si era algo en plan feria de stocks o si es habitual, pero las calles estaban bastante llenas de gente curioseando entre las tiendas.
Bueno, tras una breve caminata de 1 minuto aproximadamente llegamos al Puerto (D), y nos encontramos el precioso Ciboure en frente.


Frente a él, nos topamos con un homenaje a la Resistencia francesa que tan valerosamente combatió el nazismo.

El puerto está en la ría, y si la bordeamos llegamos a la Playa de San Juan de Luz (E), bastante larga y con casas y edificios bastante guapos, no tanto como Biarritz o San Sebastian, ya que el turismo llegó en el siglo XX, pero con gran encanto de todas maneras.


Hacía bueno y bajamos a la arena a hacer fotos y descansar un poco, y no pudimos irnos sin dejar la marca de la casa.

Y tras un rato relajado en la playa, nos volvimos al coche pasando por las bellas calles de esta preciosa localidad.

Y pusimos rumbo al Stade Aguilera a ver el esperado partido de rugby, que salió así sin esperarlo y que fue un acierto total, viajó bastante gente de Toulouse y nuestros asientos estaban en su zona, se pasaron el partido cantando, igual que la afición local, sin el más mínimo incidente o insulto (ni siquiera contra el árbitro) Es totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados a ver aquí en España. Como anécdota decir que llovió lo que no nos cayó en todo el finde, y fallaron los focos, lo que hizo que el partido se suspendiera durante 20 minutos, que sirvieron para que refrescara mi francés del instituto hablando con el chico de al lado.


Una experiencia genial lo de venir al partido, tras él nos fuimos al hotel a cambiarnos y bajamos a cenar a La Tagliatella, en el centro de San Sebastian, bajamos en coche porque nos iba a salir más a cuenta y aparcamos en el parking el Buen Pastor (1:30, 3'05€, supercaro). La cena genial, es una franquicia y estaba hasta los topes, pero nos atendieron súperrápido y la comida estaba buena. Tras esto, a la cama que estábamos muy cansados, pero el día fue increible, nos encantó todo lo que vimos.
Día 3: Domingo 16/02/14: El Ensanche donostiarra y Getaria
Esto se acaba, último día que íbamos a dedicar a ver el ensanche y a visitar Getaria y el Museo de Balenciaga, antes de irnos a casa pronto, que el lunes se madruga.

TOTAL: 387 kms
El día empezaba con nosotros bajando hacia el centro comiendo unos Kinder Bueno como desayuno engañaestómagos. La bajada es de 15 minutos, que se hacen solos, y en ella descubrimos lo precioso que es cualquier rincón de San Sebastián:


Por una ancha llegamos a la Catedral del Buen Pastor, un templo neogótico del siglo XIX con buena estética y de dimensiones considerables, que ya habíamos visto el día anterior por la noche.

Se mire por donde se mire el edificio es impresionante.


Sin embargo, los fines de semana solo abre en horario de culto, en cuyo caso solo podemos quedarnos en los pies, sin adentrarnos más para no interrumpir la misa. Nosotros entramos y estaban dando misa en euskera ante no más de 15 fieles. Tenía muy buena pinta el interior.
Información práctica
Acceso: Centro de San Sebastián, múltiples líneas de autobus (dbus.es)
Horario: 8:30-12:30 14-20 (L-V), horas de culto solo la entrada (S-D)
Precio: Gratis
Web: www.donostiasansebastian.com/ ...astor.html
Nos acercamos hasta la Plaza Guipúzcoa para desayunar, y todas las calles por las que pasábamos y las que se cruzaban eran igual de preciosas. Da gusto pasear por San Sebastian, en serio, en las horas que pasé en la ciudad me enamoré de ella por completo.

Y llegamos a la Plaza Guipúzcoa, y es preciosa, tremendamente preciosa.


En el centro tiene un parquecillo con estanques y un bonito templete meteorológico


El desayuno cayó en una cervecería (Bideluze) donde nos tomamos unos cafés y un pincho de tortilla a medias para redondear la comida más importante del día. Tras esto nos dirigimos a ver el Boulevard de día como colofón a la vista diurna, y es impresionante, digno de una gran capital europea.


Subimos en bus y vamos a por el coche (el hotel tiene parking gratuito, no pusieron problema en que dejáramos el coche después del checkout)
Y pusimos inmediatamente rumbo a Getaria, que tiene fama de ser preciosa, como corroboraríamos después. Debido al temporal un carril de la carretera Zarautz-Getaria estaba cortado, y tuvimos que parar, teniendo unas preciosas vistas de Zarautz.


Tras esto aparcamos en lo alto del pueblo, y en la bajada vimos extrañados unas escaleras mecánicas, perfecto para subir a por el coche. Las escaleras desembocaban en el centro, donde una barca saluda a los visitantes.

En la carretera está la Oficina de Turismo, entramos a por un plano y nos dijo la chica que el Museo Balenciaga está a 20 metros del coche en lo alto de las escaleras mecánicas y no lo vimos, pa matarnos, además de recomendarnos subir al monumento de Elcano y visitar la iglesia, por fuera, porque los domingos es el único día que cierra tras la misa, una pena.
Así que subimos al Museo Balenciaga, y tras pasar por taquilla (7€ siendo estudiantes) entramos. Lo primero es un documental de la vida del diseñador nacido en Getaria. Dura 23 minutos y lo hay en 4 idiomas, hay que esperar que acabe en uno para seleccionar otro. Entramos a la sala y quedaban 2 minutos para que terminase en vasco, así que esperamos que acabase y lo pusimos en castellano. Muy ameno (no me gusta mucho la moda que se diga) y se aprendían cosillas.
Luego hacemos la visita propiamente dicha, hay dos pisos, uno de diseñadores catalanes y Balenciaga, y otro exclusivamente del diseñador guipuzcoano. Está todo perfectamente indicado y la visita se hace superamena (a mi novia le encanta la moda, a mi no, y no sé cual de los dos la disfrutó más), de verdad que es para todos los públicos. Algunas muestras de lo que se ve:



En la planta baja hay una exposición temporal de ropa de papel, es impresionante lo que logran hacer:

Y este es el museo por fuera, desentona mucho con lo que es el pueblo.

Información práctica
Acceso: En lo alto de Getaria, hay escaleras mecánicas desde la carretera general.
Horario: Varia bastante, ver cristobalbalenciagamuseoa.com/ ...-Util.html
Precio: 10€ (general), 7€ (Jubilados, estudiantes, <18 años), gratis (ICOM, Profesores de la Educación Pública Vasca, <9 años), descuento 10% (grupos, familias numerosas)
Web: cristobalbalenciagamuseoa.com/
Getaria vio nacer a Juan Sebastián Elcano en 1476, Elcano fue el navegante que finalizó la primera vuelta al mundo empezada por Magallanes. El navegante guipuzcoano llegó a Sanlúcar de Barrameda en 1522 junto con los otros 17 supervivientes a 3 años de larga travesía. Falleció enfermo de escorbuto en su medio, en el mar, en una expedición marítima en medio del Pacífico.
La localidad tiene varios homenajes al marino, desde una sencilla estatua:

Hasta un enorme monumento con forma de pequeña fortaleza y una estatua en lo alto

Desde ella, se tienen unas vistas preciosas tanto del pueblo con su puerto como de la costa circundante.


Tras esto, fuimos a comer por el pueblo, que son 3 calles paralelas preciosas en cuesta. Destaca la Iglesia de San Salvador


Esta iglesia, cuyo exterior es difícil de apreciar, se encuentra encalada entre las casas, y es una de las más antiguas de Guipúzcoa, datando del siglo XI.
Información práctica
Acceso: Bajando hacia el puerto de Getaria
Horario: Desde las 9:30 hasta la misa del día. Posibilidad de hacerla guiada (zehazten@zehazten.info / 943005831)
Precio: Gratis
Web: turismo.euskadi.net/ ...-12375/es/
Tras esto llegó el momento de comer, todo se nos iba de precio menos un bar bastante abertzale (como Getaria en sí mismo, hay banderas de los presos en bastantes balcones), llamado Mahasti donde nos trataron a cuerpo de rey, y donde por 25€ nos apretamos una ración de rabas y sendos platos combinados, de tamaño grande (pedimos la ración porque pensamos que con los combinados no nos daba para comer, pero sí que daba, la fartura fue seria). Os recomiendo encarecidamente este bar, está en una de las calles que bajan al puerto, en la de la izquierda de la que baja por la iglesia.
Y tras un paseillo para bajar la comida rumbo a casa con una parada técnica para estirar las piernas y tomar unos refrescos.
Y así se acababa un viaje que nos encantó, el que más hasta el momento, viendo una ciudad, San Sebastián, que nos enamoró, y conociendo otras villas que nos encantaron. Una pena no tener más días, porque fue un finde totalmente increible y precioso acompañado de muy buen tiempo.
Las ganas de la próxima escapada son enormes, pero no sabemos ni cuando (la uni parece que no dará descanso hasta junio-julio) ni donde
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· San Sebastián: Para mí la ciudad más guapa de España
· Bayona: Pequeña preciosidad
· Biarritz: Vacaciones de otra época
· Museo Balenciaga: Para todos los públicos
LO MENOS RECOMENDABLE
· Sinceramente nada me disgustó
LAS SORPRESAS
· Getaria: Suena bastante, pero me sorprendió su belleza
· Rugby: Un enorme espectáculo, si os coincide id.
· Miramar: El enorme flechazo al asomarnos al parque
LAS DECEPCIONES
· Nada: Me encanta que las cosas salgan bien
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Hondarribia
· La costa guipuzcoana occidental
· Ekinberri y Zestoa (gracias por la recomendacion gadiemp)
· Volver a pasear por San Sebastián, nos ganó por completo
Un saludo viajeros
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