Estas en la selva, es de noche y la única luz que puedes apreciar, es la escasa luz de las estrellas que se cuela entre las ramas de los árboles y los rescoldos de los pequeños fuegos en los que se ha cocinado la cena. Los sonidos nocturnos de la selva nos recuerdan que, a pesar de la oscuridad, nos encontramos en un lugar lleno de vida, que no se detiene cuando la luz desaparece. El sonido de los insectos, el canto de algún pájaro, el grito de un mono, el rugido distante de un leopardo o el bramido de un elefante de selva nos acompañan mientras nuestros ojos intentan ver algo a más de dos pasos de donde nos encontramos.
Y de pronto, un tambor empieza a unirse al concierto de sonidos de la selva, los Aka se preparan para llamar a sus espíritus. Nos reunimos con ellos en el centro del “poblado”, donde las mujeres se unen al sonido de los tambores batiendo las palmas de las manos y poco a poco empiezan a entonar sus cantos polifónicos, llamando al Jenji, uno de los principales espíritus aka. El sonido es hipnótico, la total falta de luz, unida al ritmo de los tambores te sumerge en una especie de sopor, del cual te despiertas de golpe cuando aparece saliendo de la selva una figura parecida a un matorral que se mueve. Es Jenji, uno de los muchos espíritus de los Aka que viven en la selva y que acuden a la llamada de los tambores y los cantos de las mujeres.
Poder vivir una ceremonia de los Aka en la selva, escuchando sus cantos durante dos, tres o cuatro horas, mientras aparecen y desaparecen los diferentes espíritus, danzando sus bailes rituales, es algo por lo que vale la pena pasar por la dureza del camino o los posibles peligros que la selva pueda reservarte.
Los Aka tienen muchos espíritus, a algunos se les llama para que les ayuden, como por ejemplo, antes de salir de caza, se llama al espíritu de la caza, otros solo aparecen cuando se encuentran fuera de la selva, como es el caso de Jenji, otros solo cuando la oscuridad es total, cuando no brilla la luna en el cielo.
Tiene docenas de ellos, nosotros tuvimos ocasión de “conocer” a unos pocos y fue en la RCA, con los Bayaka, donde vivimos momentos increíbles asistiendo a sus ceremonias nocturnas, pero ya hablare de ello cuando llegue el momento.
Avanzo también, que al final de este diario, podéis encontrar un link a un video en YouTube, de 15 minutos de duración, se trata de una recopilación de fotos del viaje y la banda sonora es un extracto de una ceremonia a las que asistimos en la RCA de tres horas de duración y que pude grabar usando el teléfono como grabadora.