7.- Seguimos en ruta hacia la RCA. ✏️ Diarios de Viajes de Centro Africa R.Después de compartir con los Baka un par de días en la selva del Dja, tenemos que dejarlos y seguir nuestro camino, pues, a pesar de todo lo vivido aquí, nos esperan aún mayores sorpresas y aventuras en la RCA. Así que desandamos el camino que...Diario: Pigmeos y Gorilas, un paseo por la selva centroafricana⭐ Puntos: 5 (21 Votos) Etapas: 16 Localización: Centro Africa R.Después de compartir con los Baka un par de días en la selva del Dja, tenemos que dejarlos y seguir nuestro camino, pues, a pesar de todo lo vivido aquí, nos esperan aún mayores sorpresas y aventuras en la RCA. Así que desandamos el camino que hicimos al entrar en la selva y regresamos a Lomié, donde nos espera el resto de nuestro equipaje y la posibilidad de una ducha y un cambio de ropa, que después de estos días en el interior de la selva, se ha ido “forrando” con una capa de barro y mugre a partes iguales que hace difícil saber de color era originalmente. Tenemos por delante dos o tres días más de camino hasta llegar a Libongo, el poblado a orillas del rio Sangha donde se encuentra el puesto fronterizo que debemos pasar para poder acceder a la RCA. Lo de dos o tres días, no es que lo diga porque si, si todo sale a la perfección, llegaremos en dos días, pero si aparece algún problema, esos dos días, pueden convertirse fácilmente en tres y esperemos que no aparezca un problema grave, porque entonces ya podrían pasar a ser cuatro o cinco. Las rutas que vamos a utilizar son pistas de selva, algunas son usadas regularmente por vehículos madereros y transporte “regular” y a lo largo de las mismas, han crecido pequeños pueblos sin tan solo un nombre, formados por cabañas de cazadores furtivos, madereros, prostitutas, etc. En otras, ni tan solo eso encuentras y es en estas pistas, estrechas, mal acondicionadas y con puentes que parecen resistir el paso de los coches de milagro, donde puedes encontrarte con problemas. Esos problemas, básicamente son o bien, que un puente ha cedido y es imposible cruzar un rio, lo cual te obligaría a dar media vuelta y volver atrás a buscar otra pista o que un camión maderero, ha sufrido un percance al intentar superar una cuesta embarrada y se ha quedado atravesado cortando totalmente el camino, con lo cual, también debes dar media vuelta o esperar a que llegue alguna grúa desde la explotación maderera para quitar al camión del medio, evidentemente sin saber si va a tardar horas o días en hacerlo. Por suerte para nosotros, podemos ir franqueando los pequeños problemas que vamos encontrando, paramos a dormir en un pequeño poblado que encontramos de camino, plantamos las tiendas en la “plaza” del pueblo y a la mañana siguiente seguimos de camino, cruzando la selva por pistas preciosas que hacen que te olvides de que en cualquier momento puedes tener un problema, hasta que lo tienes. En nuestro caso y por fortuna, simplemente se trata de una avería, uno de los coches sufre la rotura de una pieza y debemos quedarnos unas horas esperando a que el resto llegue al siguiente poblado, recoja a un mecánico, deje en algún albergue a aquellos de nosotros que han seguido el camino y regrese a buscarnos a los que nos hemos quedado junto al coche averiado esperando. No es nada muy grave y en cuanto llega el mecánico consigue hacer una reparación de urgencia (hablar de cómo reparan los coches en África requeriría un diario exclusivo) para que el coche pueda llegar hasta Yokadouma, el poblado maderero donde nos esperan nuestros compañeros. Lógicamente, con las horas trascurridas, es ya imposible llegar hasta Libongo, así que nos quedamos a pasar la noche aquí, en un pequeño hotel y continuaremos viaje a la mañana siguiente. Así pues, al final, serán tres días los que tardaremos en ir de Lomié hasta Libongo. Podemos considerarnos afortunados. Finalmente, ya de noche, llegamos a Libongo, aquí dormiremos y estaremos la mañana siguiente, tiempo imprescindible para tramitar el papeleo necesario para poder entrar en la RCA. Y la visita a este pueblo, situado a orillas del rio Sangha, que sirve de frontera entre el Camerún y la RCA, es toda una experiencia. Nunca hasta ahora, en ningún lugar del mundo he estado en un pueblo que se parezca más a lo que en mi imaginación debían de ser los poblados del Far West. Lugar fronterizo, habitado por madereros, cazadores furtivos, contrabandistas, etc. etc. Salimos a cenar, plato único, tortilla de espaguetis, si, has leído bien y después, vamos a tomar una copa en uno de los “bares” del lugar (siempre acompañados por el “sheriff” del pueblo, al que aquí llaman “le commandant” o uno de sus ayudantes) así podemos ver el ambiente del lugar, un ambiente que podría definirse como no apto para espíritus sensibles o fácilmente impresionables y que no hace más que reafirmarme en mi primera impresión de que, en cualquier momento, aparecerá Clint Eastwood, vestido con un poncho de lana, entrando por la puerta del local. A la mañana siguiente, me levanto temprano y al salir de la tienda, veo por fin, lo que por la noche solo podía medio intuirse, el rio Sangha. Estamos aquí, ahora sí, ya podemos decir que hemos llegado y que empieza “de verdad” nuestro viaje. Cuando finalmente tenemos todo listo y los papeles en regla, bajamos hasta el rio, donde nos espera una canoa con un motor fuera borda, con la que, si no hay ningún problema, nos trasladaremos hasta nuestro nuevo destino, Sangha Lodge, ya en la RCA. Antes de embarcar, pero, hay que mandar aviso al puesto militar del ejército camerunés, situado unos kilómetros rio arriba, de que vamos a pasar, de no hacerlo y tal como andan las cosas por aquí, podría ocurrir que nos recibieran con unas cuantas ráfagas de ametralladora, así que hay que avisar y pactar una especie de “tregua” que nos permita pasar por el lugar sin sufrir ningún daño. Y empezamos a remontar el rio Sangha. Nos esperan seis horas de viaje a bordo de esta canoa, esperando que no nos pille ninguna tormenta y que el motor aguante hasta llegar a nuestro destino. Durante la primera hora, tenemos a nuestra izquierda el Camerún y a nuestra derecha la RCA, una vez superado el puesto militar sin ningún problema, el rio empieza a girar suavemente hacia la derecha, de manera que dejamos definitivamente atrás el Camerún, para internarnos cada vez más en la RCA. El paisaje es impresionante, un rio grandioso, con la selva a ambos lados, una cortina de árboles que impiden ver más allá de la misma orilla, durante las horas que van transcurriendo mientras seguimos remontando el rio, no puedo dejar de recordar la descripción del viaje de Marlow en busca de Kurtz, que narra Conrad en “El corazón de las tinieblas” al mismo tiempo que me parece ver desfilar ante mis ojos, fragmentos de la película “Apocalypse Now” Durante el trayecto, en un par de ocasiones, nos cruzamos con algún otro usuario de esta auténtica autopista que es el rio Sangha y finalmente, a media tarde, llegamos a Sangha Lodge. Y descubrimos un paraíso. Sangha Lodge, es el sueño de un loco sudafricano, Ron y su esposa Tamar, él, ornitólogo reconocido, con varios libros publicados sobre el tema, que han conseguido poner en pie y mantener un lugar mágico. Las habitaciones, son cabañas de madera, con una parte de las paredes totalmente abiertas y protegidas con tela de mosquitera que te permiten ver el rio y la selva circundante y te ofrecen la sensación de que estas durmiendo al aire libre, en mitad de la selva. Pero con una ducha en cada cabaña y unas cómodas y limpias camas para dormir, a esto hay que sumar una cabaña mayor, comedor-sala de estar-bar-terraza con unas vistas espectaculares sobre el rio, sentarse en la terraza al atardecer, viendo la puesta de sol, con una cerveza en la mano, es algo que no tiene precio. Lo más chocante de esto, es que es algo que difícilmente esperarías encontrar aquí. No hablo de lujos, no los hay, en el sentido de que no esperéis encontrar un lodge como los que abundan en sitios como Kenia o Tanzania, es algo mucho mejor. En realidad, que este lodge, aun este en pie, podría decirse que es un pequeño milagro, nosotros somos los segundos clientes que vamos al lugar (los primeros estuvieron hace un mes), después de que Rod regresara del exilio, al que tuvieron que marchar hace un par de años, a causa del violento conflicto que ha estado sacudiendo a esta parte del mundo. Primero, los golpes de estado, apoyados por mercenarios chadianos, musulmanes, seguidamente, la toma de control del país por parte de estos últimos, llegada de fuerzas del ejército francés para intentar detener la violencia y finalmente, el surgimiento de los anti balaka, un movimiento guerrillero cuya única misión, es exterminar a todos los musulmanes del país, en venganza por la violencia desatada por los mercenarios chadianos, han sumergido durante años a este precioso país, en una especie de pesadilla de la que ahora, poco a poco, parecen empezar a poder salir. Espero de corazón que lo consigan. La imagen de la gente saliendo al pie del camino o del rio, saludándonos, riendo y gritando cuando nos veían pasar y la explicación que nos dio Manu, del porqué de tanta alegría, es una sensación que no olvidaré mientras viva. No hace mucho tiempo, el ruido de un motor que se acercaba, hacía que todos los habitantes corrieran a esconderse en la selva, ya que quien llegaba, ya fuera mercenario, anti balaka, ejercito… no tenía otro objetivo que robar todo aquello que pudiera serles útil, violar a las mujeres que encontraran y asesinar a golpes de machete a cualquiera que quisiera detenerlos o que creyeran identificar como un enemigo o que, simplemente, pensaran que les miraba mal. Así que ver llegar allí, a un grupo de blancos, en viaje “turístico”, les alentaba a pensar que ahora sí, la pesadilla ha llegado a su fin y que con la llegada de los extranjeros, llegará una vida mejor para todos ellos, de ahí su alegría, sus ganas de darnos la mano y de cantar, chillar y correr al lado de nuestros vehículos. Tal como le dije a Manu, espero que sea así y que nuestra visita no haya sido solamente un espejismo, un paréntesis a la espera de otra explosión de violencia. Índice del Diario: Pigmeos y Gorilas, un paseo por la selva centroafricana
01: 1.- Introducción
02: 2.- La Ruta
03: 3.- De Yaundé a Lomié
04: 4.- Selva del Dja. Tribu Baka
05: 5.- Tambores, cantos polifónicos y espíritus
06: 6.- En busca de miel
07: 7.- Seguimos en ruta hacia la RCA.
08: 8.- GORILAS!!
09: 9.- Dzanga Bai
10: 10.- Bailando con Bantúes
11: 11.- Encuentro con los Bayaka.
12: 12.- En el “Infierno Verde”
13: 13.- Viviendo la selva
14: 14.- El regreso
15: 15.- Kribi
16: 16.- Fin
Total comentarios: 10 Visualizar todos los comentarios
📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 0 (0 Votos)
Últimos comentarios al diario: Pigmeos y Gorilas, un paseo por la selva centroafricana
Total comentarios: 10 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN LA ETAPA
Diarios relacionados NDIMA NABONÉ (La selva es la madre)
De Bangui (RCA) a Brazzaville (RC). 20 días de viaje y reencuentros con viejos conocidos en...
⭐ Puntos 5.00 (14 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 82
Andando 3 ciudades de Rep. Centroafricana en 7 días efectivos
País de paisajes y culturas diversas, yendo desde las cercanías...
⭐ Puntos 4.33 (3 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 17
Galería de Fotos
|