En este penúltimo día de viaje fuimos a la zona norte de la isla, primero, fuimos al Chateau Labourdonnais, el precio de entrada normal es de 375 Rs y el de estudiante 225 Rs, hay que enseñar el carnet. Con la entrada se puede ver la mansión, la destilería, los jardines, en los cuales también hay algunas tortugas, y al final hay una degustación de de ron y de zumos naturales, además de unas golosinas de frutas buenísimas.
Después pusimos rumbo a la Cap Malheureux, nos gustó mucho la capilla y el sitio donde está. Ahí había una furgoneta de helados, y aprovechamos para comer uno
De ahí fuimos hacia Pereybere y estuvimos un rato disfrutando de la playa. Como se acercaba la hora de comer nos fuimos hacia Grand Baie, para comer y hacer underwalk under sea. Fuimos a la agencia local llamada Northview, la hicimos antes de comer, y nos costó 900 Rs. Te recogen en la misma puerta de la agencia y te llevan a la playa que está cerca, y de ahí en barca hasta un barco en medio del mar. Antes de salir en la barca, te dejan en una oficina, donde te lo explican todo con imágenes en el ordenador, y también se deja las mochilas, zapatos y ropa allí. Los chicos son muy simpáticos, y siempre están contigo, preguntándote si estás bien. Incluso, ellos nos hicieron las fotos con nuestra cámara acuática.
Después de esto, fuimos a comer a un restaurante que estaba al lado del Gran Bazar de Grand Baie, que no llegamos a entrar, porque íbamos a Triolet para ver un templo hindú. Por lo que vimos por fuera, es super grande, y sabíamos que íbamos a perder el tiempo, con los regateos.
El restaurante se llama Food Express, aunque llegamos tarde, serían las 4., amablemente nos hicieron de comer. En total por 3 platos y 3 coca colas fueron 980 Rs.
Llegamos cuando faltaban 15 minutos para que cerrara las puertas el templo, el señor que lo cuidaba amablemente nos hizo de guía y nos estuvo explicando. Al final, dejamos un donativo para el templo. Nos hizo unos ritos, pasándonos las manos por nuestras cabezas y diciendo oraciones, a mí por estar casada, me puso un punto rojo en la frente, y me regaló un plátano, como símbolo de la fertilidad.
De camino hacia el hotel vimos otro de tantos templos hindú, que hay en la isla.
La última cena, la hicimos en Chez Tino de nuevo, para despedirnos de los camareros que habían sido muy amables con nosotros, y por la estupenda comida que allí se come. Total de la cena con postre y unos deliciosos cócteles de frutas, que estaban riquísimos , 1600 RS.
Últimos comentarios al diario: