Tras recorrer la carretera panorámica con el fiordo Queen Charlotte, llegamos a Marahau, puerta de entrada al fantástico Abel Tasman N.P. Compramos la excursión para el día siguiente con la compañía Marahau Watertaxis, y empezamos a ver cosas raras tal que así
Abel Tasman es un parque "acuático", una gran reserva natural con acceso desde el mar, con lo cual empiezas a ver gente con kayaks en la cabeza camino de las playas, tractores arrastrando "water-taxis", y todo tipo de fauna variopinta dispuesta a disfrutar de este entorno tan especial.
Aprovechamos esa tarde para pasear y recorrer con la Autocaravana las rutas costeras y realizar el trail para ver Split Apple Rock. Esta maravilla natural, capricho de la erosión.
Al día siguiente empezábamos la aventura de recorrer este parque marítimo, así que disfrutamos de nuestro camping, que estaba a metros del mar, de una barbacoa, de las estrellas y de la sensación de que este viaje iba a ser aún más importante para nosotras de lo que habíamos imaginado.
Abel Tasman es el parque más pequeño de Nueva Zelanda con 225 kilómetros cuadrados y casi 70 kilómetros de extensión, pero para nosotras es de los más impresionantes y únicos.
Es algo muy especial porque para acceder a sus senderos y disfrutarlo desde dentro debes entrar a él desde el mar. Para ello hay creada una red e infraestructura completa de taxis acuáticos.
La empresa más importante, y que nosotras contratamos, es Marahau Watertaxis. Pagamos 152 NZ$, ya que escogimos la opción más completa, el “Absolute Abel Tasman”. Te llevan a varios puntos y te van a recoger a la hora pactada. Es muy cómodo y la única opción de conocer el parque desde dentro.
Salimos desde Marahau y, como comentaba antes, es muy curioso y divertido que esa especie de tractor te arrastre al mar ya subida en el barco.
El Watertaxi hizo paradas delante de la Split Apple Rock, en Anchorage, Torrent Bay, Bark Bay, Onetahuti, donde vimos una colonia de focas, en Tonga Island, Awaroa, Totaranui y Mutton Cove hasta Separation Point.
Nuestro conductor era un cachondo, uno de esos neozelandeses felices, divertidos, sociables y tan enamorados de su tierra que te lo transmiten.
Y con una vista entrenadísima, veía delfines antes que nadie, minipingüinos como estos...
La ruta más bonita que hicimos ese día fue desde Bark Bay a Torrent Bay. Unas dos horas esa parte y otra hora hasta Anchorage Bay, ya que tuvimos la suerte de que estaba la marea baja. Es una sensación muy especial recorrer los senderos de Abel Tasman, llenos de playas paradisíacas, bosques frondosos, valles y fauna y flora autóctona. Os dejo unas fotos de la ruta:
Habrá que descansar un poco en la ruta
Si tenéis tiempo, al igual que otros “grandes senderos” de Nueva Zelanda, en Abel Tasman existe uno de esos "Great Walks", el sendero costero Abel Tasman Coastal Track. Se puede hacer en varias etapas, entre 3 y 5 días. Y existe buena infraestructura para pernoctar.
Hay varias cabañas del Departamento de Conservación y tres alojamientos privados en el sendero costero, aunque la mayoría de senderistas escogen la acampada. Y es normal, porque muchos campamentos tienen unas vistas alucinantes al mar y otras instalaciones como piscina o zonas de ocio.
Lo que sí debéis tener en cuenta si vais a hacer esta ruta completa, o una parte, es que se exigen pases para acampar del Departamento de Conservación. Aquí podéis ver las tarifas.
Y aquí tenéis información sobre las características del sendero y lugares para alojarse.
También existen varias empresas para alquilar kayac, tanto por libre como contratando excursiones guiadas. Es otra forma de disfrutar del parque y de la vida marina. Nosotras vimos pingüinos enanos, focas y lobos marinos.
También se puede hacer snorkel o descansar en playas desiertas ya que la temperatura es muy suave todo el año. Es un microclima único en Nueva Zelanda, con un promedio de 25 °C en verano y de 15 °C en invierno, y con 2500 horas de sol al año.
Éste, sin duda, es un parque imprescindible
Cuando volvamos intentaremos hacer el sendero costero al completo, otro más
Parecía imposible poder superar las expectativas y la belleza de lo visto hasta entonces, pero es que al día siguiente emprendíamos camino a una zona, puede que la más espectacular e increíble de Nueva Zelanda, un lugar lleno de Glaciares y Fiordos para quedarte sin aliento.
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