Las siguientes jornadas íbamos a disfrutar de los glaciares Franz Josef y Fox, ambos parte del Parque Nacional Westland Tai Poutini. Entre ellos hay poco más de 20 kilómetros.
Estos bellos, y cada vez más retrocedidos glaciares, son los únicos que descienden desde los Alpes del Sur hasta una altura menor a los 300 metros sobre el nivel del mar, de hecho están a menos de veinte kilómetros del Mar de Tasmania
Y alrededor de ellos hay bosques y selvas, un espectáculo que los convierte en únicos en el mundo
Nos explicaron que eran dos de los glaciares más accesibles de todo el mundo y lo que hace que se puedan visitar, recorrer o disfrutar de alguna de las actividades es que ambos se ubican al lado de pueblos básicos para alojarse. Nosotras nos alojamos una noche en cada uno de los glaciares.
Empezamos por el Glaciar Franz Josef, en maorí "Ka Roimata o Hine Hukatere".
Tiene una extensión de doce kilómetros, pero su campo de hielo es de más de veinte kilómetros cuadrados.
El nombre maorí proviene de una leyenda que cuenta que Hine Hukatere amaba escalar montañas y convenció a su amada, Wawe, para que lo acompañara. Una avalancha terminó con la vida de Wawe, y Hine Hukatere, desconsolado, empezó a llorar lágrimas de amor.
Lloró tanto que sus lágrimas cayeron por la montaña congelándose, y dándole origen al glaciar. Por eso, "Ka Roimata o Hine Hukatere" significa literalmente "Las lágrimas de Hine Hukatere". La verdad es que las leyendas neozelandesas están a la altura de la belleza que describen. Qué os voy a decir yo, si ya me tienen por medio maorí
Lo bueno que tienen estos glaciares es lo accesibles que son. Al Franz Josef puedes llegar hasta la misma base.
En un par de horas fuimos y volvimos, además de pararnos a disfrutarlo y fotografiarlo.
La ruta primero tiene una zona boscosa, varios miradores y ya de frente te lo encuentras majestuoso.
La parte agria de la historia es ver cómo ha retrocedido en el último siglo y ya las marcas de las últimas décadas son preocupantes. Son maravillas que pronto se perderán. Mirad qué fotos tan tristes e impactantes:
Además de la ruta de senderismo y los miradores podéis hacer otras actividades bastante caras. Una es caminar sobre el glaciar, y otra es contratar un vuelo escénico. Nosotras a estas alturas de viaje ya no estábamos para excesos, pero el vuelo tiene que ser impresionante porque llega hasta la zona del Monte Cook, uno de mis sitios favoritos en el mundo.
Os dejo enlaces de las webs de varias compañías. Una, dos y tres.
El Glaciar Fox, con mejor salud que su hermano Franz Josef, también tiene nombre maorí, "Te Moeka o Tuawe", y la leyenda dice que un ancestro, Tu Awe, murió mientras exploraba incansablemente la montaña, y que el hielo y la nieve se convirtieron en su última morada o "moeka". La leyenda del Franz Josef era más romántica
El Glaciar Fox tiene 13 kilómetros y cae desde 2600 metros de altura para llegar también hasta una zona de bosque espeso. Alrededor hay otros cuatro glaciares.
En este glaciar también nos acercamos a su parte frontal con una ruta sencilla. Y si queréis también se puede contratar una excursión para caminar sobre el glaciar, o sobrevolarlo en avioneta o helicóptero.
Y ahora viene uno de mis lugares favoritos y, en mi opinión, una de las vistas más bellas de Nueva Zelanda. Que es un mirador llamado PeakView Lookout y ofrece estas vistas del Glaciar Fox:
Tras la emoción y lagrimeo pertinente ante tanta belleza
Desde allí se hace un precioso sendero que bordea el lago, sobre una hora ida y vuelta, y si el día está despejado, se obtienen las mejores vistas de los Alpes y del Monte Cook, el pico más algo del país, reflejado en las cristalinas aguas del lago.
De hecho, hay un punto llamado “Reflection Island Lookout”.
Nosotras hicimos la ruta diluviando y, por supuesto, sin poder disfrutar del reflejo
Os dejo unas fotos de google imágenes para que os hagáis una idea de la belleza del lugar y del reflejo.
Yo me vuelvo a uno de mis lugares favoritos en el mundo