A la hora pactada nos recogió Alberto y esa mañana, nos dedicamos a repartir la ropa, calzado, bolígrafos, libretas, lápices de colores etc. que llevábamos para los niños más necesitados, nuestro guía nos recomendó hacer la entrega en una zona marginal denominada el fanguito la cual él conocía al igual que a algunas familias que residían allí y tenían niños pequeños de las edades de nuestros nietos de los cuales era la ropa que llevábamos, de este rato que pasamos por allí no voy hacer ninguna reseña ya que son sentimientos encontrados y cada cual debe pasar por allí y sacar sus propias conclusiones, por lo tanto lo dejo ahí, a continuación subimos de nuevo a un almendrón y nos dirigimos a un lugar denominado Fusterlandia, es una zona en la cual hay una casa del arquitecto Fuster que se dedicó a realizarla al estilo Gaudí y terminó redecorando las casas que hay en la misma calle de la misma forma, la verdad es que nos gustó mucho a pesar de no poder entrar ya que cuando llegamos acababan de cerrar, pero desde el exterior se ve la mayor parte de la casa, el motivo de llegar tarde fue que a la entrada de Fusterlandia ya llegamos muy cansados de recorrer la zona del Fanguito por lo tanto teníamos mucha sed y ganas de descansar, nos encontramos un paladar de nombre La Cueva del Zorro, totalmente recomendable que tenía una zona de bar totalmente climatizada, en donde nos tomamos unas cervezas, en la cual se estaba de vicio y la zona de restaurante en un patio al aire libre pero a la sombra de un montón de vegetación corriendo una brisa que nos hizo estar allí relajados, allí probamos distintos platos típicos de cuba recomendados por nuestro guía Alberto y pagamos por los tres 26 CUC con la bebida incluida,teníamos a nuestro guía Alberto preocupado por no haber llegado a tiempo, ya que él pensaba que cerraba más tarde, de todas formas mi señora le dijo lo mismo que el día anterior: Alberto relájate vive el momento ya que estos momentos tan a gusto es lo que nos vamos a llevar de nuestro viaje si en vez de ver cinco monumentos vemos tres no importa, los monumentos también se ven en internet pero los momentos solo se viven una vez y entonces como que se relajaba un poco, al lado de Fusterlandia, estaba la finca en la que vive Fidel nos enseñó cual era la calle de entrada y con unas fotos de satélite nos dijo cuál era la casa de Fidel y como estaba repartida la finca, a continuación, volvimos a recurrir a los almendrones y regresamos hasta la plaza de la revolución allí estuvimos un buen rato recibiendo las explicaciones correspondientes a los edificios que allí existen, por parte de Alberto, la plaza de la revolución es el centro político cultural de la Habana, desde la plaza de la revolución regresamos dando un paseo hacia la zona donde teníamos nuestra casa, ese día deberíamos haber visitado el edificio focsa y el hotel nacional, pero al haber dedicado casi toda la mañana al barrio marginal del Fanguito por supuesto no nos dio tiempo, le dijimos a Alberto que no se preocupara que eso lo haríamos nosotros mañana ya que teníamos en principio el día libre, nos tomamos una cerveza con Alberto en la terraza del hotel Habana Libre que nos quedaba muy cerquita de casa y nos despedimos hasta el día 10 que hacíamos la excursión a Viñales y Soroa eran más de las 8 de la tarde, estábamos reventados llegamos a casa lo único que nos apetecía era ducharnos ponernos ropa lo más cómoda posible, y salir a cenar algo, pero después de ducharnos no teníamos ningunas ganas de salir, entonces le preguntamos a Tamara y Carlay si tendrían un poco fruta para cenar, y nos dieron a probar un plato de sopa que habían hecho para cenar ellos, que por cierto estaba buenísima y no nos quisieron cobrar nada por ella y después nos tomamos unos ronsitos como decía Carlay.
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Paladar la Cueva del Zorro*** Imagen borrada de Tinypic ***
Fusterlandia*** Imagen borrada de Tinypic ***
Fusterlandia*** Imagen borrada de Tinypic ***
Edificios políticos en la Plaza de la Revolución