Nos despertamos muy pronto porque hoy tocaba volver a ir de excursión, esta vez a Landmannalaugar. El viaje estaba ya más cerca del final que del principio, pero aún nos quedaban maravillas por ver y esta era la más maravillosa.
Hay varias compañías de autobuses que hacen el trayecto desde Reykjavik hasta Landmannalaugar con varias paradas en el camino. Buscamos una que hiciera parada en Hella y por horarios y precios nos decidimos por Trex (trex.is). Nos costó unos 90€ por persona ida y vuelta, y nos recogía en Hella a las 07:55 para dejarnos en Landmannalaugar a las 10:30. La vuelta era a las 18:00hs y nos dejaba en Hella a las 20:10. Tiempo más que suficiente para hacer una ruta corta por allí.
El paisaje de camino ya es increíble, recuerdo estar todo el rato con la cámara en la mano, pero entre los cristales y los saltos que dábamos a veces, no creo que ninguna de las fotos haya quedado muy bien. Pero cuando te vas acercando al camping de Landmannalaugar empiezas a ver colores que no te esperabas.
Una vez en el camping lo mejor es acercarse a la caseta de información para ver el clima y las rutas. En nuestro caso el clima que se esperaba era un poco como el que teníamos en ese momento, nublado y frío, pero sin novedades. Compramos allí un mapita con las distintas rutas circulares que se pueden hacer. El mapita debía llevar a un tesoro secreto por lo que costaba (así que intentaré ponéroslo aquí) pero nosotros decidimos que el conocer un sitio como este era recompensa suficiente.
Antes de empezar nos vamos a dar una vuelta por las pozas de agua caliente. Al igual que en Askja llevo mi bikini en la mochila, y al igual que en Askja me temo que allí se va a quedar. La gente parece estar muy a gusto, pero se que para mi ese gusto lleva como precio pasar también un rato de frío e incomodidad y ya me lo estoy pasando bien viéndolo. Así que después de las fotos nos vamos a empezar nuestra ruta.
Lo primero es una cuesta que cuando llegas arriba puedes ver el camping desde cierta altura, y luego te das la vuelta para descubrir un enorme campo de lava y montañas color caramelo al fondo.
La segunda parte empieza cuando el campo de lava se acaba y llegas a un prado de color verde regado por pequeños riachuelos. El contraste con el camino que habíamos hecho hasta ahora es alucinante, y puedes ver las montañas como en distintos escenarios. Cruzar este prado puede implicar no ver zonas cubiertas de agua, asi que un calzado impermeable no está de más (aunque creo que es recomendable para todo el viaje).
Al final del prado hay otra subida, bastante empinada y que sube a una especie de mirador desde donde se puede ver el prado y los campos de lava más allá. Ver los contrastes desde esta altura te da otra perspectiva.
Se sigue subiendo y es aquí donde el viento empezó a soplar. Tanto es así que nos encontramos un polar tirado y nos lo llevamos a ver si encontrábamos a su dueño, cosa que hicimos. Reunir a una persona en medio de una tormenta de viento con su polar no tiene precio. Para cuando llegamos a la cima el viento era el peor que habíamos visto en este viaje con diferencia, aunque también es verdad que hasta ahora apenas lo habíamos sufrido. Aún así, eso no empañó las increíbles vistas teníamos miráramos hacia donde miráramos, las montañas de riolita, los campos de lava... parecíamos estar dentro de un cuadro.
A partir de aquí se empieza a bajar entre fumarolas de todo tipo.
Y finalmente siguiendo el curso de un río volvemos al camping intentando aún asimilar la belleza de este sitio.
Llegamos con tiempo de plantearnos hacer otra ruta mas corta, pero el frío y el viento nos quitaron bastante las ganas, solo queríamos resguardarnos en algún sitio, pero en el camping ese tipo de sitios escasean. Comimos en unas mesas y luego nos tomamos un chocolate caliente en un autobús-bar.
Y a las 16:30 decidimos volvernos en un autobús anterior al que nos correspondía y nos dijeron que sin problema, así que hicimos el viaje de vuelta sabiendo que habíamos estado en un lugar asombroso.
Recogemos el coche en el parking de Hella y hacemos el camino hasta Reykholt, donde dormiremos en una granja de caballos, The Old House Fellskot www.booking.com/Share-Gc1mci