Amanece un nuevo día, se nota que los niños estaban cansados porque no se despiertan hasta las 9 de la mañana, con lo que estamos todos descansados, y tras desayunar, nos vamos a la cercana y sorprendente Trujillo.
A medida que vamos acercándonos a su plaza mayor por las estrechas calles, vamos viendo tiendas, restaurantes, muy buen ambiente, con un cielo que tan pronto es gris y amenaza lluvia como azul radiante.
La Plaza Mayor no puede dejar de maravillarte:
La imponente estatua ecuestre de Francisco Pizarro, conquistador del Perú, domina la plaza, con su pata levantada que nos indica que murió por heridas en combate, como así fue al defenderse bravamente en su Palacio de Lima de los conjurados, capitaneados por el hijo del pérfido Diego de Almagro, que armados con espadas entraron a matarle, inflingiéndole mas de 20 heridas, varias de ellas mortales
Aquí nos damos cuenta que nos hemos dejado el dinero en el apartamento, con el lío de preparar a los niños etc, con lo que mientras mi mujer se va a sacar a un cajero y de paso mirar tiendas de recuerdos etc, yo me quedo sentado con los peques en la plaza, dándoles algo de comer mientras observo detenidamente la plaza, la fuente, los palacios etc.
El Palacio de los Orellana Toledo:
El Palacio del Marques de la Conquista (título nobiliario concedido a la familia Pizarro) que mandó construir uno de los hermanos de Francisco Pizarro, Hernando, siguiendo los deseos de éste en su testamento: «fundar y edificar una y iglesia e capellanía en la ciudad de Trujillo que es en los Reynos de España de donde soy yo natural e nascido».
Mi mujer vuelve con el dinero y tras haber comprado unas cervezas de cereza, bellota, pimentón de la Vera y demás productos típicos de Extremadura que pasaremos a recoger por la tienda al irnos, para no cargar con ello, nos vamos a comer a un restaurante que está justo al salir de la plaza y al que mi mujer ha echado el ojo de la que venía; es todo un acierto, el Berlín, hay menús desde los 8€, con salmorejo, migas extremeñas, etc y de segundo pedimos filete de pollo con patatas fritas para que los niños coman también ( hay que ahorrar todo lo posible, que con mellizos todo suma
Menos mal que vamos sobre las 13:30 porque el restaurante se llena y dan lista de espera de hasta media hora....Salimos, con la eterna amenaza de lluvia, sol entre nubes etc, y nos decidimos por subir al Castillo, momento en el que finalmente empieza a lloviznar
Tapando a los niños con los paraguas llegamos al imponente castillo, una mole de piedra que domina la ciudad, sobre cuya puerta principal esta la Virgen de la Victoria.
Bajando nos desviamos a la derecha, recorriendo las bonitas calles,
hacia la Iglesia de Santa María la Mayor
frente a cuya puerta se erige el busto conmemorativo en honor de otro de los descubridores nacidos en Trujillo, Francisco de Orellana, descubridor del río Amazonas, y en cuyas aguas encontraría la muerte en posteriores expediciones.
Como ya se debió mojar bastante por el Amazonas, me parece justo echarle una mano...
Ha dejado de llover, asi que volvemos poco a poco hacia la plaza, mirando las tiendas de recuerdos y productos típicos, asi como las bonitas estampas que nos ofrece Trujillo
Apenas acabamos de sentarnos en unos bancos de la plaza para dar algo de merienda a los niños y comienza a diluviar, por suerte tenemos los arcos del Palacio del Marques de la Conquista que nos resguardan de la lluvia y nos permiten observar ésta hermosa plaza vacía:
En apenas 15 minutos descarga y vuelve a salir el sol, con lo que nos acercamos a ver la iglesia que está junto a la estatua ecuestre de Pizarro, la Iglesia de San martín, que tampoco tiene nada del otro mundo en su interior:
Volvemos dando un paseo, recogiendo la bolsa con las cervezas y demás productos que habíamos comprado al llegar, hasta un parque infantil que vimos al llegar, es el tiempo de los peques, también tienen que jugar, no solo ver cosas
Gran día