Nos levantamos prontito, desayunamos, recogimos los bártulos y salimos en dirección a Ottawa. Nuestra idea era ir por la zona norte del río Ottawa, aunque se tardaba media hora más, para poder pasar por Wakefield. Había visto en algún foro que había un puente cubierto y queríamos verlo (aunque luego descubrimos que en la zona de Québec hay puentes cubiertos en bastantes sitios). El caso es que la carretera estaba cortada en un punto del camino, creo que por las inundaciones, y al final después de varias vueltas no llegamos hasta Wakefield, pero sí entramos por la parte de Gatineau a Ottawa. En total, tardamos algo más de 3 horas en llegar.
Como no podíamos coger el apartamento hasta las 14h, aprovechamos para hacer la colada en una lavandería y para comer por Chinatown, que estaba cerca de nuestra casa.
Después de dejar las cosas, nos fuimos caminando hacia el centro, para visitar las casas del Parlamento. La zona es monumental. Intentamos entrar a hacer la visita pero nos comentaron que solo se hacían por la mañana. Nuestro gozo en un pozo porque teníamos muchas ganas de ver la biblioteca peeeeero... otra vez será. Cuando ya nos íbamos a ir, un señor muy amable nos dijo que aunque no pudiésemos hacer el tour, si queríamos podíamos entrar a ver una sesión del Parlamento, que estaban debatiendo una ley. Nos pareció curioso, así que entramos. Eso sí te obligan a dejar todo en el guardaropa, incluido el móvil, porque no se puede "entrar con ningún objeto arrojable a los políticos"
Al salir, estuvimos caminando y viendo en Fairmont Chateau Laurier, el ByWard Market, el War Memorial y bajamos hacia el Canal Rideau.
Allí pudimos ver claramente las consecuencias de las fuertes inundaciones que ha vivido la zona esta primavera. El nivel del agua era tal que había engullido el camino. De hecho, los barcos que hacen paseos por esa zona no podían operar porque el agua ha inundado todo. En esta foto podéis comprobarlo con la farola que queda cubierta de agua.
Seguimos paseando por la parte más moderna de la ciudad, donde hay rascacielos (aunque muchos menos que en Toronto o en Montreal) hasta llegar, cómo no, a una cervecería artesana de la que nos habían hablado muy bien, Beyond the Pale. Allí cenamos y, con los kilómetros que llevábamos ya en las piernas, decidimos coger un Uber hasta el apartamento y acostarnos prontito.
Aunque nos hizo un día fantástico de sol y las casas del Parlamento y el Canal Rideau son bonitos, para mi Ottawa me pareció la ciudad más prescindible del viaje. En el resto de sitios, el ambiente nos hizo "engancharnos" pero aquí no. Quizá no teníamos el día...