Dejamos atrás Valsaín y nos ponemos rumbo a Pedraza, una villa medieval amurallada de pequeño tamaño, pero de gran belleza, en la que es imprescindible callejear para descubrir sus bonitos rincones. En la visita podrás contemplar numerosos palacios y casas nobles blasonadas que se comenzaron a construir en el siglo XVI y que hoy día gozan de un estupendo estado de conservación. También aún quedan varios vestigios de su parte defensiva de los siglos XII y XIII como la Muralla, la Puerta de la Villa, la Barbacana defensiva que posteriormente se utilizó como cárcel pública o el castillo. Es la primera vez que visitamos el pueblo y hace un frío que pela. Dejamos el coche junto al Castillo-Museo Zuloaga que es la entrada al pueblo y donde está habilitado el aparcamiento gratuito. Nos hicimos las fotos correspondientes pero no entramos a verlo.

El Castillo de Pedraza es un imponente conjunto arquitectónico con orígenes romanos. Está considerado como uno de los castillos más antiguos de Europa, ya que existen restos de que fue una fortificación de uso militar para los romanos. Sobre dichos restos se levantaron una fortaleza los musulmanes y durante la Edad Media se cometieron múltiples reformas para más tarde ser restaurado por los nobles que lo regentaron e incluso por su último dueño, el pintor Ignacio Zuloaga, que lo adquirió en 1926 creando en él su taller y que hoy día se puede visitar en el Museo Ignacio Zuloaga. La construcción cuenta con una imponente Torre del Homenaje, un gran muro defensivo, y un muro exterior con cañoneras, es rodeado por un precipicio.

Fue más un paseo para aprovechar el día que ir a conocer en sí el pueblo, le hicimos una visita general, nada de profundidades, aunque la verdad que se ve demasiado rápido porque es pequeñito, de ahí que apenas nos hiciéramos cuatro fotos y sobre todo porque hacía mucho frío y teníamos ganas más de irnos que de pasear



La villa de Pedraza está declarada Conjunto Monumental. Los romanos la llamaron "Petraria" por su emplazamiento sobre una gran piedra y, según una leyenda, el emperador Trajano nació aquí, pero no está confirmado. Aquí en pleno postureo los tres mozos que me acompañaban delante del Ayuntamiento.

Continuamos nuestro paseo y llegamos a unos restos arqueológicos donde había una tumba de piedra, mi marido no dudó en meterse dentro, que sensación daba verlo allí



Seguimos paseando otro poco, entramos en una tahona de pan para comprarnos algo de comer y volvimos a Madrid. Esto ha sido todo por hoy, ya tengo excusa para volver y verlo mejor, me gustaría hacerlo cuando las velas, pero como hay tanta gente se me van las ganas, la verdad.

