Huracán Dorian: por qué los ciclones tropicales se están moviendo más lento
La pesadilla duró casi un día: por más de 18 horas,
el huracán Dorian no se movió de Bahamas.
Los que siguen los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos no daban crédito entre un boletín y otro: el huracán se mantuvo estacionario con una fuerza nunca antes vista por allí, lluvias, vientos y destrucción.
Aunque estaba previsto que ralentizara su desplazamiento e incluso se detuviera, muy pocos esperaban que su parada sobre Bahamas fuera a durar tanto.
Desde la tarde del lunes, Dorian se mantuvo casi sobre el mismo lugar hasta el amanecer de este martes, cuando comenzó a desplazarse al noroeste a la velocidad de una tortuga: 2 km/h que subieron después a 7 km/h.
En redes sociales, muchos habitantes de Bahamas se cuestionaban cuánto terminaría el vendaval, que comenzó a azotar las islas también a paso muy lento desde la tarde del domingo.
El caso de Dorian, sin embargo, no fue una excepción: Harvey también se detuvo al entrar en Texas en 2017 y, el año pasado, Florence se ensañó por horas con las Carolinas luego de tocar tierra en el este de Estados Unidos.
De hecho, un estudio de la agencia espacial de EE.UU. (NASA) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. Señala que de los 66 ciclones que se detuvieron o ralentizaron su movimiento en los últimos 70 años, casi la mitad lo hizo en las últimas tres décadas.
Es, de acuerdo con los expertos, una tendencia inquietante.
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