¡Hola a todos! Hace un par de findes (del 5 al 7 de abril) viajé con mis padres a la provincia de Ciudad Real (con algún añadido de las provincias limítrofes). Una provincia sorprendente, ya que pese a las risas de todos mis amigos cuando les contaba el plan, tiene mucho que ofrecer, tanto a nivel cultural como natural. En general, es una provincia bastante desconocida, incluso en Madrid (a menos de dos horas en coche), pero que vale la pena descubrir.
Nos alojamos en los
Apartamentos Clavero, en el centro de la preciosa Almagro. Nos costó el apartamento (dos habitaciones) 170€ las dos noches, y no puedo sino recomendarlo. El trato exquisito, el apartamento muy amplio, cómodo y con todo lo necesario (desayuno, cocina completa, baño amplio...); y muy bien situado (a escasos 5 minutos de la Plaza Mayor).
Os cuento lo que hicimos:
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Viernes (Almagro): Llegamos a Almagro ya de noche, a eso de las 10 de la noche, por lo que no nos dio tiempo prácticamente a nada. Tras dejar las maletas en el apartamento, fuimos a picar algo rápido, por consejo de la dueña del apartamento, al
Restaurante Morcillo[/url], un típico bar de pueblo, pero bien puesto, limpio y barato (8€/cabeza). Tras esto, dimos un paseo por el centro, descubriendo la
Plaza Mayor y las calles circundantes. Antes de volver al hotel, nos tomamos un gin-tonic en
El Patio de Ezequiel seducidos por un cartel de
"El mejor gintonic de tu vida", no sé si es el mejor, pero es una ginebra artesana bien preparada y es realmente curioso, muy recomendable.
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Sábado (sur de Ciudad Real): Arrancamos el día pronto, desayunando en Almagro, en
Pan Real (muy recomendable). Pusimos rumbo al punto más lejano del día, a las
Lagunas de Ruidera, el famoso nacimiento del Guadiana. Hay varias rutas de senderismo que lo recorren, pero el día estaba con lluvia intermitente, así que no pudimos hacer casi nada más que recorrerlas en coche (hay una carretera que las bordea, bastante escénica y plagada de miradores, con muy buenas vistas, es un sitio realmente bonito). El único paseo que pudimos dar es el de la Cascada del Hundimiento, apenas 15-20' entre ida y vuelta desde el mismo pueblo. Comimos aquí, en
La Vega, un restaurante con muy buenas vistas y un menú interesante por 20€/persona. De aquí nos fuimos a
Villanueva de los Infantes, uno de los pueblos más bonitos de España, y se merece el reconocimiento. Es pequeño (y lo paseamos rápido porque se avecinaba tormenta), pero está muy bien cuidado y es un pueblo típico castellano en piedra, con una Iglesia muy interesante. De ahí nos fuimos a la última parada del viaje, en
Viso del Marqués, un lugar bastante desconocido que descubrí gracias a este foro, el
Palacio del Marqués de Santa Cruz, un excelente almirante español, clave en la victoria de Lepanto. Es un palacio renacentista, que parece sacado de la misma Florencia, y es toda una maravilla visitarlo en plena Mancha (visitas guiadas cada hora en punto, muy amenas e interesantes). Acabamos el día de nuevo en
Almagro, dando un paseo por el centro de día, y asistiendo a una representación en el
Corral de Comedias, lo que es toda una experiencia, ya que parece que se está en pleno Siglo de Oro. Las entradas se agotan muy rápido, así que aconsejo sacarlas con mucha antelación (
link). Fuimos a cenar a
La Tabernilla de Almagro, un lugar que nos encantó. La carta es de tapas elaboradas (sobre todo el torrezno, delicioso), y no es nada caro, salimos a 16€/persona, y realmente llenos, es abundante. Como no, volvimos a visitar a Ezequiel y a degustar otro de sus gintonics, que había que bajar la cena.
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Domingo (Daimiel, Don Quijote y Belmonte): De nuevo desayunamos en Pan Real, y tras dejar el apartamento fuimos a las
Tablas de Daimiel, otro espacio natural, quizá menos vistoso que las Lagunas de Ruidera, pero muy preparado para el turismo con sencillas rutas de senderismo muy cuidadas. Nos fuimos a
Consuegra (Toledo), la primera parada de nuestra particular Ruta del Quijote, lo primero que hicimos fue ver todos los
Molinos, muy quijotescos, aunque demasiado masificados. Y comimos en uno de ellos, el
Gastromolino, que fue junto al Corral de Comedias lo mejor del viaje. Es toda una experiencia, en un molino antiguo y con un comedor pequeño (aunque se va comiendo por los diferentes pisos), y el menú cerrado de 25€ es muy barato (os recomiendo ir de todo corazón). De ahí nos fuimos a
Campo de Criptana, de nuevo a ver los
molinos, estos estaban mucho más tranquilos; y ya la última parada de nuestra ruta quijotesca,
Mota del Cuervo (Cuenca), donde vimos los
molinos más cuidados y los que más me gustaron. El último pueblo que visitamos fue
Belmonte (Cuenca), donde tras dar un breve paseo por el centro (sin mayor encanto, más allá de las puertas de la antigua muralla), subimos a visitar el
Castillo de Belmonte, uno de los más famosos de la región, y lo es por algo, es realmente grande y está totalmente reconstruído, siendo una visita muy interesante, aunque se me hizo algo cara (9€ de entrada, sin descuento de estudiantes). Y de aquí, vuelta a Madrid y a la tediosa rutina.
Nos llevamos muy buena impresión de esta provincia (y de algunos pueblos cercanos), tiene lugares realmente bonitos, con un buen balance entre naturaleza y cultura, y una gastronomía muy rica (si bien eso es común en toda España). Cuanto más viajo, tanto por España como por el extranjero, me doy cuenta de todos los lugares bonitos que tenemos al lado de casa y que solemos despreciar para ir a otros parecidos a varios miles de kilómetros.
Saludos!