VILAFRANCA INAUGURA UN ‘CAMINO DEL VINO’ QUE INVITA A PASEAR REFLEXIONANDO SOBRE LA CULTURA VITIVINíCOLA
Consta de 3,5 kilómetros, desde la Oficina de Turismo a la Torre de las Aguas, que transcurren entre ocho paradas para experimentar con los cinco sentidos
Pasear entre viñedos, descubrir la influencia del paso del tiempo, respirar el olor de la tierra y percibir el rastro de la historia en el paisaje. Con estos condimentos sensoriales, Vilafranca del Penedès ha maridado una nueva y original propuesta bautizada como ‘Camino del vino’. Un agradable y sencillo recorrido de 3,5 kilómetros que parte de la Oficina de Turismo y conduce hasta la Torre de las Aguas, que antiguamente abastecía a gran parte de la ciudad. Y durante el trayecto, ocho estaciones o paradas que invitan a reflexionar sobre la enología en un privilegiado entorno vitivinícola como el Penedès.
La mejor manera de amar el vino no es sólo saboreando relajadamente el producto final en una copa. Conocer sus raíces, la gestación de la uva en los viñedos, su recolección o el paciente reposo en las barricas forman parte de un ciclo que vale la pena descubrir con los cinco sentidos. Para ello, Vilafranca del Penedès, la Capital del Vino, ha puesto en marcha un nuevo producto enoturístico bautizado como ‘Camino del Vino’.
Se trata de un recorrido de 3,5 kilómetros, sencillo y con pendientes muy suaves, que parte de la Oficina de Turismo y conduce hasta la Torre de las Aguas. La ruta invita a un agradable y familiar paseo entre viñedos, a conocer cómo les afecta el paso de las horas y de las estaciones, a repirar el olor de la tierra y a percibir el rastro que la historia ha ido dejando en el paisaje.
Para ello, este ‘Camino del Vino’ ha establecido ocho estaciones o paradas interpretativas que ayudan a entender cómo generación tras generación ha aprendido este oficio y trabajado estas tierras; un itinerario que habla del paso del tiempo ligado a los hombres y a la naturaleza.
1–Barricas de Vino. Habla del vino de crianza, reserva o gran reserva, en función del tiempo de envejecimiento en barrica y, más tarde, en botella.
2–Reloj solar. Trata de explicar el ciclo de la viña, que se repite cada año: letargo invernal, llanto de la viña, salida de las hojas, floración, polinización y cuajado, envero, maduración, caída de las hojas… y regreso al letargo invernal.
3–Generaciones. De los íberos a los romanos, que ya cultivaban la viña en el Penedès, pasando por los siglos XVIII y XIX, en que se conviente en referente vinícola de Catalunya, o el siglo XX, cuando se instalan los primeros sistemas de control de temperatura.
4–La poda. Desde que se planta la viña hasta que empieza a producir pasan tres o cuatro años, en los que se realizan dos tipos de podas que conducen su crecimiento: en vaso, que le da aspecto de arbusto bajo; o emparrada, con palos e hilados, para mecanizar de la vendimia.
5–Barraca de viña. Servía para guardar las herramientas –azadas, podones, tijeras, sulfatadora…– con las que se realizaban antiguamente las labores en los viñedos. Hoy día, muchas de estas tareas se han mecanizado, con tractores y máquinas de cosechar.
6–Mundo rural/urbano. Muestra la convivencia de campo y ciudad. El paisaje del Penedès se ha ido modelando con masías entre viñedos y Vilafranca, la capital, ligadas con los caminos que unen ciudad y viña formando parte de una misma realidad.
7–La DO Penedès. Su ibicación geográfica –en una depresión prelitoral, entre la cordillera y el litoral– ha generado variados microclimas que, sumandos a la variedad de suelos, favorecen una producción de vinos rica y diversa.
8–Las cuatro estaciones. Generadoras de un paisaje repleto de matices cromáticos durante el año. En primavera, el verde tierno de los primeros brotes; en verano, el verde oscuro; en otoño los ocres y carmesís; y en invierno, la desnudez de la madera y el silencio.
Esta ruta concluye en la Torre de las Aguas, un lugar que, como explica el alcalde de Vilafranca, Pere Regull “todo el mundo conoce pero no todos saben qué se hacía. Por eso explicamos que por detrás de la torre pasa el río Foix, que esta torre tenía tres pisos más que en la actualidad y que desde allí se suministraba el agua a buena parte de Vilafranca. Un lugar que en un futuro hemos de convertir en un Centro de Interpretación del agua”.
El ‘Camino del Vino’, presentado y estrenado esta semana con la presencia de Octavi Bono, Director General de Turismo de Catalunya, es un “proyecto singular que combina campo y ciudad y que tiene muchas posibilidades en el ámbito turístico, cultural, de naturaleza, deportivo, de salud y educativo”, señala la Concejala de Turismo de Vilafranca, Dolors Rius.
Sobre Vilafranca del Penedés
Vilafranca del Penedés se ha convertido en todo un referente turístico gracias a sus atractivas propuestas para todos los viajeros. Este municipio barcelonés es pionero en el turismo familiar, de negocios o aventura y es mundialmente conocido por ser ‘la capital del vino’, ya que en él se encuentra el cultivo de vid más antiguo de Cataluña. Otros puntos destacables son sus tradicionales castellers y sus monumentos de interés: la Basílica, el Palacio Real, el Campanario o los mercados. Su Museo de las Culturas del Vino, VINSEUM, ha recibido además recientemente la distinción de Mejor Establecimiento Enoturístico en los Premios de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN). Además, fue el único museo catalán nominado al premio de mejor museo europeo en 2015.
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