Un destino a bajas revoluciones
Nada más poner un pie en
Cuba, el tiempo parece que se ha parado. No te preocupes por los horarios: todo fluye (con un mojito en la mano). La luminosidad del país insular hace todavía brillar más las casas recién pintadas. Descubre las fachadas más pintorescas en
La Habana Vieja o las calles principales de
Viñales y Cienfuegos. Resumen de Cuba: viajes de relax por un país como no hay otro.
Playas infinitas, el gran reclamo para viajar a Cuba
Respondiendo a la pregunta de qué hacer en Cuba, tenemos que hablar de sus playas. Las playas de Cuba son famosas por su belleza virgen, arenas blancas y aguas cristalinas que abrazan la isla caribeña. Entre las más destacadas se encuentra
Varadero, conocida por sus interminables extensiones de arena suave y aguas turquesas.
Además, la playa de Varadero cuenta con una vibrante vida marina, ideal para practicar esnórquel o buceo. Por otro lado, la playa de
Playa Paraíso, en Cayo Largo del Sur, ofrece un ambiente más tranquilo y aislado, rodeado de exuberante vegetación tropical. Sus aguas poco profundas y cálidas crean un entorno perfecto para disfrutar de la serenidad y la belleza natural que caracterizan a las playas cubanas.
Las costumbres cubanas (¡sobre todo su gastronomía!)
Cuba es un país rico en tradiciones y costumbres que reflejan la diversidad de su cultura única en el mundo. Destaca la
hospitalidad de su gente, conocida por recibir a los visitantes con los brazos abiertos y tratarlos como parte de la familia. La música y la danza, especialmente el son, la salsa y el rumba, son elementos fundamentales en la vida cotidiana. Además del gusto por una buena conversación alrededor de una mesa, con un
puro y un vaso de ron en la mano. La solidaridad comunitaria es una característica muy arraigada en los cubanos, que se manifiesta en la colaboración entre vecinos y el apoyo mutuo en tiempos difíciles. Además, la pasión por
la gastronomía local, con platos emblemáticos como
el arroz con frijoles negros y el ropa vieja, refleja la importancia de compartir momentos especiales alrededor de la mesa.
Los mejores atardeceres... ¿del mundo?
Pues no. Hasta que no visites
Punta Gorda (Cienfuegos) no sabrás lo que es realmente una puesta de sol increíble. Esta urbanización ‘de lujo’ esconde un puntal con un parque desde el que todos los cubanos coinciden que se ven los mejores atardeceres de la isla. Y es que viajar a Cuba tiene muchas más recompensas de las que imaginabas.
Un país con mucho ritmo
Los ritmos caribeños y las influencias de la música africana retumban casi en cada plaza de Cuba.
La rumba, el danzón o el son cubano son solo algunos de los estilos populares en la isla. Y si lo que quieres es bailar, cantar y mezclarte con los locales, no deberás perderte la
Plaza de la Música de Trinidad, al sureste de la isla, donde todas las tardes puedes disfrutar de música en directo.
Y si eres más de discotecas, si no estás agotado del turismo del día a día descubre
Ayala, una discoteca en una cueva a más de 30 metros de profundidad. En Cienfuegos podrás escuchar conciertos al aire libre en el patio del
Teatro Thomas Terry.
El auténtico ron cubano
Seguro que te has cansado de leer los sitios donde sí o sí tienes que acercarte para probar un cóctel. Para los cubanos el mejor lugar donde probar un mojito con genuino
ron cubano son los
paladares, esos restaurantes caseros regentados por familias. Además de la típica
Bodeguita del Medio, uno de los grandes reclamos del turismo en Cuba. Otro de los mejores cócteles que podrás probar en La Habana es
el negrón en el Callejón de Hamel. Este callejón es obra del pintor Salvador González, uno de los pintores cubanos con mayor proyección internacional. Se trata de un zumo natural de caña de azúcar con ron que podrás tomar en los chiringuitos de Trinidad. Siempre con música típica de fondo.
Si buscas alternativas sin alcohol, estás de suerte, ya que este país es un banco de frutas tropicales. Papaya, guayaba, piña… Descubre nuevas texturas y olvídate de los
smoothies del centro de tu ciudad.
La naturaleza más salvaje
Si lo que buscas es descubrir la Cuba más exótica,
Viñales es tu parada obligatoria. Este valle al noroeste del país es de las zonas más verdes de toda la isla. Está plagada de
campos de café y caña de azúcar. Desde el centro de Viñales podrás contratar dos tipos de
excursiones para recorrer el valle: a caballo o en bici. Ambas experiencias son más que recomendables. Eso sí, acuérdate de ponerte protección solar y llevar una gorra: el sol puede llegar a ser muy molesto. Y si haces la ruta con algún local, podrás bañarte en una
piscina natural en la que te creerás en el mismo Parque Jurásico. Y justo en el extremo opuesto de la isla podrás zambullirte en el
Salto del Cubano, un río natural cerca de Tope Collantes.
El famoso Malecón de la Habana
Si siempre habías imaginado que
El Malecón de la Habana era un paseo marítimo repleto de terrazas, palmeras y gente tomando el sol, estabas equivocado/a. Lo que sí encontrarás en esta zona costera es una discoteca al aire libre todos los días del año. Al llegar la noche, los cubanos se juntan junto al mar para tocar y escuchar su propia música y
bailar acompañados de un brick de ron. Siempre estarán dispuestos a contarte sus últimas hazañas. ¡Un must que no puede faltar en tu visita a la capital!