Pues mis temores se materializaron y el fuerte calor hizo aligerar los planes. Confío en que el Monte Arabedes me espere en tiempos más suaves. No obstante, lo he disfrutado y me ha parecido una comarca bonita y con alma.
Me gustó mucho la bajada desde la estación superior del
Teleférico de Fuente Dé a través de los
Puertos de Áliva. Por aquí dejé crónica más detallada:
Teleférico de Fuente De y descenso por los Puertos de Áliva
El
Monasterio de Santo Toribio me decepcionó un poquitín pues está muy transformado por los avatares de la historia. No obstante, conserva su carga de simbolismo y hay que ir, cómo no. Se muestra la iglesia con la capilla barroca del
Lignum crucis y un claustro de estilo herreriano. La
Torre del infantado de Potes, con su exposición permanente en torno al Beato de Liébana es un buen complemento a esta visita.
Muy estimulante y curiosa fue para mí la iglesia de
Santa María de Lebeña, guardiana del Desfiladero de la Hermida. Mozárabe y mestiza, exhibe rasgos de arte asturiano y visigodo. Me enamoró lo elemental de su planta de cruz inscrita en un cuadrado; el juego de arcos de herradura visigodos que fascinaron a los árabes de la península y ellos exportaron a medio mundo; ese ara con disco solar que se ocultó por sus resonancias paganas y luego se dijo representación de Cristo y amén; esa Virgen gótica proscrita en tiempos más puritanos por encontrarse amamantando al Niño, que después de ser restituida fue robada y, cuando se la daba por perdida, fue encontrada por la Guardia Civil adornando un chalet de Alicante
El olivo y el tejo centenarios que evocan al sur y al norte. Una noche de tormenta, el tejo fue abatido por el viento lo que apenó enormemente a los vecinos. Un experto naturalista que merece que recuerde su nombre -Ignacio Abella- cuidó pacientemente de unos esquejes que habían sobrevivido, hasta poder replantarlos junto al tronco malogrado y allí están, bien vivos. Mientras vive una rama, el árbol vive. Lo más sublime y lo más absurdo de la naturaleza humana se dan cita en Santa María, lugar de encuentro. Y de varias historias con final feliz, como me gustan a mí.
No siempre es fácil encontrar abiertas las pequeñas iglesias con grandes tesoros. Mi estrategia de acudir a media mañana dio buen resultado. No obstante, llevaba apuntado lo siguiente, de aquí y de allá:
Horario: 10:00 a 13:30 y de 16:00 a 19:30
Estos horarios pueden cambiar, dependiendo de la época del año por lo que recomendamos solicitar información en el Museo Diocesano Regina Coeli de Santillana del Mar 942 840 317
Ayuntamiento de Cillorigo: Teléfono visitas: 647 405 894 – Mª Luisa
(Si la puerta está cerrada, la guía está explicando en el interior, y en unos 10 minutos sale a recibirles) Precio: 2 €
Otro momento memorable fue un aperitivo en una terraza sobre el abismo en
Cahecho, viendo planear a las cigüeñas a nuestros pies. Un pueblo muy cuidado y excelente balcón al Valle y a los Picos de Europa. En junio aún era una delicia, pero en agosto debe ser un cierto lío, por las pequeñas dimensiones y la mucha fama.