Después de una noche muy corta pero que se me hizo eterna al no haber podido cerrar los ojos apenas por los nervios (que en unas horas me iba para Egipto!!!
), a las 5:30 de la mañana ya estábamos en pie.
Sabíamos de antemano que íbamos a estar los cuatros solos con el guía, pero ya íbamos decididos a pasárnoslo muy bien. En el aeropuerto de barajas pocos españoles había (uno de ellos, un joven, aprovechaba los asientos vacíos para dormir). Hora de embarcar, buen avión con sitio a la ventanilla, nos sirven bebidas y comida así que café o té. Nuestra entrada al país de los faraones fue de noche, pero preciosa...
de repente apareció la tierra con sus luces, los puertos del delta, desde el aire parecían emular barcos antiguos o ptolomáicos, unas lagrimillas de emoción corrieron por mis mejillas, pero las disimule rápidamente. Maravilloso primer contacto visual, al seguir la luces desde el delta, especialmente Alejandría y a lo largo del río, verdaderamente se asemejaba a una flor de loto
Al sobrevolar el Cairo intente vislumbrar las pirámides, pero creo que solo vi el juego de luces del espectáculo nocturno, según la hora y el tamaño y distribución de los focos...
Llegamos al Cairo puntuales, allí nos esperaba el corresponsal de Dunas Través, Hossam, muy majo. Al llegar a él nos dimos cuenta que el chico que dormía en Barajas se unió a nosotros, qué bien, pensábamos, pero no, su circuito empezaba por Asuán y el nuestro por Lúxor... Tras tramitar el visado y cambiar el dinero (se puede cambiar en esa misma ventanilla, pero yo lo hice en el local de al lado, que de hecho era del banco de allí, Misr, Egipto en árabe), pasamos por un montón de controles para finalmente dirigirnos a nuestras conexiones, así que nos despedimos de Oscar, ya lo veríamos en el Cairo
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A las 23:50 por fin llegamos a Lúxor, puntuales también. Allí, un muchacho joven y vestido de manera informal nos esperaba. Esperamos la maleta y salimos. Momento de confusión ya que a la salida del aeropuerto nos esperaban más muchachos que nos acompañaron hasta la furgoneta, prácticamente quitando las maletas de las manos de los pobres turistas despistados (eso lo había leído, pero hasta que no llegó el momento, no me acordé) a cambio de propina. Fue en ese momento que nos dimos cuenta deque una parejilla se había sumado a nosotros, ahora sí, qué bien
Ellos iban con Karnak Travel y nosotros con Saraya Tours, los cuales Dunas Travel les representan en Egipto.
A media noche más o menos llegamos al puerto, de camino recogimos a nuestro guía Gabriel. Llegados al río, Gabriel nos dice que nuestro barco es el Semíramis III, uno de los mejores surcando el Nilo, pero el que yo veía era el Nile Shams, también de buena reputación, pero algo desmejorado... Quizás le tocaba un manteniendo. Al verlo, lo comenté al guía pero él, inmediatamente me dijo que era el siguiente, de eso también me había olvidado, muchas veces hay que entrar en un barco para legar al nuestro, los navíos hacen a sí mismos de muelle
. Buena pinta el Semíramis III, Gabriel nos llevó directamente al salón discoteca, del cual el olor a queroseno me hacia recordar un montón el crucero que realizamos hacía poco más de un año. Allí nos reciben con karkadé, muy bueno. Nos hace rellenar una fichas, le entregamos nuestros pasaportes y a
que al día siguiente tocaba levantarse a las 6:30 para visitar a primera hora el famoso valle de los reyes
Estaba tan silencioso el barco, sólo un par de egipcios en la sala, que me creía que éramos los únicos huéspedes, como ya había leído que había ocurrido, pero no, en realidad estaba completo pero todos estaban ya durmiendo. Nuestra habitación se encontra en popa por lo que el ruido de los motores era notable, pero a nosotros esos no nos molesta. Las camas están separadas, pero báh, qué más da jaja. En el escritorio han dejado un picknick consistente en bollos con ensalada y naranjas, pero la primera recomendación del guía era no comer ni vegetales, ni frutas crudas sin lavarlas bien antes de comerlas, y como no teníamos cuchillos tampoco pudimos pelar las naranjas, así que a la ducha, a picotear los bocatas y al catre
Durante todo el crucero dormimos en camas separadas, pero terminábamos tan reventados que qué más daba jaja.
Eran ya cerca de la 1:00 si no lo era ya cuando nos acostemos, pero sobre las 4:30 el ruido de los motores se había acrecentado, parecía que el barco se están desmontando o que habíamos encallado, me levanté y me asomé por la ventana, constaté lo movidito que estaba el Nilo, tenía que hacer un viento y unas corrientes fuertísimos... La motonave iba a toda máquina
Así que a las 5:45 nuestro teléfono empezó a sonar, nos despertamos sin problemas, en cambio en la habitación contigua (la de mis suegros), nadie contestaba, subieron a nuestra planta y pegaron en su puerta, nada... Al rato volvía a sonar el teléfono, nada...y venga porrazos en la puerta y venga sonar el teléfono, ahí no había quién diera señales de vida, ni mi marido ni yo nos lo creíamos, surrealista. Ya llevaba la pobre tripulación un rato llama que llama de todas las maneras posibles así que mi marido empezó a pegar porrazos a la pared también, vamos, un show
finalmente se despertaron, tan tranquilos ellos jaja. De eso tuve yo un poco de culpa, ya que les había aconsejados de que se llevaran tapones de oídos por si (buena intuición mía) nos tocaba habitaciones en popa. Lo raro es que solo mi suegro los llevaba...
Hora de desayunar y de dar vueltas por el buffet y aprendérselo jeje, en ese momento, nos enteramos de que las mesas están asignadas y que nos habían sentado junto a la parejita de anoche, con vistas al Nilo
Terminado el desayuno, nos reunimos los 6 junto a Gabriel y salimos rumbo el valle de los reyes.
Con la entrada incluía 3 tumbas, creo que eran Ramsés lll, Ramsés IX y Merenpthah. Mi marido y yo nos compramos aparte la te Ramsés VI y Tutankamon
preciosas todas, pero cuidado con el simpático e interesado guardia, que te querrá enseñar de todo y más a cambio del euro por supuesto jeje, yo no me podía resistir, sabía que en raras ocasiones iba a volver en este lugar así que seguía al guardia por los recovecos de las tumbas. La verdad es que la policromía es impresionante en estas tres, pero de donde mantengo las imágenes más frescas son de las dos que pagamos aparte. La de Ramsés VI es realmente impresionante y luego el sarcófago tan inmenso ahí dentro... Luego por último dejamos la de Tut, muy bonita también pero muy chiquita en comparación con las demás. Coincidimos con un autobús de japoneses, a pesar de haber sido los primeros en llegar al valle... Pero no tardaron mucho. Aquello, la verdad, solo lo recomiendo para egiptomaníacos como yo, a mí me encantó, ver su tumba, que en realidad no iba a ser para él ya que murió prematuramente, y sobre todo verlo a él. . tan solo y desnudo, sin sus enseres... Se me pusieron los vellos de punta y las emociones a flor de piel.. En el interior de las tumbas no se pueden echar fotos, al menos que no te pillen o que sobornes al guardia, entonces las podrás echar pero sin flash. A mi marido, que no anduvo muy fino, el guardia sospechó de él y le pidió mirar mi móvil, efectivamente no había ninguna foto del interior de las tumbas, ni siquiera del exterior, así que nos pidió disculpas. La verdad es que tuvimos suerte porque he llegado a leer aventuras de cámaras confiscadas e incluso fotos borradas por si acaso como sí pasó en Abu Simbek... Así se las gastan...
Al salir del valle ya se estaba llenando, sobre todo de autóctonos. Da mucha pena, al salir del recinto, todas estas tiendas y gente queriendo y necesitando que les compres...
Siguiente parada: Decir el-Bahari, o lo que es lo mismo, el impactante templo de la reina faraón Hatshepsut
impresionante. Al salir, Ra pegaba ya con fuerza y estaba sedienta por lo que les pregunté a los demás si no querían una botella de agua también, a eso que Gabriel nos dijo que íbamos a hacer una pausa de camino a los templos y que allí podríamos beber. Nos llevó a una fábrica de granito, donde nos enseñaron sus métodos y los trucos para reconocer artículos auténticos (de igual manufactura que en la antigüedad) respecto a las imitaciones. Una vez terminada su lección, entramos en su tienda en la cual nos recibieron con agua fresca, té y shisha. Nosotros no compramos nada, la parejilla si :). Siguientes visitas, los templos de Lúxor, sin palabras... Inmenso y más... Intento quedarme con las construcciones de mis faraones favoritos, pero difícil tarea con tan poco tiempo.
Seguimos hacia el templo de Lúxor, enfrente del de Karnak, repleto de testimonios de mis reyes favoritos. Me estaba echando una foto frente a una estatua de Tutankamon junto a su esposa a la par que hermanastra, cuando de repente vi una figura atípica pasando delante de nosotros. Increíble, se trataba de Joann fletcher, una egiptóloga apasionada del mismo periodo que yo, Nefertiti, Tutankamon etc... Estaba preparando a su equipo para grabar en la sala hipóstila de Amenhotep III, el suegro de Nefertiti y dueño de los mal llamados colosos de Memnón, última parada después de las visita al templo y mi emocionada charla y foto con Joann
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Los colosos son realmente admirables, y eso que queda bastante poca cosa de ellos, pero es imaginarse 2 pares más así que su templo detrás y te puedes hacer una idea de la magnitud que su templo tuvo que tener...
Ya eran las 14:30 pasadas creo, así que dejamos Lúxor a mi pesar para ir hacia el puerto. Tocaba comer, tomar té (cortesía del barco), mientras una barca se amarraba a nuestro navío para vender bonitas chilabas y tapices. Increíble su manera de vender y de reconocer tu origen jajaja. La esclusa de Esna nos la perdimos porque nos pilló cenando... Cuando atracamos ya habíamos llegado a Edfú, hoy tocaba descansar un poco más
Increíblemente bellos los paisajes del alto Egipto, una pasada, los anocheceres son simplemente preciosos.
Ésta vez no hizo falta madrugar tanto. Aunque mi memoria me haya fallado aquí y estaba convencida de lo contrario, el barco atracó en la orilla oeste.
Hoy tocaba ir al templo en calesas. El guía se subió con la parejilla y nosotros en otra. El chófer me ofreció sentarme a su lado y de vez en cuando me daba las riendas jeje, pero entre lo que corría el caballo (llamado Ferrari) y lo poco que le entendía, no sé muy bien a dónde hubiésemos parado de no devolverle las riendas jeje.
Al llegar al templo de Edfú ya nos "recibieron" los vendedores, difícil no hacerles caso. A mí marido le dieron una tarjeta con el nombre de Antonio (así se llamaba su tienda) a lo que el comerciante, al ver que teníamos prisa, le dijo que a la vuelta de la visita. Ingenuo de mi marido si se pensaba que el hombre iba a olvidarse de él tan pronto jeje. Bueno, vayamos al meollo que es lo que nos interesa:
El templo es una preciosidad, muy bien conservado, de los mejores ya que lo levantaron los ptolomeos entre los años 237 y 216 a.c, antes no eran más que ruinas de otro templo anterior construido en tiempos de Djoser, en el imperio antiguo. Este lugar era, según la leyenda, el sitio dónde se produjo la batalla entre Horus y Seth (quizás algo e verdad hubo en esta leyenda). Una vez terminadas las explicaciones de Gabriel, tiempo libre para explorar el sitio a nuestras anchas, un verdadero mini laberinto de salas, pasillos, capillas etc... Después de echar fotos a tuti plen, hora de volver. Cuando mi marido se pensaba que el vendedor se habría aburrido y olvidado de él, nada más mejor de la realidad. Cuando me quise dar cuenta, ya estaba dentro de la tienda con una chilaba puesta jajaja. La realidad es que la tienda está muy bien, pero entre el poco tiempo que tienes y lo agobiantes que son, no entran ganas de comprar nada y es una pena... Bueno, después de pagar su rescate (correspondiente al precio de la chilaba) salimos pitando con mi consecuente: te lo diije, debiste de comprársela al muchacho de la barca, que se lo curraba más, ains... Jejeje.
De vuelta al puerto, nada más bajar de la calesa, otro corralillo, yo me escabullí como pude, pero a mi marido le encasquetaron la foto que nos hicieron subidos en la calesa y a mis suegros, unas botellas de agua, pero vaya, se portaron bien, a una inglesa, yendo a una tienda a comprar o cambiar, la estafaron dándole de cambio 25 piastras (¿puede ser?) en lugar de libras
Llegaron corriendo al barco que ya estaba soltando los amarres. Almuerzo, té en cubierta y próxima parada: Kom Ombo