Ante todo es de bien nacidos ser agradecidos, así que mi marido Edu y yo (Sandra) queremos dar las gracias a todos los foreros que con sus mensajes, consejos y recomendaciones han contribuido a perfilar nuestra ruta y hacer de este viaje, el viaje de nuestra vida, por ahora
Comencemos pues...
LUNES 25 DE JUNIO DE 2012
Tras hacer el equipaje deprisa y corriendo la tarde-noche anterior, y tan solo dormir cuatro míseras horillas suena el puñetero despertador a las 6:45. ¡Qué sueño!
La boda hizo estragos y aún estamos reventados.
Ultimamos detalles: cámara de video y de fotos, ebook, guía de viaje, carpeta con info, etc; un desayuno rápido y un lavado de cara y ¡rumbo a Asia!
Un poco nerviosicos abandonamos nuestra casa (ya oficialmente como marido y mujer) y echamos a andar a la estación ya que el AVE hacia Barcelona sale a las 7 y pico.
El tren llega en hora, ponen una peli y a dormir un poco. Casi sin darnos cuenta, llegamos a nuestra primera parada, la estación de Sants en Barcelona. Nos peleamos un poco con la máquina expendedora del cercanías y sin más llegamos al aeropuerto. Almorzamos unos bocatas ricos ricos y compramos unas almohadas Samsonite muuuuuy molonas y confortables.
Antes de tocar chufa en China, toca hacer trasbordo en Moscú ya que volamos con la aerolínea Aeroflot (1000 eurillos ida y vuelta los dos). Nos las prometíamos muy felices: qué avión tan grande y chulo, espacioso (pillamos salida de emergencia para estirar bien las "paticas"), con TV individual, manta y cojín....pero las turbulencias y es agotamiento hicieron mella en nosotros y......sin ser muy gráfica diré que hicimos corto con las bolsas antimareo
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De pronto (aunque se nos hizo eterno) anuncian que estamos en el aeropuerto de Pudong, Shanghai, yujuuuuu.
Bueno, llegamos a las 10:10 de la mañana hora local (en España, las 4 de la madrugada).
Se nos plantean dos alternativas:
a) taxi (más caro pero más rápido)
b) metro y taxi combinado (quizás más barato pero interminable)
El taxi gana la batalla ya que no estamos cansados, estamos agotados.
Tras mostrarle escrito en chino al taxista (que no sabe ni papa de inglés) la dirección de nuestro hotel, nos lleva rápidamente a través del tráfico, intenso y caótico. Le pagamos agradecidos al no tener que tomar ningún otro medio de transporte, estamos saturados.
Tras registrarnos en el hotel y dejar las maletas nos preguntam,os...¿ahora, qué?
Edu propone descansar un ratico y yo...pues no le voy a llevar la contraria a mi nuevo y flamante esposo jajajaja.
Suena el despertador una hora más tarde, nos adecentamos (poco, estamos hechos un asco) y salimos a cambiar dinero.
Nada más salir de nuestro hotel (Astor House Hotel), enfrente se encuentra el Bank of China y tras rellenar un formulario cambiamos el dinero sin más problemas.
Como nos rugen las tripas de hambre, decidimos comer en una franquicia de restaurantes chinos de comida rápida "Ajisen Ramen" o más popularmente conocidos como "la chica del bol", ya que en su slogan aparece una niña china comiendo un bol de noodles. Aquí nos metemos unos noodles y un arroz entre pecho y espalda que nos sientan divinamente.
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Aún mareados por el jet-lag salimos a la calle....está lloviendo, y nosotros sin paraguas ni capa chubasquera, olé.
Decidimos visitar People's Square pero el museo ya aha cerrado así que como alternativa nos refugiamos en la primera boca de metro que encontramos porque está diluviando.
Casualidades de la vida, nos topamos en ese subterráneo con un bazar con todo tipo de tiendas y puestecillos, donde aprovechamos para comprar un paraguas.
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Al salir, nos dirigimos a East Nnjing Road, una calle muy animada pero a las horas que vamos aún sin iluminar. Paseamos a lo largo de la calle, lleno de tiendas y restaurantes y topamos con el Bund, el paseo ribereño del río Huangpu. Desde esta orilla se divisa el barrio financiero (Pudong) lleno de rascacielos, pero hay tanta nieble que dificulta la visión de las torres.
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Recorremos el Bund y callejeamos un poco, nos aprovisionamos de agua y encontramos el "Shanghai Grandmother", un restaurante que recomienda la Lonely Planet, todo un acierto: Edu se enamora de su sopa y el cuenco de carne que le acompaña.
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Vuelta al hotel a dormir...
Nos despertamos con mucho sueño decididos a conocer Shanghai; tras desayunar, claro.
Como no nos entra el desayuno en el hotel, decidimos probar suerte en algún sitio cerca. Nada más salir a la calle, vemos a una pareja de occidentales así que decidimos seguirlos. entran en un garito con todo tipo de delicias...será difícil escoger entre tanta cosa.
En el foro la gente comentaba que el café no era muy bueno en China así que pedimos un batido de chocolate y un dulce cada uno. Los dulces muy ricos, el batido demasiado helado para estas horas de la mañana.
Tras desayunar, nos acercamos andando a los jardines YuYuan, una zona preciosa con casas antiguas, tiendas y restaurantes. Es probablemente, lo que más nos ha gustado de Shanghai.
Echandole morro, enseñamos el DNI diciendo que es una tarjeta de estudiante, y sacamos la entrada de los jardines más barata.
Llueve bastante y es la hora de comer, así que decidimos probar suerte en el templo del Buda de Jade, que casualmente tiene un restaurante vegetariano que me han recomendado. Si vais, os recomiendo el plato estrella: Hormigas subiendo a un árbol. (No lleva hormigas, lo prometo)
Tras comer, bajamos a visitar el templo. Hay que pagar entrada, la gente suele comprar también incienso para hacer ofrendas a los dioses. Para ver el Buda de Jade hay que pagar aparte ya que está dentro de un edificio en el interior del templo. Debe ser tradición comprar botellitas de té en este lugar ya que la gente las compraba a pares
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Como no nos llamó mucho la atención fuimos en metro al mercado de falsificaciones de la parada de Science and Technology...¡es enooormeeee! Tanto, que no lo vimos entero. Comprar compramos, tras mucho regatear: una camiseta de Desigual, unas gafas de sol y una bolsa de viaje.
Volvemos a coger metro hasta Pudong, ya que tenemos una reserva en el restaurante giratorio ART 50 en la azotea del hotel Novotel Atlantis, mirad:
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Ese es el edificio visto desde abajo. Subimos hasta la planta 50, nos acomodaron en una mesa y a cenar. La cena (deliciosa) es tipo buffet, con mucho sushi, sashimi, marisco, carnes y pescados cocinados pero sobre todo, pastelitos y postres...¡qué buena la mousse de té verde!
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Una vez cenados, volvemos al hotel, que mañana toca ver Suzhou.
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