Cuándo decidimos ir a Paris a pasar las vacaciones de verano, si tenemos que ser sinceros, Disneyland no era uno de los lugares marcados en el itinerario, pero como íbamos a estar 6 días decidimos incluirlo, y tengo que decirlo.. fue un total acierto! Nos encantó y tengo claro que si las circunstancias me lo permiten, llevaré a mis hijos si alguna vez los tengo, porque al igual que fue un día mágico e inolvidable para mi, imagínate vivirlo a través de los ojos de un niño…
Desde la ubicación de nuestro hotel era muy fácil llegar al recinto, tan sólo tuvimos que coger el RER A destino Marne la Vallee y en unos 30 minutos ya estábamos allí.
Nunca olvidaré la entrada al parque, fue impresionante. El acceso por Main Street o el camino a la magia ya nos presagiaba lo que íbamos a vivir dentro. A través de una avenida ambientada en el siglo XIX nos conducimos desde la entrada del parque hacia el resto de sus tierras. Por ella circulan el tren Disney Character’s Express y la Cabalgata Disney’s Once Upon a Dream Parade, y en verano Disney’s Fantillusion y los fuegos artificiales.
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Mientras estábamos embobados como tontos haciendo fotos a diestro y siniestro, vemos que de repente empieza a sonar música a bombo y platillo y vemos aparecer a los lejos un divertido trenecito llevando a bordo a muchos personajes Disney que, al ritmo de la música te contagian de la enorme sonrisa reflejada en sus “rostros”, y de repente me sorprendo a mi misma devolviéndole el beso me lanza el conejo de Alicia en el País de las Maravillas.
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Nuestro primer destino no podía ser otro que Fantasyland. Aquí los cuentos clásicos inspiran sus atracciones, restaurantes y tiendas, viven Pinocho, Blancanieves, la Cenicienta, Alicia, Peter Pan y otros tantos protagonistas de los sueños infantiles.
Nos dirigimos a la atracción que preside el parque: El Castillo de la Bella Durmiente. A través de la escalinata de caracol, accedemos a primer piso donde se encuentran los manuscritos e ilustraciones del cuento, así como unas vidrieras con imágines de las Hadas Madrinas, los reyes y la bruja. También hay un mirador desde el que se divisa muy bien todo Fantasyland y la plaza a los pies del castillo donde se encuentra la piedra en la que los niños se esmeran por extraer la espada Excalibur.
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Vemos la impresionante fachada de la atracción “It’s a small World” y allí nos dirigimos, sorprendentemente, la cola va rápido.
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Se trata de un crucero por el mundo en el que varios cientos de muñecos llevan a escena bailes y canciones de muchos países (si es tengo que ser sincera da un poco de “yuyu” ver a todos esos monigotes moviéndose al únisono…) pero el montaje es impresionante, no falta detalle.
Nos acercamos a Peter Pan’s Flight para coger el Fastpass (marcaba las 14,30 horas), si él había más de 1 hora de cola, así que nos dirigimos a Alice’s curious Labyrinth.
El laberinto es un divertido recorrido con chorros de agua que saltan solos de fuente en fuente, setos perfectamente cuidados, gatos que aparecen y desaparecen, además de los personajes del cuento.: el conejo, el gusano azul, la reina de corazones…. Y si consigues salir del laberinto, el premio es subir al castillo. Muy divertido!
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Siguiente parada Adventureland. La primera atracción que nos encontramos es Piratas del Caribe. Se trata de un recorrido en barca a través de escenas corsarias en la que se combina una increíble ambientación con caídas de la barca por cascadas, ruidos de disparos, balas y canciones de piratas, muy lograda! No acabamos de reponernos y justo al ladíto entramos en Adventure Isle. Se trata de una isla inspirada en tres películas: Peter pan, Los Robinsones Suizos y la Isla del Tesoro. Cuevas, cascadas y túneles para adentrarnos en una roca con forma de calavera llena de pasadizos y habitada por fantasmas. El barco pirata del Capitán Garfio aparece atracado en una de las orillas del lago.
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Para seguir con la adrenalina que a estar alturas estaba bastante subidita nos dirigimos a “Indiana Jones and the temple of Peril” y como tan solo marca 30 minutos de cola, esta vez no usamos el Fastpass. Tremendo recorridoa bordo de unas vagonetas mineras por un templo en ruinas repleto de tesoros, muy muy divertida.
Como el hambre aprieta dirigimos comer alguna cosita, comimos en una pizzeria de Adventureland (sorprendentemente el recinto Disneyland es más barato que los cafés y bares del centro de París).
Para bajar el atracón de comida y como ya era la hora del Fastpass nos fuimos a la atracción del vuelo de Peter Pan. Se trata de un vuelo por los tejados de Londres en las que Peter, revive una batalla contra el capitan Garfio en el país de Nunca Jamás.
Nos dirigimos a la tierra de indios y vaqueros, al lejano Oeste. Fronteriland nos aguarda.
Primero fastpass para Big Thunder Mountain y yo con lo cagadita de miedo que soy consiguen meterme en Phantom Manor una tenebrosa mansión en ruinas cargada de efectos especiales… por suerte no paso miedo… del todo jejeje!
Crucero tranquilo a bordo del Thunder Mesa Riverboat Landing. Al salir de aquí nos encontramos que habian cerrado la Big Thunder por problemas técnicos y nos invitaron muy amablemente a volver más tarde con el mismo fastpass.
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Sin problema, todavía nos quedava Discoveryland por descubrir…
Aquí visitamos:
Space Mountain Mission 2. Sin duda, la atracción más impactante de todo el parque. Un cañón lanza al espacio a toda velocidad a sus pasajeros. El sonido que acompaña al lanzamiento, los efectos especiales y la velocidad son increíbles. Para dar fe a la cara de terror que se te queda, te hacen fotos que puedes adquirir al final de viaje.
Buzz Lightyear Laser Blast.: A bordo de unas naves y con la pista láser, tienes que mostrar tus habilidades (o no) de puntería eliminando al malvado emperador Zurg. A medida que se hace diana los puntos se reflejan en el marcador personal… en mi caso fue una humillación personal…
Star Tours. Simulación de un fallo en la maniobra de un piloto novato en un despegue. Es muy divertida, aunque es tan real que muchos niños se asustan.
Sala de Videojuegos Arcade. El mayor robo de mi vida, 4 euros por 2 segundos de juego… sin comentarios…
Como se acercaba la hora de la cabalgata decidimos acercarnos a comprar una palomitas (fabulosas, y buenísimas) a esperar la cabalgata.
La carroza de Mickey encabeza esta preciosa cabalgata, seguida de otras siete carrozas ambientadas en cuentos y películas. Una cabalgata para disfrutar con todos los sentidos ya que cada carroza va acompañada con su propia melodía. Cada carroza es diferente por delante y por detrás, sin duda, todo un despliegue maravilloso.
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Cuando terminó la cabalgata decidimos acercarnos a la Big Thunder y esta vez si estaba abierta. Se trata de una vertiginosa montaña rusa con curvas y giros a toda velocidad alrededor de una mina abandonada en las Montañas Rocosas mediante unas vagonetas mineras. Personalmente encontré muy divertida y emocionante esta atracción.
Como prácticamente ya nos habíamos subido en todas las atracciones que queríamos , nos dedicamos a pasear sin prisa por el parque y al Shopping. Descubrimos tiendas maravillosas en Main Street y una pastelería donde hacían unos gofres…
La noche empezaba a caer, y como ya nos habían avisado nos fuimos a coger sitio a un bordillo de Main street aguardando el final de fiesta tan esperado la ceremonia Disney’s Candleabration.
Impresionante despliegue de luz y sonido mediante unas carrozas que iluminan el parque, seguido de unos magníficos fuegos artificiales sobre el castillo de la Bella Durmiente que nos despidieron y cerraron una jornada memorable en el Parque.
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Sin duda, una sorpresa muy agradable en este viaje.
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