Nos despertamos pronto y nos quedamos maravillados al asomarnos por la ventana, estamos a los pies de la falda de una montaña y que montaña!
Con nuestras maletas nos recogieron y nos llevaron a nuestro hotel, el sofitel.
Nada más llegar nos reciben en español y con los cócteles de frutas y las toallitas húmedas impregnadas en tiare.
La habitación es una pasada, con la cama mirando directamente a la terraza,
Luego se pasa a cenar y al contrario de algunos comentarios que leí, la comida está muy buena y hay bastante cantidad y variedad. Cuando se acaba de cenar, hacen un show del pareo una chica y un chico. Hay que ver las maravillas que hacen con el pareo y además con el tío te partes de risa.