Era nuestro día de partida, así que después de un genial desayuno, decidimos pasar toda la mañana en la playa, buceando y tomando el sol. Tuvimos mucha suerte con el tiempo, tuvimos sol y un poco de aire ya que las nubes se enganchan a la montaña. A las 12, decíamos adiós a nuestra preciosa habitación, nos recogían las maletas y fuímos a recepción para hacer el check out. Les tengo que agradecer su honestidad, cambié dinero el día de llegada, 300 euros, pero sólo me dieron el cambio de 200, pero yo no me dí ni cuenta. Pues estuvieron buscándome para decírmelo y hasta que no me encontraron para devolvérmelo no pararon. No en muchos sitios harían esto. Con nuestro collar de conchitas, decidimos dar la última vuelta por el hotel y acercarnos hasta los overwater.
La verdad, es que nos encantó Moorea, mucho más de lo que pensamos. Es una isla que lo tiene todo, tiene un precioso interior verde, y unas bahías preciosas. No tiene nada que envidiar a Bora Bora. A las 13 nos recogieron para ir al aeropuerto. A las 14:15 despegábamos y llegábamos a Bora Bora a las 15:30, después de parar en Huahine.
Muy importante, sentarse a la izquierda para ver Bora Bora desde el aire y rezar para que no haya muchas nubes, complicado, porque siempre hay nubes, a nosotros nos tocaron, pero por intentarlo!
Parece un sueño ir llegando a Bora Bora y ver esas aguas con esa cantidad de tonos azules, habíamos llegado al paraíso.
En el mismo aeropuerto
nuestro ansiado destino. Al llegar a recepción, nos recibe Simon, habla genial el español y después del cóctel de bienvenida
Nos fue explicando horarios, restaurantes, sobre la playa… y también nos recomendó algun restaurante en la isla principal. Como ya eran sobre las 16:30, decidimos cenar en el hotel y Simon nos reservó mesa, además en el exterior, al pie de la laguna. Después nos acompañó en cochecito hasta nuestro overwater, el 313,
Yo alucinaba, el suelo era del tamaño de más de una cama grande,
De verdad os digo, que después de lo que cuesta un viaje hasta allí, rascar un poco más el bolsillito y alojaros por lo menos alguna noche en un overwater, os encantará! Yo estuve cuatro y me supieron a poco.
La habitación tiene de todo, plancha, tabla, paraguas, ponchos, cafetera con sobrecitos… la bañera tiene vistas al mar, vamos una pasada. En la mesita d ela habitación hay dos regalos para nosotros, una camiseta para el hombre y para la mujer obviamente, un pareo. Después del shock inicial nos fuimos a dar una vuelta por el hotel antes de cenar y a cada paso que dábamos no parábamos de decir, esto es una pasada!
A las 19:30 nos fuimos a cenar, se puede cenar de carta y de buffet, la carta como siempre carísima, el buffet cada noche de una clase, nosotros cenamos dos noches, una era asiático y otra de productos del mar con centollos, nécoras, langostas… el buffet de postres una pasada. La verdad es que la comida está riquísima y con mucha variedad, lo peor el precio, más de 17000 francos, 2 cenas con agua.
Éste es el restaurante por fuera, de lo mas común y cualquier restaurante, a los pies, la laguna!
Después de cenar, nos fuimos andando hacia el overwater y si bonito es de día, de noche también tiene su encanto con esas lucecitas bajitas
y llegar a la habitación y salir a la terraza y ver todas las luces de los overwaters en la noche por encima del agua es precioso. Además los overwater tienen debajo una luz e incluso de noche se ven los peces perfectamente. Incluso estando allí, te parecerá increíble estar en la cama y desde allí ver el mar a tus pies.