Hoy me levanto un poco nerviosa, toca campamento de elefantes y la verdad, no soy precisamente una aventurera, vamos, que lo voy a hacer por mi chico, pero no es una idea que me apasione.
Después del super desayuno del Le Meridien, nos recoge Benito y vamos al campamento de elefantes de Mae Nam, al principio vemos como se bañan en el río, a Alber le levantan por la trompa, y otro tipo de cositas previo pago de 20 bath para todo, hasta para darles unos plátanos. Ese dia tuve una sensación de estar soltando bath todo del dia sin parar (cosa cierta por otro lado), pero es cierto que al finfal del día el gasto no era significativo, apenas 10 euros en total.
Luego empieza el espectaculo, que si futbol, que si pintar, que si hacen una especie de orquesta... no me apasionó la verdad, pero vamos que era como estar en el circo, los niños que había estaban encantados.
Nos dirigimos a montar en elefante, y bueno tengo que decir que la experiencia me gustó mucho, pero pasé un poco de miedo, el elefante atraviesa el rio y luego estas como media hora por la jungla, hay varios caminos para que no se junten unos elefantes con otros, y una de las bajadas yo la vi un poco peligrosa, hasta el domador nos dijo que nos echaramos hacia un lado para hacer contrapeso
Cuando acaba el paseo nos dejan en una especie de estructura en lo alto, y ahí al salir noto que me raspo un poco un costado con algo pero no le di importancia, hasta que a los dos minutos noto que estoy sangrando. Nada grave, ni profundo, un raspón, y la camiseta ni se rompe pero me doy cuenta de que me he raspado con una parte de la estructura de la silla, que es de hierro. Alarma!!! Soy hipocondriaca absoluta, y además no tengo la vacuna del tétanos, me empiezan a temblar las piernas y ya me veo sufriendo una muerte lenta y dolorosa en Tailandia.
Decidimos que le vamos a decir a Benito que queremos ir a un medico por la tarde, y seguimos nuestra ruta. Pasillo lleno de tiendas y aparecemos en otra plataforma donde te recoge un carrito de bueyes. La verdad es que no fue una experiencia muy agradable, el carro estaba sucisimo, apestaba, la conductora era una tipa bastante histerica, igual de sucia que su carro y sus bueyes, que nos empezó a decir que era pobre y tenia tres hijos segùn nos montamos en el carro, y que la "teníamos" que dar 100 bath de propina. Encima se puso a llover, los bueyes se medio resbalaban en la porquería de los anteriores... la verdad es que con lo mágico que fue el trayecto en elefante, sin oir nada, el traquetreo del carro, la conductora, mi preocupación por mi herida... fue un rato bastante malo.
Llegamos a donde nos espera Benito y le contamos, cuando ve mi herida se parte de risa (lo entiendo perfectamente) pero yo quiero quedarme tranquila, y me dice que sin problemas, cuando acabemos la jornada nos acercamos al hospital privado de chiang mai.
Lo siguiente es bajar el rio en una balsa de bambú, es divertido y los chavales son muy majos (otra propinilla, jajaja).
Después nos acercamos a un asentamiento de mujeres jirafa... yo era bastante reacia, pero lo pasamos bien, jugando con los crios y dando un paseo por el poblado, Benito nos habló de su historia, nos contó que la mayoría ya no se ponen los anillos fijos... vamos, lo que ya sabía. A la que llegamos nos encontramos a una chica joven con un bebé en una hamaca y su Ipad, que esconde corriendo cuando llegamos. Consecuencias de la globalización, no seré yo quien diga que me parece mal. Te hacen un poco de show haciendo que tejen sus bufanditas en sus telares (las bufandas son todas iguales y se ve que han tenido etiqueta y se la han cortado), vamos, que en realidad me parece un pueblo normal, como cualquier pueblo de España pero que vive de vender souvenirs.
Después de eso, decidimos saltarnos el tiger kingdom, vamos directamente a comer a la granja de orquideas, tengo mi primera experiencia con la Tom Yam!! Me gusta bastante la verdad, y eso que se supone que pica poco, adaptada a turistas, pues se me ponen los labios como a Angelina Jolie
Nos vamos al hospital, es como un hotel, tardan menos de 10 minutos en atenderme, el médico, que debe tener 20 años, ve mi herida y se rie también, junto con la enfermera, jejee, que verguenza, me manda unos antibioticos preventivos para tres dias, pero que ni tetanos ni inyección ni leches. Total 7 euros por la visita y las medicinas.
De vuelta al hotel, despedida de Benito y Fernando Alonso, ya que mañana Nong, la dueña de la agencia nos quiere conocer y haremos el circuito de los templos con ella. Mucha pena, ha sido un guia de 10, super atento, divertido y sobre todo buena gente, le auguro muy buen futuro como guia turístico.
A las 18 tenemos masaje, dos horas de "amase", una de tratamiento exfoliante e hidratante y una de masaje, yo de aceite, mi marido tai. Que deciros... una maravilla, las instalaciones del spa del hotel son inmejorables, parecemos marqueses, salimos nuevos y encantados.
Como es domingo nos vamos al sunday market, compramos cosillas, la gente es muy maja y risueña en Chiang Mai, ya tenemos claro que vamos a cenar en los puestos... cuando vemos una rata. No hago un drama pero ya no me apetece cenar mirando al suelo todo el rato, además llevamos allí casi dos horas, asi que buscamos un restaurante local en una calle aledaña, y cenamos de cine por 11 euros en total.
Volvemos en tuk tuk, que ambientazo tiene esta ciudad, nos da mucha pena irnos la verdad, pero mañana a las 19.30 volvemos al caos de Bangkok.