Y llegó el día menos esperado de las vacaciones, el momento de marchar. Se hace francamente duro abandonar un hotel en el que estamos tan a gusto y nos sentimos tan bien tratados.
La última noche acudimos a cenar al Mare Nostrum, de cocina mediterránea. Al pedir nuestra mesa, previamente reservada, nos llevaron hasta una mesa sencillamente adornada con pétalos de rosa formando dibujos.
[align=center]*** Imagen borrada de Tinypic ***
La última noche acudimos a cenar al Mare Nostrum, de cocina mediterránea. Al pedir nuestra mesa, previamente reservada, nos llevaron hasta una mesa sencillamente adornada con pétalos de rosa formando dibujos.
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No habíamos visto nada igual antes por el hotel, nos gustó y felicitamos a la maitre que nos comentó que no era cosa de ellos, que era un detalle de alguien que nos quiere bien. Mi hermana y mi cuñado, que se quedaban una noche más y quisieron darnos una sorpresa con el adorno floral. Muy bonito (y muy de agradecer al personal del restaurante el detalle de colaborar).
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La última mañana en el lobby pasamos un ratito muy agradable charlando con personal del hotel. Las horas pasan ese día más rápidas que ningún otro y como casi siempre nos pasa, el último día conocemos a alguien de lo más majo! Cachis la mar!
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En este caso una pareja integrada por una barcelonesa y un madrileño a los que habíamos visto durante casi toda nuestra estancia en las Royal pero no habíamos cruzado palabra.
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Se unieron en nuestros últimos brindis en la barra húmeda, coincidieron en bus al aeropuerto y vuelo con nosotros y resultaron ser una pareja majísima.
El vuelo transcurrió sin incidentes, salvo un pequeño mareo de mi doña poco antes de aterrizar y el cuento se acabó.
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¿Y qué puedo resumiros como conclusión de nuestra vuelta al hotel? Creo que va a ser muy complicado que nos cansemos del Palladium.
A nosotros con este hotel nos pasa como con esa película favorita que has visto mil veces y aún así disfrutas con cada reposición, aunque te sepas ya hasta los diálogos, sepas lo que va a pasar en cada momento y lo que van a decir y aún así, te encanta volver a verla.
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Como con esa canción favorita, que por mucho que oigas te seguira encantando o puede que cada vez un poco más.
Como con esas anécdotas que contamos entre los amigos del colegio, que hemos oido infinidad de veces y aún así nos encanta volver a oir y reimos con ellas como si fuese la primera vez que nos las cuentan.
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El hotel resulta ya algo muy unido a nosotros y a nuestras experiencias, algo que cuanto más conoces, más te gusta. Y bueno, como pasa con esas anécdotas que aunque siempres sean las mismas, cada vez se cuentan de una manera diferente, lo mismo pasa con el hotel aunque el Palladium sea el mismo hotel, siempre nos sorprende con nuevos restaurantes, remodelaciones en sus instalaciones, nuevas ideas, nuevos abrazos, nuevos amigos……
Mi brindis por el foro
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Mientras acabo el diario sonrio pensando que cada segundo que paso tecleando es un ratito menos que me queda para volver a estar paseando al sol dominicano. Cada vez me queda menos para pasar horas mirando ese mar.
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