La mañana de hoy la dedicamos a visitar los lugares más turísticos de Boston.
Tras desayunar unos baguels en Brookline, hicimos el check out y dejamos el coche con las maletas en el parking del hotel y nos dirigimos al centro de Boston en metro. Conseguir comprar los billetes fue toda una odisea, dado que no hay taquillas para compra de billetes, sinó que todo son máquinas y nos costó un poco entender cual era el billete que teníamos que comprar. Se trata de billetes recargables a medida que se van usando (de todas maneras, una mujer muy amable nos ayudó a comprar los billetes pero ni ella misma sabía muy bien cómo funcionaba, puesto que allí llevaban billetes mensuales o algo así...).
Una vez dentro del vagón tienes que picar el billete (como en los autobuses de aquí). Finalmente, llegamos al centro de Boston en unos 10 min. Desde el primer momento de pasear por la ciudad nos sentimos más como "en casa", recordaba mucho más a Europa que todo lo que habíamos visto hasta el momento.
Visitamos Beacon Hill (barrio típico que recordaba bastante a Londres). Nos acercamos a ver el bar que inspiró al Bar Cheers, llamado Bull & Finch, de la famosa serie americana, que se encuentra en ese barrio. De nuevo no pudimos entrar ya que estaba todavía cerrado al ser temprano.
Después de las fotos de rigor, nos dirigimos al Boston Common (parque en el centro de Boston muy agradable, llenito de ardillas...).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Tras pasear un buen rato por el parque, nos dirigimos al Dowtown Crossing, el distrito comercial. Lo primero que vimos fue como un hombre corría y detrás otro gritaba que le había robado el móvil... Después de esta primera impresión, cogí el bolso y no lo perdí de vista en todo el rato...
Caminamos un rato por la zona, llena de comercios, hasta llegar al famoso Quincy Market, donde nos perdimos un buen rato e hicimos algunas compras y se nos abrió el apetito muy mucho; el mercado está lleno de paradas donde venden y cocinan todo tipo de platos (mariscos, hamburguesas, comida asiática, dulces...).
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En Boston existe el The Freedom Trail, un sendero marcado en el suelo de la ciudad que te lleva por los sitios de mayor interés turístico e histórico. No pudimos seguirlo por falta de tiempo (qué raro!), pero es muy recomendable si no te quieres perder nada.
Se nos hacía la hora de comer, y todavía teníamos que ver Cambridge, así que nos fuimos hacia el hotel a por el coche y fuimos para allá en coche. Nos costó un poco aparcar, pero finalmente encontramos sitio cerca de una de las universidades con más renombre del mundo, Harvard.
Antes de la visita, comimos en un restaurante vegano muy agradable, el Life Alive, en Cambridge y al ladito de la universidad.
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El ambiente muy estudiantil, chicos charlando, mucha bicicleta y mucho comensal solo con un libro. Muy agradable. Me tomé un brebaje (no servían refrescos ni alcohol, ofrecían batidos y zumos) muy simpático y revitalizante, para poder hacer frente a ese día y a los que vendrían
Después de comer, nos fuimos a visitar el campus de Harvard (nos quedamos con las ganas de visitar el MIT (Massachusetts Institut of Technology), pero tuvimos que dejarlo pasar por falta de tiempo e imposibilidad de aparcar por la zona.
Paseamos un poco por el Campus, y la verdad, mucho más grande pero menos agradable y tranquilo que Yale.
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Seguimos carretera y manta, siguiente parada, Marblehead, todavía en el estado de Massachusetts, una localidad pequeña con una playa bien chula.
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No nos pudimos encantar mucho, ya que teníamos que seguir hasta Salem, y esta ciudad nos interesaba particularmente, por todo el folclore que la rodea.
Llegamos ya avanzada la tarde, aparcamos bastante bien y dimos un paseo por el centro de la ciudad y por el puerto.
Entramos en varias tiendas, todas dedicadas a objetos extraños, velas para hacer conjuros, calaveras, bolas de cristal, estrellas de cinco puntas, sales protectoras... Nos perdimos un buen rato. Hay que decir que todo tiene un toque turístico y de teatro importante, aunque si vimos muchos comercios que estaban como más “cerrados” al público, donde leían las manos y adivinaban el futuro. En esos decidimos no entrar, puede que la próxima vez nos animemos...
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De vuelta al coche, no antes sin parar en un Dunkin' Donuts a tomar un café y pedir unos donuts para llevar, que el hambre ya apuraba! Decir, que todos los Dunkin' Donuts disponen de Wifi gratuito sin clave. Genial para informar a la gente de casa que todo iba de maravilla.
Antes de llegar al hotel, ya muy cansados de patear todo el día y de coche, nos acercamos a Cape Neddick, ya en el estado de Maine, famoso por su faro (Nubble Light), pero al llegar de noche las fotos no lucieron como debían, aunque el recuerdo ahí queda.
Llegamos tarde a destino, Portland, donde nos alojamos en un Super 8 (motel de carretera) cercano a la ciudad. Cenamos en un Burguer King que estaba pegado al motel (increíblemente, disponen de hamburguesa vegetariana...), ya que no nos quedaban fuerzas para acercarnos a Portland y nos resultaba impensable volver a coger el coche después de todo el día... Tras la “suculenta” cena, ya tocaba ducharse y meterse en la cama, que el día había dado muuuucho de sí...
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