Tras la visita al Templo de Edfu regresamos al barco, que continúa navegando por el río hasta llegar al templo de Kom Ombo, que lo visitamos después del almuerzo.
Desde el barco ya se obtiene una panorámica del templo.
Es el templo peor conservado. La fachada está casi derruida. La construcción es única debido a su diseño doble, lo que significa que había accesos, patios, salas, capillas y santuarios duplicados para dos dioses: Sobek y Haroeris.
En su interior los relieves están picados, principalmente las caras. Al parecer fue ocupado por coptos, y al vivir allí, a sus hijos les daban miedo las caras, y por eso las destruían. Algunos relieves si se conservan bien.
El guía hace una parada para enseñarnos el relieve de una pared y nos enseña a contar los días con la simbología egipcia, y nos muestra que esa pared la usaron para dejar constancia de las fechas de las crecidas del Nilo.
Junto al templo hay un museo del cocodrilo en el que se ven varias muestras disecadas y alguna modificada.
De regreso al barco que pone rumbo a Aswan. A cenar prontito y a dormir que toca madrugón.